En el Día de la Enfermería, Tono Pérez, enfermero del Hospital Regional Río Gallegos, nos abre su casa y nos cuenta su historia
En el Día Mundial de la Enfermería, El Diario Nuevo Día visitó el hogar de José "Tono" Pérez, enfermero del Hospital Regional Río Gallegos, quien compartió su historia de vida, marcada por la vocación, la entrega humana y la lucha por una salud pública digna.
En una cálida jornada que conmemoró el Día Mundial de la Enfermería, el equipo de Radio y Diario Nuevo Día visitó la casa de José "Tono" Pérez, enfermero del Hospital Regional Río Gallegos y referente por su compromiso con la salud pública. Tono, con su habitual calidez, abrió no solo las puertas de su hogar, sino también su historia de vida, marcada por la vocación, la empatía y una profunda humanidad.
Su camino en la enfermería, según contó, no fue planeado. Tras un intento en el diseño gráfico, encontró en el cuidado de otros una vocación que lo transformó. "Me di cuenta de que era algo especial para mí, el poder ayudar a las personas en los momentos más vulnerables, no solo medicarlos, sino acompañarlos, escucharlos... como ser humano, eso te gratifica", relató emocionado.
A lo largo de la charla, Tono resaltó la diferencia entre la teoría y la práctica. "Vos aprendés realmente trabajando. Lo que se ve en los libros o en las fotos no se compara con ver a una persona real atravesando una situación límite", explicó. La enfermería, subrayó, es una profesión práctica, intensa, donde el contacto humano es tan importante como el conocimiento técnico.
También reflexionó sobre el impacto que la pandemia de COVID-19 tuvo en su vida personal y profesional. "Fueron momentos muy fuertes... nadie sabía qué iba a pasar, ni con nosotros ni con nuestras familias. Perdí amigos, perdí a mi mamá, y no pude despedirme porque estaba trabajando", recordó. Esos momentos, aunque duros, fortalecieron su compromiso con el trabajo en equipo y con su rol dentro del sistema.
Durante la entrevista, no esquivó las críticas al sistema de salud pública, que se visibilizaron con crudeza durante la emergencia sanitaria. "Nos faltaba de todo, personal, insumos, reconocimiento. Nuestra lucha no era solo por un salario, era por una salud mejor para todos", enfatizó.
El mensaje a las autoridades fue directo: "Que escuchen al personal, que haya sinceridad, que se controle lo que pasa, que se actúe con honestidad y que se nos den las herramientas para trabajar bien".
También puso en valor el esfuerzo de sus compañeros y compañeras, especialmente los más jóvenes, que hacen malabares para sostener sus vidas con múltiples trabajos. "La gratitud de la gente es hermosa, pero los aplausos no pagan las cuentas", expresó con sinceridad.
Finalmente, dedicó un emotivo agradecimiento a su familia. "Mi mujer, mis hijos, mi papá, mis suegros... son mi sostén. Es donde uno encuentra el descanso después de tanta carga emocional", dijo.
La entrevista cerró con una frase que sintetiza la valoración hacia su figura y la de todos los trabajadores de la salud: "Tenés la garantía de que va a haber un ángel allí cuidándote que se llama en este caso Tono Pérez, pero hay muchísimos otros también en el sistema de salud pública en nuestra ciudad, en nuestra provincia e incluso en nuestro país."
Repasamos su historia en "Misiones"
(Fuente: El Diario Nuevo Día)