Historias de Malvinas: Soldado José Ortega, presente

La madrugada del 28 de mayo de 1982 encontró a las tropas argentinas desplegadas en el istmo de Darwin, en estado de alerta ante un posible avance enemigo. La zona, estratégica por su ubicación, había sido fortificada días antes por la Fuerza de Tareas "Mercedes". El ataque se inició en las primeras horas del día y rápidamente se convirtió en uno de los más cruentos. Durante más de 30 horas, nuestras tropas sostuvieron sus posiciones en condiciones extremas, demostrando disciplina, valor y un firme compromiso con la misión encomendada.

Darwin dejó un saldo de decenas de muertos y heridos, numerosos actos de coraje y camaradería, y profundas huellas en sus protagonistas. Es en ese marco que reconstruimos la historia del soldado José Ortega a través del testimonio del suboficial mayor Veterano de la Guerra de Malvinas Fernando Alturria.

¿En qué unidad sirvió José durante el conflicto y qué rol cumplía?
José formó parte del Regimiento de Infantería 25, de Chubut. Debido a su excelente desempeño durante la instrucción básica, fue designado jefe del equipo B.

¿Llegaste a conocer personalmente a José?
Muchos me preguntan si fui amigo de él, si lo conocí en vida. La verdad es que no. Pero me dediqué con profundo respeto y compromiso a conocer su historia y a honrar su memoria.

El 30 de mayo, el día después del combate, pidieron voluntarios para recoger a nuestros caídos. Me ofrecí. Entre los cuerpos, levanté el de un soldado que no pudimos identificar. Por el correaje y por cómo llevaba las granadas se veía que no era de mi regimiento, el Regimiento de Infantería 12.

Con el tiempo, empecé a investigar. Varios compañeros me contaron que, en la ceremonia de jura a la Bandera, José llevaba una especie de morral porque era el encargado de portar las granadas de toda la sección. Ese cuerpo también lo tenía.

Por sus heridas y por el lugar del combate, con lo que fui reconstruyendo después a través de libros, mapas, testimonios, todo indica que ese cuerpo que levanté podría haber sido el de José.

Desde ese momento, me hice una promesa: que su muerte no iba a ser en vano. Que haría todo lo posible por honrar su historia.

¿Qué podés contarnos sobre la personalidad del soldado Ortega?
Todos sus compañeros coincidían en lo mismo: José era un líder nato. Tenía una actitud muy colaborativa con el grupo y un compromiso total con cada misión que se le encomendaba. Era algo propio de su forma de ser.

Sus amigos de chico cuentan exactamente lo mismo. José siempre fue el que unía el grupo, el que generaba cohesión. Era un puente entre sus amigos, un verdadero factor de unión. Desde muy joven, mostraba ese liderazgo natural: se ponía al frente, promovía la buena convivencia y buscaba que nadie quedara afuera, sin importar de dónde viniera.

¿Qué sabés sobre los sentimientos que tenía José durante la guerra?
Estaba profundamente convencido de lo que hacía. Se había enamorado de Malvinas. Decía que, cuando todo terminara, iba a irse a vivir allí con su novia y su hija -porque ella estaba embarazada-. Finalmente, fueron mellizas. Nacieron en agosto. Él no llegó a conocer a Carolina y Melina.

Sentía un amor inmenso por la Bandera y por la Patria, y lo dejó muy claro en una de sus cartas, con una frase que subrayó en mayúsculas: "ESTOY ORGULLOSO DE HACER ALGO POR MI PATRIA." También les contaba que las islas eran un lugar hermoso y en una parte decía -palabras textuales- que ellos no habían ido hasta allá para andar "con la cola entre las piernas": habían ido a plantar banderas argentinas en todas las islas.

¿Cómo fue el momento en que falleció José?
El momento en que falleció José ocurrió en plena madrugada del 28 de mayo, en un escenario de intenso combate, a unos tres kilómetros al sur de Pradera del Ganso. Su sección se alistó entre la 1:30 y las 2:00 de la mañana, dejando atrás el equipo pesado y cargando toda la munición que podían para enfrentarse al enemigo. Avanzaron con determinación hasta recibir la orden de dirigirse a una zona donde se estaban infiltrando tropas británicas.

Allí se encontraron de frente con una patrulla inglesa. El combate comenzó y se prolongó durante unos veinte minutos. En un momento, se hizo una pausa para parlamentar pero se siguió luchando luego. Cuando se reanudó el fuego de las armas, un proyectil impactó en José. Así perdió la vida, en medio del combate, con valentía, Fue el único soldado santacruceño caído en combate, y su muerte se recuerda con orgullo, como un ejemplo de coraje y entrega total. José no se reservó nada: dio todo, hasta su vida, por sus compañeros y por su país.

¿Qué mensaje te gustaría transmitirle a su familia?
En 1995 tuve la suerte de conocer a sus padres, Sonia y don José. Son personas admirables. Para mí, ellos son como mis viejos; los adopté como tales.

Quiero que toda su familia se sienta orgullosa de José. De su hijo, de su hermano, de su abuelo... Porque incluso hoy José ya es bisabuelo. Que lo recuerden con orgullo y con honor.

Sé que la familia está muy compenetrada con la historia de José. Él fue identificado en el Cementerio de Darwin, en la parcela A, fila 2, tumba 17. Recuerdo que Sonia, desde el primer momento en que la conocí, me dijo que nunca quiso que trajeran los restos al continente. Para ella, José está donde quería estar. Y no hay mejor lugar para que descansen sus restos que en Malvinas, junto a sus camaradas.

El soldado José Honorio Ortega fue ascendido post mortem al grado de cabo, recibió la medalla "La Nación Argentina al Valor en Combate" y fue declarado Héroe Nacional por la Ley 24.950. Su nombre vive hoy en calles, plazas e instituciones educativas de su provincia natal. A más de cuatro décadas del conflicto, honrar su memoria es mantener vivo el legado de quienes ofrecieron todo por la Patria.