Argentina es campeón del mundo del fútbol, un sello identitario nacional muy fuerte, parte de la raíz cultural que se forja día a día, en el fútbol profesional, pero también en las canchitas de barrio, los clubes, las distintas ligas o simplemente en un picado en el colegio donde toman vida los sueños recurrentes de los de por acá.
El fútbol y lo que genera nos llevó detrás de un proceso que logró adeptos con el correr de los partidos y un invicto que dejaba poco margen para la duda, pero que tuvo que hacerse de tripas corazón para poder sobreponerse al golpe inicial ante Arabia Saudita, para luego reponerse y comenzar los siguientes seis partidos, ganando 2 a 0.
La convicción, determinación y eficacia con la que jugó al fútbol la Selección Argentina, emocionó, dejando atrás los miedos, las mufas para dar paso a una de las grandes alegrías históricas para el pueblo, que nunca olvidará este 18 de diciembre.