Las renuncias masivas tienen antecedente: en Santa Cruz lo sufrió Daniel Peralta

A fines de 2011, el por entonces gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, sufrió en carne propia lo que esta tarde vivió en carne propia el presidente Fernández. Los funcionarios que respondían a la entonces presidenta Cristina Kirchner dejaron sus cargos.

Tras la contundente derrota sufrida por el Frente de Todos en las PASO del domingo pasado, varios funcionarios que responden a Cristina Kirchner pusieron sus renuncias a disposición de Alberto Fernández, como una estrategia impulsada por la vicepresidenta para presionar al mandatario a reformular su gabinete.



Esta postura tomaron los ministros del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; de Justicia, Martín Soria; de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza; de Cultura, Tristán Bauer; conjuntamente con la titular del PAMI, Luana Volnovich y la del ANSES, Fernanda Raverta. Con el pasar de los minutos, se sumaron el ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié; el titular de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani; el de ACUMAR, Martín Sabbatella; la del INADI, Victoria Donda; y el viceministro de Educación, Jaime Percick. Asimismo, ministros como Jorge Ferraresi, de Hábitat; Gabriel Katopodis, de Obras Públicas; Elizabeth Gómez Alcorta, de Mujeres, Género y Diversidad; de Seguridad, Sabina Frederic; y de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, indicaron que el lunes pusieron sus renuncias a disposición, aunque no formalmente.





Salvando las distancias, existe un antecedente a nivel provincial que se dio a fines de 2011 en Santa Cruz, cuna kirchnerista. A pocos días de iniciar su segundo mandato, el por ese entonces gobernador Daniel Peralta promovió una serie de proyectos que los líderes kirchneristas consideraron antipopulares, especialmente el que proponía la reforma del sistema previsional y las medidas que apuntaban a recortar gastos para enfrentar la crisis económica. Esa situación significó la ruptura del mandatario provincial con el kirchnerismo duro de Santa Cruz, más específicamente con La Cámpora, y generó graves incidentes, por enfrentamientos entre empleados estatales y la Policía.



En ese contexto, los funcionarios y legisladores que respondían al Gobierno nacional encabezado por Cristina Kirchner decidieron quitarle el apoyo a Peralta y dimitieron el 29 de diciembre. De esta forma, dejaron sus cargos el secretario de Gobierno, Francisco Anglesio; el ministro de la Producción, Jaime Álvarez; el ministro de Salud y vicegobernador durante el primer mandato de Peralta (2007-2011), Hernán Martínez Crespo; el jefe de la Policía provincial, Jorge Mario Hassan; el secretario de Deportes, Ricardo Vaiani. Tanto el alejamiento de La Cámpora de la administración provincial como la consecuente crisis institucional resultaron muy evidentes.



En ese momento, los legisladores de la agrupación política K afirmaron al diario Tiempo Sur: “Decidimos no ser parte de todo esto y confirmamos que funcionaros de este gobierno que pertenecen a nuestro lineamiento político dejarán, a partir del día de hoy, de colaborar en el gobierno provincial”.



En tanto, fuentes de la gobernación confiaron  “Con esta maniobra lo que hacen es sacarle apoyo político a Peralta y ante el electorado salvan la responsabilidad política, al aparecer como que no avalan los proyectos de emergencia y de reforma jubilatoria que mandó el Ejecutivo a la Cámara, cuando hasta hace 10 horas atrás lo defendían a muerte”.



A principios de 2012, el gobernador debió presentar a los sucesores de todos los funcionarios que renunciaron para poder finalmente dar inicio a su segundo mandato. Peralta, al igual que otros ex gobernadores como Sergio Acevedo y Carlos Sánchez, padeció así las estrategias políticas de la familia Kirchner, a la que históricamente le ha resultado difícil respetar a los dirigentes santacruceños que no llevan el apellido.



A mediados de 2017, ya fuera del gobierno provincial, Peralta realizó declaraciones a medios de comunicación, contando cómo era su relación con Cristina Kirchner cuando ocupaba el despacho principal de la Casa Rosada. Según sus palabras, la por entonces presidenta lo trataba con “displicencia” al momento de sentarse a negociar partidas presupuestarias. “Yo me peleaba con Cristina a los gritos, pero silla de por medio, y me iba con la guita abajo del brazo para pagar los sueldos, porque si no me esperaban 300 mil tipos acá que me prendían fuego la provincia”, indicó.



Además, rememoró lo complicado que era “pelearse con Cristina cuando tenía el 54 por ciento de los votos” que obtuvo en 2011. “Vos entrabas a Olivos y parecía una reina de Java”, apuntó en una entrevista publicada en Letra P. Infobae.com 



 


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