El femicidio de Antonella en Caleta: su suegra declaró que pidió ayuda a la policía antes del crimen
El femicidio de Antonella Barrionuevo, ocurrido el viernes en el barrio 13 de Diciembre de Caleta Olivia, generó una profunda conmoción. La joven de 23 años fue asesinada por su pareja, quien luego se quitó la vida. Un testimonio clave, el de la madre del agresor, revela que intentó alertar sobre el ataque horas antes del trágico desenlace.
Los restos de Antonella Barrionuevo, la joven víctima de femicidio en Caleta Olivia, fueron inhumados este lunes al mediodía en el cementerio local. Familiares, amistades y vecinos se congregaron conmovidos por el brutal hecho que tuvo lugar en la madrugada del viernes en una vivienda del barrio 13 de Diciembre.
Según se conoció, Antonella recibió múltiples puñaladas y falleció en el lugar. Su pareja, Nicolás Moyano, de 25 años, fue hallado sin vida con heridas autoinfligidas, tras haberse desangrado. La autopsia, cuyo resultado se conocería este martes, permitirá precisar los detalles forenses.
Un testimonio clave comenzó a cambiar el enfoque del caso: la madre del agresor, Stella Maris Ganga, rectora del Colegio Secundario Nº 6, se presentó en la Comisaría de la Mujer a las 9 de la mañana del viernes, donde relató que su hijo la había atacado horas antes y que había intentado pedir ayuda desesperadamente.
"Salí a la calle gritando, pidiendo ayuda a mi vecino porque mi hijo me había herido", expresó en su declaración. De acuerdo con su testimonio, alrededor de las 5:45 de la madrugada llegó a su casa luego de trabajar y escuchó ruidos provenientes del cuarto de su hijo. Al ingresar, vio que Nicolás estaba agrediendo a su novia. "Él me decía que estaban jugando, pero Antonella me gritó que le estaba pegando en serio", relató.
En ese momento, Moyano se dirigió a la cocina, tomó un cuchillo y atacó a su madre, quien logró quitárselo tras forcejear. A pesar de la herida que sufrió bajo la axila, salió corriendo a pedir auxilio. Fue Alejandro Sedán, un vecino, quien la asistió y llamó al 911.
Ganga manifestó que autorizó el ingreso policial al domicilio esa misma mañana, aunque por motivos aún no esclarecidos, no se concretó en ese momento una inspección que podría haber evitado el desenlace fatal. Recién cerca de las 11 horas, al ingresar con ayuda de un cerrajero, se descubrió el crimen.
En paralelo, el juez penal de turno, Gabriel Contreras, fue notificado recién a las 8:50 de que se iba a tomar testimonio a una mujer internada por violencia familiar, pero no se le informó la gravedad del hecho ni se ordenó una intervención inmediata.
El testimonio de la madre coincide con el del vecino que también fue el primero en llegar al lugar, y cuyas declaraciones ratifican el pedido de socorro previo. Todo esto abre un fuerte debate sobre la actuación y la coordinación entre las fuerzas intervinientes ante una situación de violencia extrema.
Asimismo, trascendió que Moyano ya tenía antecedentes personales complejos: había sido padre en una relación anterior y la muerte reciente de su abuela en un accidente todavía no esclarecido podría haber influido en su estado emocional. En su habitación se encontró, además, una sustancia blanca sospechosa, presumiblemente cocaína.
El caso ha reavivado la preocupación social sobre los mecanismos de respuesta ante emergencias por violencia de género y pone el foco en la necesidad de actuar con mayor celeridad ante señales de alerta. La comunidad de Caleta Olivia, conmovida y dolida, exige respuestas. (Fuente: El Diario Nuevo Día)