KZ presenta "Andamo$ Full" y emociona con su historia de vida

A los 13 años, Iván Cassetta -más conocido como KZ- vivió uno de esos momentos que suelen aparecer en películas, pero que a él le llegaron a la vida real. La muerte de su padre lo obligó a ocupar un rol adulto siendo apenas un adolescente. 

"Tenía hermanos chiquitos y tuve que llevarlos al colegio, darles de comer, estar a full ahí", contó durante la entrevista con Javier Seveso en el programa Rock and Frío por Radio Nuevo Día 100.9.

Ese quiebre lo marcó para siempre, pero también lo empujó a construir un lazo inquebrantable con su familia. 

"Hoy lo más importante es la relación con mis hermanos. Ellos saben que siempre voy a estar", dijo emocionado. Entre mates y anécdotas, la charla dejó en claro que detrás de su figura artística late una historia de resiliencia profunda.

Fútbol, disciplina y una lesión que cambió su rumbo

Antes de la música, KZ soñó con ser futbolista. Llegó a jugar en las inferiores de Independiente, en tiempos en los que el "Turco" Mohamed dirigía la Reserva. "Eran años hermosos, entrenaba con cracks como el Rolfi Montenegro", recordó. Su puesto era el de lateral derecho: rápido, explosivo, con proyección. "A mí me gustaba correr. Hacía atletismo, 100 metros, eso me ayudaba un montón".

Pero una lesión lo dejó fuera de las canchas y lo obligó a reinventarse. Allí apareció el otro motor de su vida: el arte. Primero fue la actuación, después la radio online, y más tarde, la música. "Yo hablaba en Spraker todas las noches. Era como una catarsis, algo que me sanaba", relató. Su vínculo con el arte nació de manera orgánica, necesario y salvador.

"Andamo$ Full": dolor, verdad y un sonido que no existe en otro lado

La música llegó para ordenar emociones. Su nuevo tema, Andamo$ Full, recién lanzado, tiene un detalle curioso: la palabra "Andamo$" lleva el signo pesos en lugar de la "S". No es un capricho estético, sino una marca de identidad. "Es una parte oscura de mi vida, de cuando tomaba ejemplos de gente grande que no necesariamente hacía lo correcto", explicó.

Cuenta que no escribe nada que no haya vivido. Que no quiere cantar historias ajenas. Y que este primer tema es especial porque fusiona dos géneros que rara vez conviven: RKT con funky. "Nunca imaginé ser cantante, pero me senté con mi productor, Muque, y dije: ‘voy a hacer algo que me represente'".

El videoclip también es autobiográfico: cajas que guardan fragmentos de etapas de su vida, diseñadas especialmente para la producción. "Cada caja es una parte de mí. Es fuerte cuando lo ves".Pero lo que más lo define hoy no es el sonido ni la estética, sino su filosofía: constancia, disciplina y una convicción que repite como mantra. "Para llegar lejos hay que bancarse las frustraciones. Si te equivocás, mejor; aprendés. Pero no podés dejar de hacer".

Su rutina diaria lo confirma: sube diez reels por día, produce contenidos, trabaja con coach vocal, compone y planifica. "Quizás de diez videos, uno se hace viral y te suma mil personas. ¿Y sabés qué? Mil personas son un montón", reflexionó.

Un artista que no olvida sus raíces

Aun con un futuro abierto y metas grandes, KZ nunca pierde de vista lo esencial. "Yo soy de barrio, no vengo de una mansión. Me costó y me sigue costando, pero cada vez un poquito menos porque pongo mi parte", aseguró. La esencia, dice, es algo que no cambia. La lealtad a los afectos, tampoco. "Tengo pocos amigos, pero reales. Me gusta mirar a la gente a los ojos, saber cómo está".

Hoy, a sus 21 años, KZ se proyecta dentro de la música urbana con ganas de comerse el mundo. Sueña con colaboraciones grandes, con escenarios importantes, con seguir contando su historia a través de melodías que mezclen su dolor, su impulso y su esperanza. "Quiero que la gente que escuche mis temas sienta algo. Que se identifique, que le llegue".

La entrevista de Radio Nuevo Día mostró a un pibe sensible, determinado y humilde, que convirtió la adversidad en motor y que llega a la escena urbana con un mensaje claro: la disciplina y las ganas pueden más que cualquier golpe de la vida.

Agente de prensa: Juan Ignacio Penlowskyj- ( Diario Nuevo Día)