Para charlar con Nuevo Día en un café céntrico, le pone el ahínco, los bríos que le permiten ser madre full time, entrenar con 4 estímulos por semana, llevar adelante la casa y 2 negocios, ser la que se encarga de llevar a sus hijos (los mellis de 9 años Bautista e Isabella Fernández Chávez con los cuales va a ver a Hispano al JB Rocha) a terapias e inglés. Natasha ES una fuerza de la naturaleza, con el empuje que líneas más adelante, va a cerrar esta historia con una sonrisa. Ese empuje que la sorprende a veces hasta a ella misma, conquistando objetivos que parecían inalcanzables. Será cierto que las mujeres todo lo pueden, y todo a la vez.
Estuvo casi todo enero en Río Gallegos, revisitando un viento que ya conoce por el tiempo vivido en Comodoro, y uno se queda la sensación de que se debe aprovechar más estas presencias que arrima el básquetbol profesional para campus, charlas y todo tipo de actividades que puedan elevar el nivel de la competencia doméstica que lo viene necesitando y mucho. ‘’Las jugadoras argentinas somos grandes remadoras, no tenemos una profesión que nos de certezas de calendario como para poder destinar toda nuestra atención al deporte. Hoy muchas chicas están jugando afuera. Hay un mundo de distancia con el masculino. Lo que sí tengo bien claro, es que para ver resultados tenés que invertir primero, las cosas no van a venir de la nada. Todo es a pulmón y hay historias hermosas, mucho amor al deporte, pero sin planificación a largo plazo, difícil’’. Spiatta tiene pensado armar en su zona de influencia, Rosario, jornadas de capacitación y concientización en por ejemplo nutrición de las inferiores de la Naranja.
El corazón entre lo profesional y el amateur
En nuestro país, la Liga Nacional Femenina avanza como puede, a caballo entre un profesionalismo deseado y un amateurismo que aparece por todos lados. Spiatta es de los valores más importantes del emocionante y pasional Torneo Federal jugando para su ciudad Rosario (Santa Fe) en el club de su vida, donde están grandes jugadores que priorizaron una vida que vaya mechando el deporte con otra actividad más predecible. Y cuánta razón tienen. Natasha es Técnica en Comercio exterior, por ejemplo.
Agrega que ’en el básquet masculino pasa cada vez más lo mismo, no todos los jugadores tienen la suerte como Juan (F. Chávez, su esposo) de estar en un equipo como Hispano que te cumple al día; si te toca ir a instituciones que te tiene cuatro meses abajo se vuelve imposible dedicarte a lo tuyo’’.
El y La deportista argentino es muy solicitado en el mundo. Italia, España, Dinamarca, México, Bolivia, Perú, Chile, Japón, Australia. Todos quieren a un gaucho/a en sus equipos, debido a un capital innegociable para la gente de esta tierra; la extrema competitividad. Vamos para adelante, nos animamos a cualquier desafío, luchamos hasta el final, entregamos todo lo que tenemos hasta vaciarnos. Y además, el Plus, que vive Natasha en el club que es su casa, Ben Hur de Rosario, con el cual juega el Torneo Federal: hacen pizzas para costear los viajes, ponen dinero de sus bolsillos para logística. Es una de las más experimentadas y tiene el rol de guiar a una plantilla joven llena de ilusión y de ganas para gestionar los momentos clave.
El deporte y la maternidad
Allá por 2015, un mellizo Santander (Silvio) dirigía Quimsa, donde jugaba Juan Fernández Chávez (1,96, alero, esposo de Natasha). La Selección Argentina de básquetbol femenino la comandaba el otro mellizo Santander (Cristian); el llamado no se hizo esperar, ‘’tenémela entrenada a la Spiatta que le necesito para el próximo torneo’’. Grande fue la sorpresa de la dirigencia santiagueña cuando al acercarse a observar las prácticas de la Liga de Desarrollo, una joven de 1.76 jugaba los 5 vs 5, y hacía sus goles típicos. El técnico de la Institución tuvo que pedirle a sus chicos que se pusieran más fuertes, rasparla más, porque no paraba de hacerles goles. ‘’Yo encantada, era el mejor entrenamiento que podía tener, enfrentar a jugadores de ese peso, fuerza y velocidad’’.
‘’Después de ser mamá, perdí siete centímetros en la circunferencia de las piernas (zona cuádriceps e isquios) que nunca volví a recuperar. Mi cuerpo cambió y mucho. Mi característica de juego era defensa a full basada en la intensidad y mi capacidad de correr la cancha. Tuve que volver a interpretar el juego, ser más cerebral, más líder, crear situaciones para asistir’’.
La selección no es un recuerdo, es un presente
Parecía que entre la decisión de priorizar a la familia, la estabilidad del hogar, la Selección era un recuerdo hermoso que cada vez quedaba más lejos. Pero…en 2022 sonó el teléfono, con cinco meses de antelación, y le avisaron que estaba la chance, sólo eso, de participar en los Juegos Odesur de Asunción (Paraguay) modalidad 3 x 3. Se puso las pilas, enfocó al objetivo, y no sólo volvió a vestir el manto sagrado a nivel internacional, sino que lo hizo en buen nivel (terminaron entre las 4 mejores) contra por ejemplo las jugadoras colombianas que después fueron campeonas sudamericanas en modalidad 5 vs 5. ‘’Para mí fue una película que me dio la razón de creer en mí cuando por momentos tuve alguna duda’’, nos dice al toque de terminar su cafecito.
Una historia con moraleja, un espacio vital para inspirarse, seguir luchando, no rendirse y a ir por los sueños, que es el motor vital que pone en marcha el deporte, nos regala nuestras mejores versiones, llena las horas de endorfinas, y nos inyecta vida.
Saber transpirar la camiseta
Toda jugadora que haya vestido la Celeste y Blanca tiene una devoción especial por su indumentaria. Ni siquiera hizo falta a la jugadora pedirle que viniese para la producción fotográfica con la pilcha de Argentina….