El abrazo de la esperanza al otro lado del alambre en la frontera de "Monte Aymond"

Alegría, gritos, llantos, entre otras emociones, fueron los que se pudieron percibir entre quienes cruzaron el Paso Fronterizo Integración Austral, en Monte Aymond, al producirse reencuentros familiares tras casi dos años sin verse.

Chilenos y argentinos de la Patagonia se pudieron reencontrar, desde el pasado 22 de diciembre gracias a la reapertura del Paso Fronterizo Integración Austral, en Monte Aymond.



De esta forma finaliza la angustia de las familias que no se habían podido reencontrar tras casi dos años de permanecer los pasos fronterizos cerrados producto de la pandemia del Coronavirus.



El Paso Fronterizo Monte Aymond funciona desde las 10 de la mañana hasta las 16 horas y solo se permite el ingreso a Chile de 200 personas, mientras que igual número se autoriza para entrar a Argentina.



A la fecha sólo se tienen estadísticas de cuantas personas han ingresado al país, de lo cual hay claridad de que durante los tres primeros días sólo ingresaron a la región 55 personas.



Son diversos los testimonios, que hoy Pingüino Multimedia ha podido recopilar, gracias a la tecnología.



La mayoría de los testimonios resaltan la importancia de haber podido reencontrarse antes de las fiestas de fin de año.



En los próximos días abrirán dos nuevos pasos fronterizos en la región, el primero de ellos es el 1 de enero, el paso fronterizo Río Don Guillermo, mientras que el último paso fronterizo que abrirá será el paso Fronterizo Dorotea el próximo 4 de enero, quedando sólo pendiente el Paso Fronterizo San Sebastián.



TESTIMONIOS



Quienes expresaron su alegría por el hito de abrir el paso fronterizo fueron las familias que se pudieron reencontrar.



Jessica Guzmán señaló que “estoy emocionada, tras dos años por fin podré volver a ver a mis papás, la verdad que este tiempo ha sido de mucha angustia y gracias a Dios podré pasar las fiesta junto a ellos; tengo la bendición de que a ellos no les ha pasado nada producto de la pandemia”.



Por su parte, Paula González, quien viajó de Argentina a Chile, dijo que “el funcionamiento es super expedito, pensé que sería más complicado, quizás lo que cuesta un poco más es el validar las vacunas de Argentina en Chile, pero en la página web la verdad es supe rápido y si uno lo hace con tiempo la verdad la demora es la nada misma, hoy estoy feliz de ver a mis primos”.



La gestora del movimiento “Queremos ver a nuestros familiares”, Carolina Malatesta, también expresó su alegría, señalando que “estamos contentos de que se haya abierto la frontera antes de las fiestas tan emocionantes como son Navidad y Año Nuevo, porque era justamente lo que nosotros queríamos, que era pasar estas fiestas junto a nuestros familiares. Necesitamos que todos puedan hacerlo, como los jubilados que tienen que hacer trámites bancarios. En definitiva, hay voluntades, que es lo que más agradecemos de esto”.



Otro de los testimonios es el de Marcelo, quien tras 21 meses se pudo reencontrar con su hija Tiara. Marcelo relató su emoción: “Hace muchos meses que no nos podíamos ver físicamente, hablábamos, conversábamos vía telefónica, nos veíamos a través de un celular, pero no es lo mismo. Hoy ya nos pudimos reencontrar, y el poder abrazarla verla en persona es realmente emocionante, es algo que realmente duele cuando no se puede hacer, hoy gracias a dios podemos y esperamos que esto no vuelva a ocurrir, ojalá la pandemia nos permita seguir viéndonos”.



Por otra parte, Mónica Mansilla expresó que “viajé hasta Calafate, para poder ver a mis tíos, primos, era necesario este reencuentro, en estos meses pasamos por muchísimas dificultades, nosotros somos una familia unida, y esto nos tenía realmente afectados, por suerte las autoridades se dieron cuenta y permitieron abrir el paso fronterizo, realmente estoy muy feliz”.



Entre los primeros que regresó a Argentina, estaba Patricio Barría, residente de la capital provincial. Sobre cómo vivió la espera, señaló que “tranquilo porque ya me había pasado, anteriormente estuve seis meses esperando que abran las fronteras. Gracias a Dios estamos de vuelta”. Sobre cómo vivió la jornada previa, indicó que “esperando poder volver a casa a ver a la familia, tengo una hija de 16 años y una de siete, las echo de menos. Estoy feliz”.



“Si Dios quiere pasaremos las fiestas con las familias”, expresó esperanzado el trabajador de la esquila que desde agosto se encontraba trabajando en Punta Arenas donde viven su madre y hermanos y el miércoles, después de cuatro meses, se iba a reencontrar con su familia en Río Gallegos.



Entre las filas de autos, primordialmente, cruzando desde Chile a Argentina, un hombre proveniente de Punta Arenas llegó a la frontera caminando y acarreando su valija. Desde el inicio de la pandemia no podía cruzar y en un breve diálogo contó que su destino era Caleta Olivia.



Es que muchos fueron llevados hasta la frontera para que puedan reanudar su viaje desde el siguiente paso. Entre ellas, estaba una mujer a quien llevaron en auto hasta Integración Austral para que realice el trámite y ya en la frontera chilena la esperaban para completar los kilómetros y llegar a Punta Arenas.



El caminante contó que los últimos días los vivió con “mucha ansiedad, con la ansiedad de pasar” y que su hija tenía contacto con la Agrupación “Queremos ver a nuestros familiares” para conocer el avance de la reapertura de fronteras.



Por otra parte, un calafateño que finalmente pudo regresar a Santa Cruz expresó tener “sentimientos encontrados”.



“Mi hermana falleció el lunes en Río Gallegos, vine hasta acá a ver si me dejaban pasar, no me dejaron pasar. La verdad es que es muy fuerte, con certificado de defunción y todo no me dejaron pasar. Voy a pasar a despedirme de mi hermana que está sepultada en el cementerio de Río Gallegos. Estoy destrozado”, manifestó.



Tomás Bringas, interventor del Centro Chileno en Río Gallegos, fue de los primeros en llegar a Punta Arenas. Contó que al llegar a la frontera inició el trámite en Migraciones, continuó en Aduana y con un vale debía dirigirse a la frontera de Chile para completar otro formulario. Tras la acreditación de datos y la verificación de documentación, que incluye PCR y validación de vacunas (realizado previamente vía Internet) se realizó un testeo rápido y gratuito para finalizar el trámite.



“La gran problemática que tenemos es que hoy en día el adulto mayor no tiene medios para el transporte y el transporte vía terrestre no está en actividad. El otro problema es la validación de la vacuna en Chile. Tenemos que enviar una solicitud de validación y está demorando cerca de 14 días, en algunos casos ni la han respondido”, dijo Bringas.



Finalmente, Alejandro Sepúlveda, quien logró cruzar ayer a Chile, expresó que “con alegría llego a Punta Arenas, éste 25 de diciembre costó pero se logró, al principio se veía dificultoso, pero con el paso de los días logré coordinar todo, me llevaron en un auto hasta la frontera y del otro lado me esperaba un amigo, que muy generoso me ayudó a llegar a Punta Arenas, ahora ya estoy con mis padres de vuelta”. (Fuente: Diario El Pinguino)





 


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