Hispano Americano cumple 100 años y Karina Gorchs emociona con su historia
El Club Hispano Americano no es solo una institución deportiva para Karina Gorchs: es una extensión de su hogar, un espacio de pertenencia que atraviesa generaciones y guarda recuerdos imborrables. En diálogo con Javier Seveso, en el programa Rock and Frío de Radio Nuevo Día, Karina compartió una historia marcada por el afecto, el deporte y el orgullo local, justo cuando el club celebra sus 100 años de vida.
El Club Hispano Americano no es solo una institución deportiva para Karina Gorchs: es una extensión de su hogar, un espacio de pertenencia que atraviesa generaciones y guarda recuerdos imborrables.
En diálogo con Javier Seveso, en el programa Rock and Frío de Radio Nuevo Día, Karina compartió una historia marcada por el afecto, el deporte y el orgullo local, justo cuando el club celebra sus 100 años de vida .
Su vínculo con Hispano Americano se remonta a su infancia y tiene raíces profundas. "Mi abuelo Daniel Cameron fue socio vitalicio desde 1953. Venía todos los domingos a la sede, jugaba a las cartas, ese era su lugar", recordó con emoción. Esa presencia constante convirtió al club en un punto de encuentro familiar y en un escenario natural de crecimiento.
Karina fue socia desde chica, pasó por la pileta, la gimnasia artística y el vóley, y vivió el club como muchos chicos de Río Gallegos: entre entrenamientos, travesuras y tardes interminables.
"Siempre estuve muy vinculada al club, no había otra opción, era todo celeste", relató entre risas. Los recuerdos se mezclan con imágenes de trampolines que ya no están, carreras por las gradas y llamados de atención que hoy forman parte de la nostalgia. "Era una extensión de nuestra casa, no había mucho más para hacer en la ciudad y el club era todo", afirmó, poniendo en contexto lo que significó la pileta climatizada para varias generaciones.
Ese sentido de pertenencia no se cortó con el paso del tiempo. Karina lo trasladó a sus hijas, que también se formaron en la natación del club desde los cuatro años. "Para mí era importante que hicieran deporte, no importaba cuál. El club las acompañó y hoy sigue siendo un lugar de referencia para ellas", explicó. Una anécdota sintetiza ese lazo: cuando alguna de sus hijas se quedaba sin batería en el celular, sabía que podía ir al club y pedir ayuda. "Eso habla de lo que representa el club como espacio seguro, como casa", señaló.
Además de la natación convencional, Hispano Americano fue el punto de partida para nuevos desafíos. Desde allí surgió su incursión en el nado en aguas abiertas y frías, una disciplina extrema que Karina abrazó con pasión. "Siempre representando al Hispano, el frío me gustó, me encantó", contó sobre sus primeras experiencias, que la llevaron a cruzar rías, lagos y mares, dentro y fuera del país.
Al cierre de la entrevista, Karina dejó una reflexión que resume el espíritu de su historia y del club: "El club para mí es mi casa. Entro y conozco a todos, compartimos chistes, historias. Ojalá todos puedan vivir un espacio así, porque los clubes también los hacen las personas". En el centenario de Hispanoamericano, su testimonio refleja el valor social del deporte y la fuerza de una identidad que se construye día a día, desde hace 100 años, en Río Gallegos. (Diario Nuevo Día)

