Estudiantes de la Escuela de Oficios y Emprendimientos realizaron prácticas en la capilla Jesús de Nazaret
Cursantes del taller de mantenimiento domiciliario de la Escuela de Oficios del Municipio de Río Gallegos realizaron una práctica solidaria en la capilla Jesús de Nazaret, colaborando con Cáritas. Bajo la guía del profesor Damián Acosta, aplicaron conocimientos en calefacción y electricidad, reforzando el trabajo en equipo y el compromiso comunitario.
En el marco del taller de mantenimiento domiciliario que dicta la Escuela de Oficios y Emprendimientos de la Municipalidad de Río Gallegos, un grupo de cursantes llevó a cabo una práctica solidaria en la capilla Jesús de Nazaret. La actividad fue parte del módulo práctico del curso y consistió en tareas de mantenimiento preventivo en calefactores y revisión eléctrica del edificio.
La iniciativa fue coordinada por el profesor Damián Acosta, técnico universitario en electrónica y diplomado en mantenimiento domiciliario por la Universidad de Rosario. "Lo que están haciendo acá los cursantes es un mantenimiento preventivo, de acuerdo a lo que nos indicó el encargado de la capilla. Esta es la parte práctica del curso, que se realiza una vez que los alumnos aprueban la teoría en el aula", explicó Acosta.
El curso, de dos meses de duración, se divide en un mes teórico y otro de prácticas en terreno. Según detalló el docente, se trabaja en grupos reducidos: "Teníamos 40 alumnos y los divido por secciones de 10 o 5. Las prácticas pueden hacerse en cualquier espacio comunitario, ya sea una capilla, un comedor, en el aula o incluso en el domicilio de algún compañero que necesite ayuda".
Además del componente académico, la propuesta se destaca por su enfoque solidario. "Estamos brindando un apoyo a Cáritas, realizando mantenimiento en las instalaciones. Así que es algo solidario lo que estamos haciendo", añadió Acosta, resaltando el valor social de la actividad.
El docente también valoró la actitud de los estudiantes: "Están muy emocionados por la actividad que están haciendo. Esto les da conocimientos reales y los ayuda a encontrar su vocación, ya sea en gas, plomería o electricidad. Algunos incluso planean seguir capacitándose y matricularse en empresas como Distrigas o Camuzzi".
Finalmente, Acosta subrayó que más allá de lo técnico, en el aula se construyen lazos sólidos: "Además de las herramientas técnicas, en el aula se va forjando un sentido de camaradería. Los alumnos se apoyan, se organizan y se convierten en un verdadero equipo. Y eso, en definitiva, también es parte del aprendizaje".