Matías y Ale de Córdoba hasta Alaska en un Twingo 98
Matías y Ale, una pareja oriunda de Córdoba, emprendieron un viaje transformador a bordo de un Renault Twingo 1998 rumbo a Alaska. Desde el 2021 recorren América vendiendo artesanías, sorteando desafíos mecánicos, culturales y climáticos. En entrevista con el programa Rock and Frío de Radio Nuevo Día, contaron su historia de vida, marcada por la libertad, la improvisación y el vínculo humano que tejen en cada kilómetro.
Matías y Ale, una pareja oriunda de Córdoba, emprendieron un viaje transformador a bordo de un Renault Twingo 1998 rumbo a Alaska. Desde el 2021 recorren América vendiendo artesanías, sorteando desafíos mecánicos, culturales y climáticos. En entrevista con el programa Rock and Frío de Radio Nuevo Día, contaron su historia de vida, marcada por la libertad, la improvisación y el vínculo humano que tejen en cada kilómetro.
Una aventura que nació del deseo de vivir distinto
Matías y Ale iniciaron su travesía en 2021, con una idea que nació entre charlas, frustraciones y ganas de algo distinto. Iban a hacerlo en moto, pero la llegada de sus dos perros y la necesidad de espacio los empujó a elegir un compañero inesperado: un Renault Twingo modelo 1998.
"Lo elegimos con convicción, sabiendo que nos íbamos a subir a algo chico, pero que nos daría libertad", contó Ale desde Honduras, donde hoy hacen una pausa en su camino hacia el norte. El viaje, aseguran, es más que una ruta: es una forma de ver el mundo sin horarios ni paquetes cerrados.
Del sur argentino al cruce del Darién: historias de superación y hospitalidad
Arrancaron en Córdoba, probaron el auto en la Patagonia -donde hicieron 5000 kilómetros- y después cruzaron fronteras, culturas y caminos, vendiendo artesanías que ellos mismos fabrican. Aprendieron macramé, alambrismo e incluso a hacer incienso, siempre compartiendo saberes con otros viajeros.
En Costa Rica vivieron uno de los momentos más duros: el motor se rompió y todos sus ahorros se esfumaron. "Fue estresante, pero nos levantamos. Yo trabajé en un restaurante mexicano y Ale alquilaba tablas de surf en la playa", relató Matías. Fue ahí donde también aprendieron a surfear, como una forma de integrarse, de sobrevivir y de disfrutar.
Cruzaron el Tapón del Darién -una zona selvática sin carreteras entre Colombia y Panamá- enviando su Twingo en un contenedor y viajando ellos en avión. "Es un desafío logístico, pero también emocional. Ver tu casa, tu refugio, subir a un barco y no saber si va a llegar bien... es fuerte", dijeron.
Vínculos, introspección y una carpa en el techo del Twingo
Mati y Ale no solo están contando una historia: la están viviendo intensamente. Duermen en una carpa instalada en el techo del Twingo, cocinan donde pueden y cada día es diferente. "Vivimos el presente, sin pensar demasiado en lo que viene. Este viaje también es una forma de conocernos a nosotros mismos", aseguran.
La experiencia los transformó. En Ecuador vivieron uno de los momentos más emotivos, cuando un desconocido llamado Christian los recibió como si fueran familia. "Nos dio las llaves de su casa sin conocernos. Compartimos días con él y otros viajeros, fue una experiencia inolvidable", dijeron.
Hoy están en Honduras y planean seguir hacia El Salvador, organizando trámites de visas y acumulando historias. Su canal de YouTube Twingo en Ruta ya suma miles de seguidores, y en cada video transmiten lo que realmente importa: la conexión con las personas, la introspección y el valor de la simpleza.
Porque como dicen ellos, "lo lindo del viaje es también eso: conocerse, aprender, compartir... y saber que todo puede comenzar en un Twingo".
Producción @pabloeduardomouesca-(Diario Nuevo Día)