"La dislexia no impide aprender, pero duele cuando no se comprende", señaló la especialista en diálogo con Radio Nuevo Día
En el Día Internacional de la Dislexia, la docente y presidenta de Disfam Argentina, María Arabetti, habló con el programa Arriba el Día de Radio Nuevo Día sobre la importancia de detectar a tiempo esta dificultad del aprendizaje y de formar a los docentes en estrategias inclusivas. Explicó que uno de cada diez chicos podría tener dislexia, pero la mayoría no cuenta con un diagnóstico adecuado.
María Arabetti, docente diplomada en Educación Inclusiva y presidenta de Disfam Argentina, explicó que la dislexia "es una dificultad para aprender a leer en forma fluida, exacta y automatizada en personas inteligentes, incluso muy inteligentes, que fueron expuestas al proceso de alfabetización", en diálogo con "Arriba el Día" de Radio Nuevo Día.
Según detalló, esta condición se manifiesta desde las primeras etapas escolares, cuando los chicos "no logran establecer la relación entre el sonido y la representación gráfica de las letras".
"Cuando no se detecta a tiempo -añadió-, muchos chicos comienzan a fracasar en el sistema escolar y son injustamente tildados de vagos o lentos, cuando en realidad son muy capaces".
María Arabetti, docente diplomada en Educación Inclusiva (Foto: Radio Nacional)
Arabetti también subrayó que la dislexia tiene un alto componente hereditario, y que "muchos adultos descubren su diagnóstico a partir del de sus hijos".
Detección temprana y rol clave de los docentes
La especialista insistió en que la detección temprana es fundamental: "Desde sala de 4 o 5 ya se puede trabajar la conciencia fonológica, que es la antesala de la alfabetización. Si un chico no puede seguir ritmos, canciones o identificar sonidos, hay señales de alerta", explicó.
Recomendó que los docentes deriven a los chicos con dificultades al pediatra y luego a una fonoaudióloga del lenguaje o a una psicopedagoga con orientación neurocognitiva, profesionales especializados en diagnosticar dislexia, discalculia o disgrafía.
Además, recordó que los maestros pueden implementar adaptaciones incluso antes del diagnóstico formal: priorizar la oralidad, ofrecer textos con letra grande, evitar copiados largos y no penalizar la ortografía. "La ley nacional 27.306 ampara al docente para hacer adecuaciones básicas que garanticen el aprendizaje", destacó.
Capacitación y conciencia: el camino hacia una educación inclusiva
Consultada sobre el panorama nacional, Arabetti reconoció que "Argentina aún está en proceso, pero mejorando". "Estamos flojitos, pero bien encaminados. Las ONGs y las asociaciones como Disfam ayudaron a visibilizar la dislexia y hoy los ministerios están tomando el tema con más seriedad", señaló.
Mencionó que desde Disfam Argentina brindan capacitaciones virtuales y presenciales a escuelas y familias, y que herramientas digitales, como la inteligencia artificial, "pueden ser grandes aliadas para adaptar materiales y enseñar mejor".
Finalmente, resaltó que la dislexia no se cura, pero se compensa con estrategias adecuadas. "Tenemos médicos, ingenieros, deportistas y artistas con dislexia. Lo importante es que los chicos no sufran durante su escolaridad por falta de comprensión", concluyó.
(El Diario Nuevo Día)