Crecer jugando: la escuelita "Rosales" festeja su octavo aniversario

El 18 de agosto de 2017, en Río Gallegos, Mauro Rosales se animó a dar un paso que lo desvelaba hacía meses: abrir una escuelita de fútbol distinta, con lugar para todos. "Fue un inicio con mucho miedo, de una innovación que no todos tenían. Fuimos una de las primeras escuelas... en realidad fue la primera escuela en tener un sistema mixto de niños y niñas juntos hasta los 12 años", recordó.

En ese entonces, Mauro estaba solo. Sin apoyo y con pocos recursos, pero se aferró a una idea clara: que lo importante no era solo el fútbol, sino los valores. "Siempre como primer objetivo, y como esencia, quise prevalecer que los chicos aprendan valores humanos, que aprendan a ser compañeros y generar amigos dentro del proyecto", explicó.

El valor de enseñar más allá del fútbol

La competencia nunca estuvo excluida, pero siempre tuvo un lugar equilibrado. "La idea nunca fue dejar afuera la competición, porque es sumamente sana y natural en el ser humano. Pero inculqué los valores para que tengan la posibilidad de ser mejores personas", afirmó.

Mauro dice que lo más gratificante es algo muy simple: un saludo en la calle. "Que el día de mañana crucen a cualquiera de los profes y me saluden, eso es lo más grato que uno pueda tener como profesor. Siempre trato de marcar algo en cada uno de los chicos para que no se olviden de dónde estuvieron, del trato, de la enseñanza que les volcamos en lo deportivo y en lo humano".

El camino no fue fácil. Durante los primeros ocho meses apenas tres chicos formaban parte de la escuelita. Luego llegaron a 12, y cuatro años después alcanzaron 27 atletas. Hoy, esa semilla creció hasta reunir a 65 niños y niñas en distintas categorías.

Inclusión, pertenencia y nuevos sueños

El presente de la escuelita se sostiene en un principio claro: dar lugar a quienes no lo encuentran en otros clubes. "Estamos inculcando la inclusión deportiva para que los chicos que no tienen posibilidad en otros lugares la tengan con nosotros. Muchos vienen porque fueron excluidos en otros clubes por sus modalidades. Acá encuentran un espacio y ejemplos a seguir", subrayó.

Con esa esencia, Mauro y su equipo proyectan seguir creciendo. "No nos vamos a quedar con lo que hay hoy. Ya estamos trabajando para tener la personería jurídica, formar parte de AFA y que los chicos tengan su espacio, su indumentaria propia, sus canchas de exterior e interior", contó.

Pero los sueños no terminan en el fútbol. "Queremos sumar otras disciplinas como handball, básquet o atletismo. Lo que se pueda poner en práctica lo vamos a hacer, porque el deporte une, es salud, y es un hábito hermoso", destacó.

Ayer, la escuelita de Mauro Rosales cumplió ocho años. Ocho años de esfuerzo a pulmón, de abrazos en la cancha, de familias que encontraron un lugar distinto. Ocho años de demostrar que el fútbol, cuando se juega con el corazón, puede cambiar vidas.

EL TORNEO ANIVERSARIO

Como parte de los festejos, la escuelita ya prepara un gran torneo aniversario que se jugará a fines de este mes en Río Gallegos. Será una jornada especial, donde niños, niñas, familias y entrenadores compartirán no solo partidos de fútbol, sino también el espíritu que los unió desde el primer día: celebrar el deporte como un lugar de encuentro, amistad y sueños compartidos. (El Diario Nuevo Día)