54 países y 276.000 km: la travesía de amor y aventura de Pame y Miki en moto
Pamela Liberati y Miki Sosa son una pareja oriunda de Puerto Pirámides, Chubut, que lleva 24 años recorriendo el mundo en moto. En una entrevista con Radio Nuevo Día 100.9 contaron su historia de amor, libertad y kilómetros, desde la Patagonia hasta su actual travesía por Europa rumbo a Cabo Norte.
Pamela Liberati y Miki Sosa son una pareja oriunda de Puerto Pirámides, Chubut, que lleva 24 años recorriendo el mundo en moto. En una entrevista con Radio Nuevo Día 100.9 contaron su historia de amor, libertad y kilómetros, desde la Patagonia hasta su actual travesía por Europa rumbo a Cabo Norte.
Desde Puerto Pirámides al mundo, Pamela Liberati y Miki Sosa construyeron una historia de amor sobre ruedas. Con más de dos décadas viajando juntos y 276.000 kilómetros acumulados, esta pareja argentina recorre el mundo a bordo de sus motos, llevando con ellos no solo sus sueños, sino también una forma de vivir. En diálogo con el programa "Rock and Frío" de Radio Nuevo Día 100.9, compartieron detalles de su travesía actual por Europa, con un objetivo en mente: llegar a Cabo Norte, en Noruega.
La historia comenzó hace 36 años, cuando se conocieron en una publicidad. Pamela era modelo y Miki pasaba por allí en su moto. Seis meses después se casaron, formaron una familia con cuatro hijos y hoy son abuelos de tres nietos. "Nuestra historia arriba de la moto empezó hace 24 años. Primero fueron escapadas cortas, pero con el tiempo fuimos ampliando las distancias. Trabajamos mucho, y la temporada fuerte en Puerto Pirámides nos permite viajar después", contó Pamela.
Desde Portugal hasta Valencia, y ahora camino a los países del norte europeo, Pame y Miki viajan por rutas secundarias, evitando autopistas y priorizando el contacto humano con pueblos, mercados y la cultura local. "Nos gusta conocer el corazón de cada lugar, no solo las postales turísticas", explicaron.
La pareja lleva sus motos con nombres propios: "Ura", la moto de Pamela, significa "mujer valiente" en árabe, y "Pedra", la de Miki, representa fortaleza. "Nombrar la moto es parte del viaje, se vuelve parte de uno", explicó ella. A pesar de una lesión en su brazo, Pamela decidió afrontar este desafío en su propia moto: "Si no puedo seguir, me subo con Miki, pero llegar, voy a llegar".
En plena travesía, aprovechan la tecnología para mantenerse cerca de sus hijos y nietos. "Extrañamos, claro, pero la videollamada ayuda mucho. Nuestros hijos nos apoyan en todo", resaltaron. La empresa familiar que fundó el padre de Miki -pionero del avistaje de ballenas en Chubut- hoy está en manos de sus hijos, permitiéndoles salir tranquilos a la ruta.
En relación al motociclismo, Pame fue clara: "La moto me da una sensación de libertad que no puedo describir. No se trata solo de viajar, es una decisión de vida". La pareja también destacó el vínculo y el respeto mutuo que mantienen en la ruta: silencios compartidos, charlas con intercomunicadores y decisiones tomadas en conjunto.
Por último, Pamela dejó un mensaje para quienes sueñan con emprender su propia aventura: "No se puede vivir con los sueños guardados. No siempre se pueden cumplir todos, pero hay que intentarlo. No hay superhéroes, hay decisiones. Y cada uno puede ser valiente a su manera". (Diario Nuevo Día)
Producción_ @pablomouesca