Antonio Miranda, el "ganador" de $100 millones en el casino: "Con lo que cobró solo pudo adquirir un terreno"

La historia de Antonio Miranda, un albañil oriundo de Formosa, conmovió al país en 2022 cuando una máquina tragamonedas del casino de Río Gallegos le mostró un premio de $100 millones tras apostar apenas $6000. Aquella ilusión, sin embargo, terminó convirtiéndose en una amarga secuencia de frustraciones, litigios y tragedias personales.

Todo ocurrió el 7 de julio de 2022, cuando Miranda realizó diez jugadas y, de golpe, la pantalla arrojó una cifra que lo dejó paralizado. "100.000.000", se leía en amarillo sobre fondo negro. Según su relato, una empleada del casino le dijo que el premio era "imposible" y que se trataba de un "error del sistema". Sin perder tiempo, tomó su celular y capturó la imagen como prueba.

A pesar del impacto inicial, Miranda no pudo cobrar el premio. Cuatro años más tarde, y luego de insistentes gestiones legales, logró llegar a un acuerdo con la empresa a través de una mediación judicial. El monto exacto que recibió se mantiene bajo confidencialidad, pero su abogado, Gustavo Insaurralde, explicó que el dinero apenas le alcanzó para comprar un terreno: "Antonio quería una casa; con lo que recibió solo pudo adquirir un lote".

La demanda judicial fue presentada el 6 de septiembre de 2023, y un día antes de la audiencia programada, el casino accedió a negociar para evitar que el juicio avanzara. "Reconocían que la máquina tenía un tope y que era imposible ese premio, pero no se hacían cargo del error", detalló Insaurralde. La primera oferta fue de apenas $200.000.

"El problema era el tiempo. Podíamos ganar el juicio, teníamos pruebas sólidas: fotos, testigos, incluso videos de un allanamiento. Pero podía tardar diez años", remarcó el abogado.

El acuerdo se homologó en julio de 2024 y los pagos se realizaron en cuotas hasta septiembre. Pero el alivio económico no vino solo. Un día después de firmar el acuerdo, la madre de Antonio falleció. Poco después, él mismo sufrió un accidente laboral grave que lo obligó a abandonar su trabajo.

"Fue el premio de la mala suerte", resumió Insaurralde. "Antonio dejó Santa Cruz para cuidar a su madre en Formosa, y terminó sin trabajo, sin casa y sin poder disfrutar ese dinero. Si hubiésemos seguido el juicio, con todas las pruebas que teníamos, él cobraba los $100 millones".

Hoy, Miranda vive en Formosa, lejos de la provincia donde creyó haber cambiado su destino. Lo que comenzó como un golpe de suerte terminó en una historia marcada por la desilusión, el desgaste judicial y el dolor. (Fuente: El Diario Nuevo Día)