Preocupa la grave situación de sequía en Santa Cruz

Mientras que en Chile se decretó el pasado viernes 13 de enero la emergencia agrícola "por déficit hídrico en la región de Magallanes, por los efectos de daño productivo derivados de esta condición", en Santa Cruz se padece una situación similar.

Desde hace tres años que comenzó este proceso de manera continua, la sequía ha ido avanzando en desmedro de la producción agropecuaria, con la incidencia de varios factores: la escasez de precipitaciones níveas y lluvias, el incremento del viento y temporales en primavera-verano y las altas temperaturas (de la media histórica en la zona) registradas.



“Se voló el campo”



Al respecto, varios productores describieron la situación que se está atravesando en el campo. En este sentido, Gonzalo Sánchez (estancia Chali Aike, paraje La Esperanza), expresó “Venimos de 3 años muy secos, el grave problema es que no hay más nieve en el invierno, no hay más primaveras húmedas como antes, que llenaban las lagunas. Además, hay muy pocas precipitaciones, no hay crecimiento de pasto…” Cuenta que el verano pasado llovieron 120 mm y eso logró algún efecto, pero en noviembre y diciembre los fuertes vientos fueron continuos, con voladeros… “hemos observado matas negras y coirones tapados con arena eso es gravísimo e irreversible” -agregando que- “hoy el río Coyle está seco, en su momento también las petroleras sacaron mucha agua del (río) Pelque con el fracking y el nivel está bajísimo.” Y opinó que “si bien la cosa no pinta bien, tengo la esperanza de que llueva y sí creo que hemos incorporado un mejor manejo del campo que hace 10 años, con la rotación.”



Por su parte, Miguel O’Byrne, gerente del Instituto de Promoción de la Ganadería de Santa Cruz (IPG) se refirió a “la peor sequía de la historia” añadiendo que “en el departamento de Güer Aike mermaron muchos los corderos, hubo un bajo porcentaje de parición, por ende, de señalada y eso es consecuencia del deterioro del pastizal, falta de lluvia, desaparición de napas, hay cascos históricos que se están quedando sin agua… y por supuesto, la falta de lluvia.”





Un perro ovejero literalmente camina por un brazo del río, devenido en charco



“La emergencia agropecuaria se pide porque se contabiliza un 50% de pérdida de la producción ovina y vacuna, pero también en estas circunstancias hay un daño a futuro muy perceptible que es el grave deterioro del suelo, agravado por la presencia del guanaco, además” subrayó.



“La situación gravísima que tenemos que estudiar es que no es un proceso de un año, sino de varios, acumulativo y que no se revierte con un año de buenas lluvias solamente, el deterioro es gigantesco…” finalizó diciendo.



El porductor Tomás Ibáñez (Glencross) zona Río Turbio comentó “Desde hace 3 años en la zona de cordillera tenemos un 50 por ciento menos de precipitaciones, principalmente lluvia y prácticamente un 70 u 80 por ciento menos de



precipitaciones níveas que no duran en la tierra, eso está haciendo que bajen las napas de agua, se estén secando manantiales y arroyos. Además de eso, el aumento de la intensidad y constancia del viento, como así también de la temperatura media, antes era raro que hubieran muchos días de 20 grados y ahora es normal tener 40 km de viento y de 17 a 23 grados de temperatura, así que afecta fundamentalmente al crecimiento de los pastos, reposición de semilla, lo que lleva tener que bajar la carga animal”





El arroyo de Los Perros en la zona de Calafate, hoy seco.



En tanto, Luis Núñez (El Chiripá, La Esperanza) se refirió a la situación, señalando la necesidad de “eficientizar las propias acciones.”



“El campo depende de tres factores: el clima, las acciones del productor y gobierno A nosotros nos toca la tarea de eficientizar lo máximo posible las propias acciones. Y en el contexto actual, con el gobierno y el clima adverso, eso hoy significa reducción de personal directo e indirecto o de temporada a la mitad, asesores profesionales, insumos básicos, renovación de maquinaria y herramientas a cero, la salida de cualquier sistema costoso que tribute impuestos, requisitos para exportar etc. Y las obras de infraestuctura relacionadas a la producción: corrales, galpones mangas, captación de agua canales genética etc. todas suspendidas y las no relacionadas, pintura ampliaciones, quinta, parques, riego y forestación, también” lamentó.



Leslie Hewlett (Coy Inlett, Puerto Coyle) expresó su preocupación por la intensidad del viento, señalando que donde peor están los campos es donde hay guanacos, “el suelo está detonado. Hay ovejas a las que se les están borrando los dientes a los 5 años” -agregando que- “ponele que a futuro sea negocio tener guanacos, entonces sacas las ovejas, encerras guanacos, esquilas, faenas, pero ¿cómo haces para controlar la cantidad de guanacos en el campo?, no hay forma… Vienen estos años secos y en vez de poner 1300 ovejas en dos leguas, pones 1000, pero con los guanacos ¿cómo haces? Te van a degradar el campo mal. Hay un problema de sobrepastoreo que no podes controlar y para esto estuviste 20 años cuidando el campo ¡sin hacienda!¨”



“Muchas veces pienso que nuestros nietos van a heredar un desierto”



Marcelo Cepernic (La Josefina, El Calafate) dijo que “la sequía en nuestra zona es dramática, nosotros estamos a orillas del arroyo de los Perros y está seco hace más de 15 dias, regamos con canales pero tuvimos que abandonar la quinta y los árboles porque era el único medio de riego que tenìamos.”



“Tenemos un pozo de perforación que tiene como 40 años y usamos como agua potable, ahora bombeamos no más de 2 minutos y se seca, así que esperamos unas horas y volvemos a bombear y así, pero solo alcanza para cocinar y bañarnos, no da para regar…” “Las pasturas hoy agonizan. En la veranada tenemos un puesto que tiene un chorrillo que hoy ya se secó y el ojo de agua también, a pala y pico lo hicimos resurgir pero ahora ya se secó del todo” detalló.



“Muchas veces pienso que nuestros nietos van a heredar un desierto” lamentó, agregando que “creo que la gran esperanza a futuro será que podamos perforar, sacar agua de los acuíferos y regar el campo con los paneles solares”



Federico Rodríguez (Tres de Enero, Río Gallegos se refirió a los “campos muy stressados por una sequía que ya lleva tres ciclos. Hay muchos corderos en la zona porque el año pasado fue mala la señalada, pero tienen bajo peso, el campo está muy deteriorado” puntualizó.



Por su parte, Adrián Suárez (Oschen Aike, Piedra Buena) pintó un panorama similar en el centro de la provincia “hace 3 años venimos con un régimen de lluvias a la mitad de lo normal, nunca vi esta sequía, en 2016 hubo un episodio similar en la época de parición pero después no fue tan grave.”



“Yo tengo el campo dividido con el vecino por un río y ahora están pasando las ovejas como si fuera un charco o un canal” señaló, añadiendo que “en 50 años que tengo nunca vi esto, las napas de agua de los pozos han bajado muchísimo, es muy preocupante.”



“Se ve menos del 40 por ciento de señalada y en la zona de Gregores también está muy feo, vamos a tener serios problemas si no llueve, creo que el peor panorama es en las zonas sur y centro de Santa Cruz” finalizó diciendo.



Por último, Cristian Halliday (El Zorro, Piedra Buena) expresó “estoy peleando con la sequía como todos.. Creo que sería importante poder contar con créditos a largo plazo, a tasa fija y con el interés muy bajo, algo parecido a la ley ovina para hacer perforaciones de agua, comprar alambres, ovejas, alimento balanceado para suplementar la hacienda etc.”



Al tiempo que destacó que “ hay que tratar de tener otro manejo con la oveja por la sequía que creo que hoy es al extremo. Hay que insistir al gobierno mediante el CAP con los canales de riego, el agua de los ríos Chico y Santa Cruz están vírgenes, es agua que no se aprovecha y se va al mar…”



“La profunda valorización del recurso agua”



El ingeniero forestal Boris Díaz, de la Estación Experimental del Inta Santa Cruz comentó que este verano se presenta extraordinariamente seco y caluroso en toda la provincia de Santa Cruz.



“Desafortunadamente, no somos una provincia rica en datos climáticos. Estos nos juega en contra cuando más los necesitamos para entender la situación en la que estamos, cómo viene cambiando en el pasado reciente y modelizar hacia donde se proyectan los posibles escenarios futuros” opinó.



“En 3 décadas, las nevadas invernales (en términos de gran acumulación de espesor, duración, extensión y producción de agua equivalente) prácticamente han desaparecido en la mayor proporción de territorio; las lluvias han comenzado a evidenciar importantes cambios de patrones estacionales, es decir, como suceden dentro del año a lo largo de las estaciones, además de mostrar una importante tendencia decreciente en este tiempo; lo anterior ha impactado en la recarga de fuentes superficiales y subterráneas de agua, cuyas efectos están desfasados en el tiempo, mientras que en el primer caso es inmediato (si no hay lluvia no hay caudal en un río en la misma estación), en el segundo pueden tardarse años o décadas en detectarse” detalló



“Resulta muy difícil pensar, en este momento, que tendencias como la de continuar con años progresivamente más secos, cálidos y ventosos, se reviertan en el futuro cercano, incluso aunque se cumplan algunos pronósticos como la reversión de la Niña en el próximo otoño de 2023” opinó.



Con respecto a las posibles soluciones a futuro destacó “la preparación de la sociedad en su conjunto para enfrentar los desafíos por venir; la profunda valorización del recurso agua, su detallado conocimiento y monitoreo; la apropiada jerarquización, profesionalización y empoderamiento de las autoridades responsables y el fortalecimiento de la gobernanza del agua a través de una mayor democratización de la toma de decisiones de gestión para enfrentar los posibles escenarios, tanto de corto como de largo plazo, en relación con el agua y su accesibilidad y seguridad futuras.”


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