Más ajuste: Nación no enviará más los fondos del Impuesto a los combustibles
Esa fue una de las conclusiones de la reunión que encabezó el presidente Javier Milei con veinte gobernadores en la Casa Rosada, sobre la cual hubo bastante hermetismo en las declaraciones y se trataron los lineamientos del Presupuesto 2026 y anticipó una nueva etapa de ajuste fiscal.
Uno de los puntos que no se conoció pero que forma parte de las medidas determinadas desde el gobierno nacional es no girar más los fondos del impuesto a los combustibles líquidos, un recurso clave que las jurisdicciones destinan a obras viales, mantenimiento de rutas y proyectos de infraestructura básica.
Según los primeros cálculos, la medida representaría para Santa Cruz una pérdida de alrededor de 5.000 millones de pesos mensuales, fondos que actualmente se utilizan para financiar obras sobre la Ruta Nacional 3, la Ruta 40 y distintos caminos provinciales vinculados a la producción, el turismo y el transporte.
El nuevo frente del ajuste
El Gobierno nacional busca consolidar el equilibrio fiscal en 2026, y en ese marco avanza con la reducción de todas las transferencias que no sean consideradas "estrictamente esenciales".
La reforma laboral y la reforma tributaria Milei la quiere ver aprobada antes de fin de año al igual que la necesidad que ve de bajar la edad de imputabilidad, bajo el lema del que las hace las paga.
Durante el encuentro los gobernadores advirtieron que el ajuste no puede recaer otra vez sobre las cuentas provinciales, especialmente cuando la inflación y la caída de la recaudación ya vienen reduciendo los ingresos locales.
Preocupación en las provincias
Aunque Milei calificó el encuentro como una "reunión extremadamente positiva, con matices", el anuncio del nuevo recorte encendió las alarmas en varios distritos. Los gobernadores manifestaron su preocupación por la eliminación de los fondos del impuesto a los combustibles y pidieron que la voluntad de diálogo "se refleje también en la distribución de recursos, no solo en los discursos".
Algunos mandatarios admitieron que acompañarán el tratamiento del Presupuesto 2026 y las reformas laboral y tributaria, pero advirtieron que "habrá que ver la letra chica" de los proyectos antes de dar un apoyo cerrado. El clima general fue de cautela y preocupación por la sostenibilidad financiera de las provincias en el corto plazo.
Un ajuste que profundiza tensiones
La medida se inscribe en una estrategia más amplia de Milei para consolidar el superávit fiscal y avanzar con las reformas estructurales laboral, tributaria y penal antes de fin de año. Sin embargo, el costo político podría ser alto ya que el retiro de fondos específicos golpea a las provincias en uno de los sectores más visibles de la gestión, el de las obras públicas y el mantenimiento de rutas, que son las que conectan a las comunidades, a la producción y al turismo.
Hay provincias con rutas muy deterioradas y otras que ven como se les está viniendo abajo la estructura vial. Con este nuevo paso, el Gobierno nacional refuerza su perfil centralista y fiscalista. El ajuste, lejos de haber terminado, entra en su segunda etapa.

