Campaña por Paloma: Río Gallegos se unió y logró una ayuda vital
Paloma Mereles, una niña de Río Gallegos que lucha contra una enfermedad poco frecuente, atraviesa una etapa de mejora en su salud gracias al esfuerzo de profesionales médicos y una masiva campaña solidaria impulsada por su familia. A pesar de los avances, persisten obstáculos burocráticos que dificultan el acceso a tratamientos clave.
Río Gallegos se movilizó una vez más ante la urgencia de una familia local. En esta ocasión, fue para acompañar la recuperación de Paloma, una niña que padece una enfermedad poco frecuente y que necesitaba con urgencia una leche especial cuyo valor superaba los $100.000.
La campaña solidaria lanzada semanas atrás no solo logró su objetivo, sino que provocó una verdadera ola de apoyo popular que incluyó a trabajadores de distintos sectores, organizaciones sociales y personas anónimas.
Valeria, madre de Paloma, compartió con Nuevo Día su emoción por los avances que se dieron desde entonces. "Los análisis de sangre por fin dieron bien y Paloma está comiendo, tiene hambre, está caminando después de estar más de 40 días en cama", expresó. Este cambio es vital no solo por la recuperación física, sino también por su impacto emocional: "Anímicamente está muy bien".
Sin embargo, el panorama no es del todo alentador. Persisten serios desafíos para acceder a tratamientos y seguimientos. Valeria explicó que, a pesar de contar con documentación emitida desde terapia intensiva que solicita urgencia, la obra social le exige una cantidad de planillas burocráticas difíciles de completar. "Fui no sé cuántas veces con esa planilla, y nada. La burocracia es terrible", manifestó. Además, uno de los turnos más importantes para el seguimiento de peso fue suspendido.
La historia de Paloma también es un testimonio del valor del trabajo profesional y humano del sistema público de salud local. Valeria no escatimó elogios para el doctor Reguera, quien fue clave en la recuperación: "Estuvo todo el tiempo, noche y madrugada, al lado de mi hija. Le dije: ‘¿Usted vive acá, doctor?'". También destacó al equipo de enfermería y a la pediatra que sigue a Paloma desde hace 11 años.
La madre también agradeció a quienes, sin conocerla, se acercaron a colaborar: "Gente que fue a comprar leche a la farmacia, compañeros del papá en la Municipalidad, gente del cementerio, vecinos. Estoy eternamente agradecida".
Aunque Paloma está mejor, la familia sigue necesitando apoyo, especialmente para avanzar con los trámites médicos y retomar tratamientos claves en Buenos Aires. Mientras tanto, su caso vuelve a poner en agenda las barreras que enfrentan las personas con enfermedades poco frecuentes, muchas veces forzadas a recurrir a la justicia para acceder a derechos básicos.
La historia de Paloma es un ejemplo de lucha, pero también de solidaridad. Y demuestra, una vez más, que cuando la comunidad se organiza, puede marcar la diferencia.
(Fuente: El Diario Nuevo Día)