Denuncian estafa y maltrato a familias del Club Unión Santacruceña: niños varados en El Calafate tras un viaje frustrado a Córdoba
Diez niños de entre 8 y 10 años del club Unión Santacruceña viven por estas horas una situación de angustia y frustración, luego de que un viaje deportivo que debía llevarlos a un torneo en Villa Carlos Paz terminara en un verdadero calvario. Las familias acusan a la agente de incumplir con los compromisos asumidos, dejando varado a gran parte del contingente en el aeropuerto de El Calafate.
En diálogo con Radio Nuevo Día 100.9, Andrea Miranda, madre de uno de los pequeños futbolistas, relató la desesperante situación que atraviesan las familias:
"Nos cortó la ilusión de los chicos, era su primer viaje. Mi hijo lloró y no entendía por qué no podía subirse al avión. Nunca recibimos facturas ni códigos de reserva, nada".
Un viaje soñado que terminó en pesadilla
El grupo había contratado a la agente Godfrid para gestionar un paquete que incluía pasajes aéreos directos desde El Calafate a Córdoba y traslado al hotel en Villa Carlos Paz. Cada familia abonó entre 500.000 y 600.000 pesos por persona, pero al momento de embarcar, solo un puñado de padres y niños logró subir al avión. El resto quedó varado en el aeropuerto.
Según el testimonio de los damnificados, la agente no presentó documentación formal que acreditara la compra de los boletos. "La única prueba de pago que tengo es el resumen de la tarjeta, que muestra un débito a nombre de Aerolíneas Argentinas. Pero nunca recibimos comprobante alguno", explicó Miranda.
La "solución" que agravó el conflicto
Tras horas de incertidumbre, Godfrid propuso una alternativa que lejos de solucionar el problema generó aún más indignación: un nuevo itinerario con escala en Buenos Aires y una espera de más de cinco horas antes de continuar a Córdoba, exigiendo además que los padres afrontaran de su bolsillo el costo del segundo tramo.
"Nos dijo que paguemos el vuelo Buenos Aires-Córdoba y que después ella nos devolvía la plata. Es una falta de respeto total", afirmó Miranda.
Mientras algunos padres permanecen en el aeropuerto junto a los niños, otros se trasladaron hasta el domicilio de la agente en Río Gallegos para exigir una respuesta inmediata. Dos de ellos lograron ingresar para dialogar con Gofrid, quien habría argumentado que debía atender asuntos familiares.
Niños varados y sueños truncos
Las imágenes de los pequeños durmiendo en el piso del aeropuerto o jugando con una pelota de papel reflejan el profundo impacto emocional del episodio. "Los chicos estaban ilusionados, llevaban meses entrenando y participando en actividades para recaudar fondos. Esto los destrozó", lamentó la madre.
El problema también afecta al club Talleres, cuyos jugadores se habían sumado al viaje para completar los equipos. Con solo unos pocos integrantes en Córdoba, la participación en el torneo quedó en riesgo, ya que no alcanzan el mínimo de siete jugadores necesarios.
Denuncias y antecedentes
La comunidad de padres sospecha que no es la primera vez que la agente enfrenta conflictos similares. En redes sociales circularon comentarios que vinculan su nombre a una agencia denominada Tempano turismo. Hasta el momento, Godfrid no ha brindado explicaciones públicas, aunque mantiene contacto intermitente con los padres.
Mientras tanto, las familias evalúan acciones legales por estafa e incumplimiento contractual, y exigen garantías sobre los vuelos de regreso, previstos para el 20 de octubre. "No sabemos si siquiera compró los pasajes de vuelta. El miedo es que, si logramos llegar, después no podamos volver", resumió Miranda.
Un pedido de justicia y responsabilidad
Con indignación y tristeza, los padres piden respuestas inmediatas y apoyo institucional. "Invertimos mucho esfuerzo, tiempo y dinero para que los chicos vivan su primera experiencia deportiva fuera de la provincia. Hoy todo eso se transformó en angustia", expresaron.
El caso, que conmociona a la comunidad deportiva de Río Gallegos, deja en evidencia la vulnerabilidad de las familias ante operadores informales y la necesidad de mayor control sobre la venta de servicios turísticos, especialmente en actividades que involucran a menores de edad.