¿Cómo sostienen la olla? La lucha diaria de los merenderos en Río Gallegos
Verónica Condorí y Mabel Flores, referentes barriales de Río Gallegos, relataron los desafíos diarios que enfrentan los merenderos "Manitos Verdes" y "Sonrisas Poderosas". Con un fuerte aumento de la demanda y pocas respuestas del municipio, sostienen la asistencia a casi 400 vecinos con recursos autogestionados, solidaridad barrial y resiliencia frente a la adversidad.
Verónica Condori, del merendero Manitos Verdes, y Mabel Flores, de Sonrisas Poderosas, dialogaron en el programa "Fuera de Contexto" de Radio Nuevo Día sobre la realidad de los comedores y merenderos en Río Gallegos. Alimentan a 400 personas por semana, enfrentan carencias de insumos y piden mayor acompañamiento estatal para sostener un trabajo comunitario que ya lleva más de una década.
La olla que nunca se apaga
En los barrios de Río Gallegos, la solidaridad se cocina a fuego lento. Verónica Condori, referente de Manitos Verdes, y Mabel Flores, de Sonrisas Poderosas, contaron en Radio Nuevo Día cómo sostienen los merenderos que hoy alimentan a 400 personas.
"Muchas veces pensamos que lo que damos puede ser la única comida del día para los chicos. Por eso tratamos de que la merienda sea más contundente", explicó Condori. En su espacio, lo que comenzó como un taller ambiental en 2016, hoy funciona como comedor, con viandas que superan los 270 litros de comida cada fin de semana.
Flores detalló que en Sonrisas Poderosas las meriendas se sirven lunes, miércoles y viernes, y la demanda crece semana tras semana: "Lo que empezó como un refuerzo, hoy para muchos es lo único que comen en el día".
Entre donaciones, carencias y esfuerzo comunitario
Ambos merenderos funcionan "a pulmón", con la colaboración de vecinos y organizaciones que donan alimentos, ropa y hasta colchones. "Nos han llegado 20 colchones, pero no alcanzaron para todos. Hay familias que siguen esperando, y eso duele mucho", relató Flores.
La falta de recursos los obliga a ingeniárselas. A veces cocinan con leña porque no tienen gas: "Una vez nos quedamos sin garrafas y mi esposo prendió fuego para que pudiéramos terminar la olla", recordó Condori.
El Estado está presente de manera limitada. "Recibimos 8 litros de leche de Desarrollo Social, pero no alcanza. Necesitamos más acompañamiento, porque esto también es un trabajo: son horas que dejamos nuestras familias para sostener al barrio", reclamaron.
Más de una década de compromiso
El trabajo de Condori y Flores no es nuevo: llevan más de diez años sosteniendo meriendas y comedores, incluso después de haber perdido sus espacios en incendios. En el caso de Manitos Verdes, la referente también sufrió la pérdida total de su casa, que pudo reconstruir gracias a la ayuda del barrio.
"El motor son los hijos y el espíritu comunitario. Nuestro barrio siempre fue solidario y eso nos impulsa a seguir", afirmó Condori.
Flores coincidió: "Si no fuera por las mujeres que se suman, los comedores no podrían existir. Esto es colectivo, no se trata solo de dar comida, sino de dar contención".
Ambas remarcaron que la crisis actual golpea fuerte: el desempleo y la suba de precios dejan a muchas familias sin poder cubrir lo básico, y cada vez son más los que se acercan desde distintos barrios a pedir un plato de comida.
Quienes quieran colaborar, pueden acercarse a los merenderos en el barrio Madres a la Lucha, o realizar aportes al alias sonrisaspoderosas.