GRAVÍSIMO

Patoteado por la UOCRA en Santa Cruz: Fabio pelea por su vida, el testimonio de su esposa, una familia amenazada y la Justicia ausente

El contratista de obra Fabio Cattani, de 56 años, se encuentra en terapia intensiva en Caleta Olivia luego de ser brutalmente golpeado por una patota en Puerto Deseado el pasado 11 de agosto. Su esposa Sonia denunció que el ataque fue instigado por el dirigente de la UOCRA local, Franco Daniel Moreira, quien ya lo había amenazado en 2014.

Redacción Nuevo Día
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A diez días del ataque, el estado de salud de Fabio Cattani, contratista de 56 años de Puerto Deseado, es sumamente delicado. Se encuentra internado en terapia intensiva en el Hospital Zonal de Caleta Olivia, conectado a un respirador.

Su esposa, Sonia, detalló en diálogo con Radio Nuevo Día la gravedad del cuadro:

  • "Perdió el bazo en una cirugía de urgencia", relató, explicando que debió ser transfundido en tres oportunidades por la gran pérdida de sangre.

  • "Tiene ocho costillas fracturadas y un traumatismo de tórax que afectó al corazón y a un pulmón, que ya no funciona", añadió.

  • "Está por perder un testículo a raíz de la lesión recibida, además de múltiples hematomas en la espalda, abdomen y brazos", indicó.

"Es muy duro verlo así. Era un hombre activo y fuerte, y hoy lo mantienen sedado para que pueda estar estable", expresó con dolor. 

El ataque del 11 de agosto

Según el testimonio de Sonia, el 11 de agosto Fabio Cattani participó de una manifestación pacífica frente a la sede de la UOCRA en Puerto Deseado, tras lo cual regresó a trabajar en una obra privada.

Minutos más tarde, cuatro camionetas y varios autos se presentaron en el lugar. "En la primera camioneta iba Franco Daniel Moreira, que bajó gritando ‘hay que matarlo a Catani'. Entonces lo atacaron entre varios, lo tiraron al piso y lo patearon sin parar", denunció.

La mujer aseguró que la policía estaba presente pero no intervino: "Solo miraron. Mi esposo me contó que incluso un oficial filmaba mientras lo golpeaban".

Catani logró escapar en su camioneta y llegó por sus propios medios al hospital. Horas después se descompensó por la pérdida de sangre y debió ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. 

Antecedentes de amenazas y un ataque previo en 2014

La violencia contra Fabio Cattani no es nueva. Según su esposa, Franco Daniel Moreira ya había intentado agredirlo en 2014, en un hecho que también calificó como "un intento de homicidio".

"Tengo denuncias contra esta persona desde 2013. En 2014 ya hubo un ataque similar. Es el segundo intento de homicidio contra mi esposo", afirmó Sonia, recordando que desde hace más de una década arrastran conflictos y hostigamientos por parte del mismo dirigente. 

Una familia bajo amenaza y sin respuestas judiciales

Lo más grave es que la violencia no terminó con el ataque. Sonia denunció que integrantes de la misma patota ingresaron al hospital de Puerto Deseado en los días posteriores y que su familia recibió nuevas amenazas.

"Hago responsable a Franco Daniel Moreira de todo lo que nos pueda pasar a mí o a mi familia. Estamos desprotegidos, la justicia no hizo nada en 11 días, no hay detenidos ni allanamientos", advirtió.

La mujer relató que incluso su familia sufrió intimidaciones en las últimas horas: "Tengo nietos y nadie me garantiza que estén seguros. Hoy el mensaje que se da en Puerto Deseado es que ganan los malos". 

Reclamo a la justicia y a las autoridades

Sonia pidió que la justicia avance con las investigaciones y reclamó al Ministerio de Seguridad garantías para su familia. "La justicia debe actuar, no se lo tengo que pedir de favor. Para eso estudiaron y cobran un sueldo", sostuvo.

El caso generó fuerte conmoción en Puerto Deseado y expuso nuevamente la violencia vinculada a sectores de la UOCRA en distintas localidades de Santa Cruz.

Por el momento, la causa está en manos de la justicia local, aunque la jueza de la ciudad debió apartarse por el vínculo familiar con uno de los acusados. En tanto, UOCRA Nacional emitió un comunicado repudiando los hechos de violencia y tomando distancia de lo ocurrido en Puerto Deseado.

Mientras tanto, Fabio pelea por su vida en una cama de terapia intensiva y su familia insiste en que la justicia actúe antes de que la violencia vuelva a repetirse

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