Farías a Grasso: "Intendente, el miedo no es lo mismo que el susto"
En los últimos días, el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, ha manifestado en distintos medios su preocupación por las reformas que impulsa el Gobierno provincial en la Justicia y en el Tribunal de Cuentas de Santa Cruz. Sin embargo, detrás de ese aparente interés por la institucionalidad, hay algo más profundo.
Así lo expresó el funcionario provincial Miguel Farías: "Lo que en apariencia parece una defensa institucional, en el fondo revela otra cosa: miedo. Pero no miedo en términos democráticos, sino miedo a lo que los cambios podrían destapar".
Farías fue tajante al recordar la trayectoria de Grasso en la gestión pública: "Si de institucionalidad se trata, lo primero que debería hacer Grasso es rendir cuentas. Su paso por el Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) dejó más preguntas que respuestas: obras inconclusas, contratos poco claros y una gestión que priorizó el uso político de los recursos públicos".
Según el funcionario, durante su gestión en el IDUV, Grasso implementó una lógica de centralismo y desidia hacia el interior de la provincia: "En la zona norte de Santa Cruz, su administración se caracterizó por el abandono sistemático de proyectos y la centralización del presupuesto en empresas de Río Gallegos. Mientras usaba maquinaria estatal para hacer campaña como candidato a intendente, en ciudades como Caleta Olivia, Pico Truncado y Las Heras las obras se paralizaban o directamente se abandonaban. La distribución de fondos fue discrecional, orientada más a sus objetivos políticos que a las necesidades reales de los santacruceños".
"Durante su paso por el IDUV se entregaron terrenos fiscales a amigos y a su pareja, se incumplieron obras y se cartelizaron adjudicaciones a un puñado de empresas de Río Gallegos". Explicó Farias.
"Como intendente, esa lógica continúa: una administración sin ejecución presupuestaria clara, con escasa rendición de cuentas, donde incluso los concejales que piden acceder a los ejecutados se encuentran con puertas cerradas. No cumple con la ordenanza que obliga a publicar el Boletín Oficial Municipal. Estamos frente a una gestión opaca y cerrada", afirmó.
Finalmente, Farías sostuvo que el verdadero temor de Grasso es a perder los privilegios que lo blindaron durante años: "Porque con una Justicia independiente y un Tribunal de Cuentas activo y despolitizado, ya no será tan fácil manipular los recursos ni evitar rendir cuentas a la sociedad".
Y cerró con una frase que resonó con fuerza: "Intendente, el miedo no es lo mismo que el susto. El susto es pasajero. Pero el miedo a que los santacruceños sepan la verdad, a que se investigue, a que se audite, es el reflejo de una forma de hacer política que se está terminando. Y eso es lo que verdaderamente lo incomoda".