Eva Saules: una vida dedicada a la enseñanza y la huella que dejó en su paso por el Colegio Guatemala “El Nacional”

El Diario Nuevo Día te cuenta la historia de Eva Saules, una maestra jubilada apasionada por la enseñanza, los principios y valores que le inculcó su padre, su experiencia como docente durante la Dictadura Militar, la Guerra de Malvinas y el retorno a la Democracia, y sus días en la actualidad.

“Algunos de mis ex alumnos -adultos hoy en día- me reconocen en la calle y todavía me dicen señorita. Me enternece mucho”, admite Eva Saulez (76), docente jubilada que marcó a varias generaciones durante los casi 30 años que se desempeñó como maestra en el Colegio Guatemala, donde tuvo de alumnos a personalidades destacadas como el ex presidente Néstor Kirchner, el periodista Mario Markic, entre muchos otros ríogalleguenses que seguramente aún la recuerdan. 



Su padre de origen lituano, trabajaba reparando camiones y locomotoras en la empresa Y.C.F.; mientras que su madre, de nacionalidad chilena, se dedicaba a las tareas del hogar y a la crianza de sus cincos hijos en la granja en la que vivían. “Mi padre nos daba dinero por las tareas del hogar y después lo usaba para ir al cine con amigas. Él me inculcó sus principios, valores y el sentido de pertenencia y responsabilidad, algo que escasea últimamente”, reflexionó con un gesto de orgullo. 





El Colegio Guatemala: su segundo hogar 

Si bien Eva cursó el nivel primario en la Escuela 19 “Cmte. Luis Piedra Buena” de la capital santacruceña, egresó en 1963 del Colegio “República de Guatemala”, también conocido como “El Nacional” (que en ese tiempo se ubicaba en donde hoy está la Escuela N° 1”), con el título de Maestra Normal Nacional. “Fui abanderada y tenía un promedio superior a 9. Siempre quise superarme, y tuve excelentes maestros que me motivaron en este sentido”, destacó. 



En este establecimiento educativo que la vio crecer y formarse, se desempeñó como jefa de preceptores y docente. “Cuando empecé a trabajar tenía 16 años y enseñaba a alumnos de mi edad. Sin embargo, había mucho respeto dentro y fuera del aula. Atesoro muy lindos recuerdos como viajes de egresados, competencias, anécdotas divertidas e inocentes de mis ex alumnos”, remarcó. 





El golpe militar, su actividad gremial y la Guerra de Malvinas  

Mientras transcurría el golpe militar en 1976, integró la primera comisión directiva del gremio docente A.DO.SA.C. Pero una madrugada, militares irrumpieron en su casa, buscándola a ella y a su entonces esposo (que era secretario general de A.P.A.P.) para interrogarlos acerca de su actividad gremial y militancia política. “No estuvimos detenidos pero temí por mi marido. Cuando pudimos retirarnos, fui al gremio y me llevé la documentación para resguardarla, por las dudas”, relató.  



Ya en la década del 80, “El Nacional” se trasladó frente a la costanera local y ella formó parte de ese proceso. “Hicimos la mudanza junto a los alumnos. Llevamos los pupitres, las sillas, etcétera. Fue todo a pulmón. En ese entonces existía la planta baja y el primer piso, pero las instalaciones eran mucho mejores, funcionales y más modernas. Los alumnos fueron los que plantaron los álamos que perduran a lo largo del camino a la puerta principal. Caminaba 7 km. desde mi casa cargando una bolsa con mis zapatos de taco, llegaba puntual y me los ponía antes de ingresar a la escuela. No toleraba las tardanzas ni las excusas. Eran otros tiempos”, contó con nostalgia. 



“En 1982, durante la guerra entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas, cubríamos las ventanas con cartulinas y teníamos botiquines de primeros auxilios. Hacíamos simulacros y cuando sonaban las sirenas nos escondíamos debajo de los pupitres. Era muy triste ver como partían 4 aviones argentinos y sólo regresaban 2”, explicó. 





El retorno a la Democracia y su vida en la actualidad 

Tras la asunción del ex presidente radical, Raúl Alfonsín, en 1983, Eva estuvo a favor de la idea de trasladar la Capital Federal a la ciudad de Río Negro, con la intención de tener un gobierno más federal, pese a ser peronista de ‘pura cepa’. “Fue un momento hermoso y un alivio para todos los argentinos, después de una etapa muy oscura en nuestro país”, afirmó y recordó su posterior gestión como presidenta del Consejo Provincial de Educación durante el gobierno de Jaime Del Val en Santa Cruz. 



Hoy, retirada de la actividad y lejos de la vorágine de la ciudad, disfruta sus días en la tranquilidad de su chacra en la que convive con sus animales, mantiene un fuerte lazo de amistad con sus ex colegas del ‘Nacio’, con quienes comparte tardes de meriendas y su infusión preferida: el mate. “Le agradezco a Dios poder haber hecho lo que amaba y amar lo que hacía”, expresó y eligió una frase de cabecera de la poeta Gabriela Mistral para finalizar la entrevista, en un gesto de humildad: “Señor perdona que yo enseñe, que lleve el nombre de maestro que tu llevaste en la Tierra”. 



 





 



Por: NAZARENA MOSQUERA


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