Desde Chile con 5 dólares y una Kombi: la historia de "Wezu" el viajero punk
Javier del Río, conocido como "Wezu desde el infierno", es un viajero chileno que dejó su carrera como ingeniero agrónomo para recorrer Sudamérica a bordo de un escarabajo y una Kombi adaptada. Con una historia de superación personal marcada por el alcoholismo, la introspección y la reinvención, visitó Río Gallegos en su travesía hacia el "fin del mundo". Desde su transformación interior hasta la mecánica artesanal de sus vehículos, relata cómo convirtió sus infiernos en libertad, inspiración y proyecto literario.
A bordo de un escarabajo modelo 81 rebajado, negro mate y cubierto de calcomanías, Javier del Río, alias "Wezu desde el infierno", atraviesa la Patagonia con una casilla construida con el frente de una Kombi VW que bautizó "la Furiosa". Lo acompaña un relato de vida poco común: ingeniero agrónomo, bailarín de rock and roll, lector tardío, alcohólico recuperado y ahora, escritor. En diálogo con Rock and Frío, el programa de Radio Nuevo Día, compartió una charla sincera, cruda y humana sobre su travesía personal y geográfica.
Desde su ciudad natal Chillán, en Chile, comenzó su aventura con apenas 5 dólares en el bolsillo. "Lo único que tenía era el motor nuevo del auto y una decisión tomada: dejarlo todo y salir a buscar otra vida", recuerda. Con una estética inspirada en Mad Max y un corazón punk, se largó a la ruta con "Bubu", su escarabajo, y "la Furiosa", una casilla casera decorada con guiños a El Rey León, Tortugas Ninja y mensajes de sus seguidores.
A los 14 años se sumergió en la cultura punk, un mundo que lo acercó al alcoholismo. "Era como una lavadora, un tornado", describe. En 2020, con la ayuda de una psicóloga, comenzó un proceso de transformación personal que incluyó dejar el alcohol, hacer deporte y aprender a bailar rock and roll. "Yo me reía de los psicólogos y ahora no me imagino sin ellos", confesó.
En su paso por Río Gallegos, vivió momentos de soledad profunda, pero también de generosidad inesperada. "Me quedé varado en medio de la pampa sin combustible y un vecino me remolcó hasta la ciudad. Me salvó la vida", rememora. También visitó el kilómetro cero y Punta Loyola, donde se emocionó con la historia del barco vinculado a la guerra de Malvinas. "Nunca había visto algo así: una playa infinita, sola, con tanto viento... fue mágico", cuenta.
Su recorrido lo llevó por la Carretera Austral, Neuquén, Buenos Aires, Comodoro y finalmente a Ushuaia, donde cerró un ciclo lanzándose al canal de Beagle como un bautismo simbólico. "Fue en junio, había hielo, pero necesitaba cerrar esa etapa", explica.
Actualmente está terminando su primer libro La vida que no merecemos, que documenta esta primera gran aventura. "Lo voy a regalar, porque todo esto nació de un cambio interno, y quiero compartirlo así". La próxima meta ya está clara: Alaska. "Quiero llegar al Ártico, conseguir el sello del ‘fin del mundo' y escribir el segundo libro."
En sus redes, "Wezu desde el infierno" comparte frases, anécdotas y reflexiones de viaje. Busca mantener una mirada neutra, lejos de polémicas, y prioriza la autenticidad. "La gente piensa que por cómo me veo soy malo, pero me bajo del auto y soy un pony", dice entre risas.
Para él, viajar no es solo movimiento físico: es una forma de reconstrucción emocional. "En la ruta aprendí a lavar ropa en ríos, a bañarme con agua helada, a hablar solo. Pero también aprendí que hay lugar para el amor, aunque sea uno mismo", afirma. Con cada calcomanía pegada en su vehículo, guarda una historia, una conexión, una parte del camino. El punk, el barro, los libros y la mecánica lo convirtieron en una figura singular del turismo alternativo que inspira desde el sur profundo. Y su historia, sin duda, recién empieza.
Produccion:@pabloeduardomouesca - (Diario Nuevo Día)