Día mundial del Cáncer: controlar, diagnosticar en forma precoz y tratar a tiempo el cáncer de mama

Es el tumor que más afecta a las mujeres. En Argentina se detectan cada año 22 mil casos y provoca más de 5.500 muertes. Al ser una enfermedad difícil de prevenir, la clave está en detectarla de manera temprana. Esto no sólo mejora el pronóstico de la enfermedad: también brinda una mejor calidad de vida.

“La lucha contra el cáncer de mama enfrenta hoy un desafío principal: que todas las pacientes tengan acceso al diagnóstico precoz y al tratamiento apropiado”. En una frase, la especialista en tocoginecología y mastología Sabrina Barchuk resume las tres patas de la lucha contra el tumor que padece una de cada 13 mujeres argentinas a lo largo de la vida: controlar, detectar en forma temprana y abordarlo rápidamente.



En el marco del Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemora este 4 de febrero, los tumores de mama tienen un lugar central en la búsqueda de generar conciencia en la población. Según datos del Ministerio de Salud, cada año se detectan en el país 22 mil nuevos casos -más que cualquier otra patología oncológica- y son los que mayor cantidad de muertes en mujeres provocan: más de 5.500. 



“La consulta al especialista para valorar el riesgo potencial de enfermarse y el inicio de los controles mamarios a la edad sugerida permite, en la mayoría de los casos, detectar tumores con altas tasas de curación. El cáncer de mama es difícilmente prevenible, pero existen herramientas y recursos que nos permiten detectarlo tempranamente, mejorando el pronóstico y la calidad de vida de las pacientes”, desarrolla Barchuk (MN 126304), quien es miembro de la Sociedad Argentina de Mastología.



La experta habla, literalmente, de “salvar vidas”. En esa carrera, el primer paso es la detección. El cáncer de mama puede ser diagnosticado en forma clínica o subclínica. El primer caso se da cuando aparecen síntomas referidos por la mujer (nódulo palpable, retracción de la piel, secreción por el pezón) o un signo hallado por el médico en el examen físico (nódulo, induración, alteración de la forma o consistencia de la mama, secreción provocada con la expresión del pezón). Los cánceres diagnosticados en forma subclínica se identifican con las imágenes mamarias y se expresan como un nódulo, microcalcificaciones, asimetría o alteración de la arquitectura de la glándula.



“En el grupo de mujeres que realizan su tamizaje periódico (en Argentina, la Sociedad Argentina de Mastología recomienda la mamografía anual desde los 40 años en mujeres sin antecedentes familiares de cáncer de mama), la forma de presentación más frecuente suele ser subclínica. En las menores de 40, la más frecuente suele ser clínica como nódulo palpable. Lo mismo ocurre en los grupos poblacionales mayores de 40 que no realizan su control anual”, explica la experta.



 



Análisis molecular y tratamientos



Los cánceres de mama se clasifican por sus características moleculares -que son medidas en el material de una biopsia o una pieza quirúrgica de la mama- y esta información es fundamental para su posterior tratamiento. Es así que existen tumores que expresan receptores hormonales (de estrógeno y progesterona), otros que no los expresan y otros que tienen sobreexpresión de una molécula denominada HER2-neu. 



“Los tumores más frecuentes a cualquier edad son aquellos que expresan receptores hormonales y no manifiestan la sobreexpresión de HER2-neu. Sin embargo, en mujeres menores de 40, el porcentaje de tumores llamados 'triple negativos' (que no expresan receptores hormonales ni HER2-neu), son algo más frecuentes comparados con las mujeres de mayor edad”, especifica Barchuk, quien es además médica de planta de la Sección Mastología del Hospital Fernández.



Este “identikit” molecular será determinante a la hora de definir qué tratamientos se van a seguir, en una estrategia personalizada de acuerdo a las particularidades de cada caso. “La cirugía, la quimioterapia sistémica, la hormonoterapia, la radioterapia y los tratamientos biológicos son los cinco pilares fundamentales del tratamiento del cáncer de mama. No todas las pacientes recibirán la totalidad de los tratamientos ni en la misma secuencia. Esto dependerá fundamentalmente del tipo biológico del tumor y del estadio de presentación, definido por la extensión local de la enfermedad en la mama, regional en los ganglios linfáticos y sistémica en otros órganos”, detalla.



 



El cáncer de mama, según las edades



No todas las mujeres tienen las mismas chances de desarrollar un cáncer de mama a lo largo de su vida: depende de cuestiones personales y familiares. Por eso se sugiere una primera consulta entre los 25 y 30 años para hacer una evaluación del riesgo. “En las mujeres sin riesgo incrementado, la Sociedad Argentina de Mastología recomienda una mamografía anual a partir de los 40 años junto al examen físico mamario realizado por un profesional entrenado”, sostiene la especialista.



Por otra parte, como recomendación general, una mujer con antecedentes familiares de cáncer de mama debe comenzar su tamizaje con mamografía diez años antes de la edad al diagnóstico del familiar más joven. También pueden requerir adicionar otras modalidades de imágenes mamarias. De allí que determinar a edades tempranas cuál es el riesgo potencial de enfermar de cada mujer es fundamental para elegir la mejor estrategia de seguimiento.



“El cáncer de mama se presenta con mayor frecuencia entre los 55 y 65 años. Sin embargo, hay aproximadamente un 10% de casos que se diagnostican en menores de 40 y un 10%, en mayores de 80. Por lo cual, la edad no es un factor para subestimar un cáncer de mama cuando existen razones para sospecharlo”, agrega.



 



Autoexamen y pautas de prevención



El autoxamen mamario es una estrategia que apunta al autoconocimiento del cuerpo. ¿Por qué es útil? Permite detectar cambios en las características de las mamas. Al practicarlo una vez al mes, cada mujer puede aprender a conocerlas y de esta manera tiene la posibilidad de distinguir qué es normal y qué no; y así reconocer alguna modificación que deba ser reportada al ginecólogo o mastólogo.



“Los signos que se deben buscar, además del bulto, son cambios en el tamaño y/o forma de la mama, hoyuelos, enrojecimiento de la piel, hundimiento del pezón y presencia de secreciones”, detalla Barchuk. Si la mujer aún menstrúa, el mejor momento es entre el séptimo y el décimo día después de iniciado el período, dado que las mamas están menos sensibles. Quienes transitan la menopausia pueden elegir el mismo día de cada mes para recordarlo fácilmente.



Sin embargo, detalla la experta, el autoexamen no se considera una herramienta de diagnóstico precoz ni ha demostrado reducir las muertes por cáncer de mama. Por lo tanto, remarca, es importante destacar que “no reemplaza a la mamografía ni al examen mamario realizado por un médico entrenado”.



En resumen, el cáncer de mama es una enfermedad difícilmente prevenible, de ahí que el diagnóstico precoz es fundamental e impacta en el pronóstico. “Sin embargo, mantener un estilo de vida saludable contribuye a reducir el riesgo basal que cada mujer tenga por factores que no son modificables, como su historia familiar o personal. La lactancia materna, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal saludable, el consumo limitado de alcohol y la ausencia del hábito tabáquico, contribuyen a reducir el riesgo. La terapia hormonal de reemplazo en la menopausia incrementa en alguna medida el riesgo de enfermar. Por lo cual, de indicarse, siempre debe ser realizado para estricta vigilancia e indicación médica”, cierra la experta


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