Barrio Madres a la Lucha, 13 años de resistencia, mancomunión y construcción colectiva

Un 29 de diciembre de 2007 nacía a las sombras del estado y a la luz de patrulleros, tras un pedido de tierras que no fue oído y que derivó en una toma que hoy lleva 13 años de construcción y que alberga a más de 500 familias entre las calles José Ingenieros, Pedro Renna y el tejido a la vera del Vaciadero Municipal y la armada.

Hace 13 años, en el marco de un año convulsionado como lo fue el 2007 en Rio Gallegos, finalizaba el año con rumores de toma de terrenos y mucha tensión debido a que un grupo de vecinos y vecinas, agotados de esperar respuestas de la dirección de Tierras del municipio, decidieron hacerlo por sus propios medios.





Las jornadas previas mostraron una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad en cercanías de Crucero General Belgrano y La Paz, en lo que hoy se conoce como Barrio José Font o Marina, pero durante la noche, un grupo de vecinos caminó con sus pocas pertenencias, por la avenida Crucero General Belgrano hacia el fondo y durante la noche y comenzaron la toma de terrenos fiscales en lo que hoy se conoce como el Barrio Madres a la Lucha. 





Luego de largas noches e inviernos, vecinos y vecinas unieron fuerzas, alertándose de la presencia policial, cuando en un principio eran criminalizados y por orden judicial les estaba prohibido ingresar material de construcción. En esas noches frías, siempre primó la mancomunión, el trabajo codo a codo en pos de un mañana mejor, espíritu que hoy por hoy persiste y que forja el sueño de la urbanización, apoyado en un trabajo comunitario que al día de hoy se mantiene y alimenta ese anhelo de vivir dignamente.





Hoy, pandemia de por medio, el barrio y sus vecinos y vecinas, pudieron sortear la crisis o al menos palearla gracias al trabajo colectivo que siguió dándose, con ollas populares, meriendas, provisión de elementos de higiene y sanitización que contuvieron a cientos de vecinos que por la crisis vieron complicado fuertemente su día a día y que gracias a ese espíritu empático y colectivo, hoy brindan por un nuevo cumpleaños.





Dejando de lado los prejuicios y la discriminación, hoy a 13 años, este barrio mira de cara a la ciudad con ojos de inclusión y de solidaridad, derribando mitos urbanos y construyendo su verdad y su historia. (El Diario Nuevo Día) 



 


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