Magdalena Ametrano: la mujer precursora en la actividad coral en Santa Cruz que llegó a cantar frente al Papa Juan Pablo II
Te contamos la historia de Magdalena: una directora coral que eligió el sur para desarrollar la profesión que la apasiona y la llevó a recorrer el mundo junto a los cantores que conformaron las distintas agrupaciones. La influencia musical de su padre y sus maestros, los coros que dirigió y dirige hoy en día, su familia y su vida en la actualidad
“Estar frente al Papa fue una experiencia muy fuerte. Cantamos el Hosanna de Ginastera para coro mixto, al aire libre en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, en 1996. También cantamos en la Basílica de San Pedro y en Israel. Tuve también la oportunidad de ejecutar órganos tubulares en esa 1° Peregrinación a Tierra Santa”, recuerda Magdalena Ametrano, oriunda de Buenos Aires y patagónica por elección, con un extenso currículum y una trayectoria que, sin dudas, deja huella por el profesionalismo, la seriedad y la pasión con la que trabaja y enseña.
Magdalena estudió en Capital Federal donde egresó de la Universidad del Museo Social Argentino, como Maestro Ayudante de Coro y Maestro Director Coral, y del Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Buchardo” como Profesora Nacional de Música con especialidad en piano. También en la Universidad Nacional de Cuyo, donde obtuvo el título de Magister en Interpretación de Música Latinoamericana del siglo XX, con especialidad en Dirección Coral.
“Me crie en un ambiente musical. Mi padre fue director coral, compositor y organista. Canté de pequeña en sus coros, pese a que eran adultos. Disfruté siempre de la música a través del baile, el canto, el piano o el órgano tubular”, relató Magdalena con un gesto de tranquilidad.
Su llegada a Río Gallegos: sus primeros pasos como profesional en la Patagonia Austral
Arribó a Río Gallegos en 1979 junto a su esposo y sus dos pequeñas hijas, al año siguiente comenzó a trabajar en el Conservatorio Provincial de Música y aquí tuvieron a su tercer hijo. “En 1980, éramos sólo cuatro profesoras tituladas para ejercer en el nivel profesorado. Después se fueron recibiendo nuevos profesionales. Fui responsable de las cátedras: armonía, dirección y práctica coral, acústica y piano. Sin embargo, soñaba con profesionalizar la actividad coral y sólo enseñar dirección coral en el nivel profesorado. Todavía no existía la figura de Director Coral como fuente laboral, pero se consiguió con el tiempo”, remarcó.
Asimismo, aclaró: “El repertorio se elige de acuerdo al nivel musical de los integrantes y el proyecto musical a alcanzar. Se trabaja con cantores vocalmente sanos. Con los adultos siempre me resultó más fácil y natural. Empecé a trabajar con niños aquí en el sur en 1982, donde también se iniciaron mis tres hijos. El coro Leitmotiv fue mi ‘talón de Aquiles’, ya que eran niñas que habían crecido en el Coro Municipal Infantil. Con 12 jovencitas armamos el conjunto vocal”.
“A lo largo de los años con coro municipal o universitario, nos fuimos de gira por Europa, U.S.A, Canadá, Uruguay, Brasil, Chile, España. Recorrimos Santa Cruz y también el interior del país. Organizamos distintos festivales, entre ellos el primer Encuentro de Directores Corales. Trajimos a Río Gallegos músicos y coros de Francia, Alemania, USA, España, Brasil, Uruguay y de otras provincias”, explicó Magdalena.
Su presente, su familia, la actividad coral a nivel local y sus proyectos a futuro
Hoy en día dirige el coro de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral fundado en 1994. Durante la pandemia trabajó vía Zoom, tarea difícil que supo aprovechar como recurso didáctico. El pasado 12 de noviembre debutó con el conjunto masculino, el cual tuvo muy buena aceptación y para el 25N (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer) acompañaron coralmente a la popular cantante mexicana, Vivir Quintana, con su tema “Canción sin miedo”.
“Cada actuación me llena de adrenalina. Disfruto mucho los ensayos generales y tenemos cientos de anécdotas. En alguna época escribí y publiqué crónicas corales, creamos videos documentales y la UNPA publicó su libro sobre compositores corales", comentó.
Además remarcó que en Río Gallegos hay un movimiento coral rico y variado. “Disfruto las elaboraciones musicales y proyectos que crea cada colega. La relación con ellas siempre estuvo bien. Trabajaba mucho y la familia siempre fue mi prioridad”, contó Magdalena, quien contó el apoyo moral y técnico de su marido, que la acompañó en muchas de las giras.
Hoy Magdalena vive con su esposo Carlos, con quien disfruta de viajar y conocer lugares. A veces comparte trabajo con su hija Romina Vacca, quien es Directora Orquestal y Coral. Hace poco participó de los Juegos Culturales y Deportivos Evita y fue su cuento el que representó a nuestra provincia en San Luis. “Quiero seguir haciendo lo que me gusta, tocar el órgano, escribir cuentos, relatos, crónicas donde la música sea el hilo conductor. Sentirme acompañada por la familia es un mimo al alma. Y disfrutarlos el tiempo que me lo permita la vida", concluyó.
Por: Nazarena Mosquera