¿Qué pasa cuando una columna cultural se convierte en una charla sin apuros, cargada de humor y complicidad radial?
Entre risas, interrupciones técnicas y comentarios al pasar, Mariela Álvarez volvió a demostrar que su columna en Rock and Frío es mucho más que un segmento cultural. Desde Buenos Aires, soportando una ola de calor que superaba los 30 grados, la columnista dialogó con Javier Seveso en Radio Nuevo Día y construyó una charla descontracturada, cargada de complicidad y clima radial.
Entre risas, interrupciones técnicas y comentarios al pasar, Mariela Álvarez volvió a demostrar que su columna en Rock and Frío es mucho más que un segmento cultural. Desde Buenos Aires, soportando una ola de calor que superaba los 30 grados, la columnista dialogó con Javier Seveso en Radio Nuevo Día y construyó una charla descontracturada, cargada de complicidad y clima radial.
El intercambio arrancó de manera informal, casi caótica, como suelen darse las conversaciones genuinas al aire. Entre cortes de comunicación, referencias al clima porteño y comparaciones cinematográficas -como la recordada "señora de las palomas" de Mi pobre angelito-, Mariela pintó postales cotidianas que acercaron al oyente a una charla de amigos más que a una entrevista tradicional. "Un sol que raja la tierra", resumió, describiendo el contexto desde el que salía al aire.
En ese clima relajado también hubo espacio para el reconocimiento y la emoción. Mariela celebró el premio recibido por la producción de Rock and Frío y destacó el trabajo colectivo detrás del programa. "Somos un montón, y eso es lo lindo", expresó, poniendo en valor el rol de cada integrante del equipo y el recorrido compartido a lo largo de los años. La charla se llenó de agradecimientos, recuerdos y referencias a una amistad que trascendió lo profesional.
Fiel a su estilo, la columnista fue hilando anécdotas con contenido cultural sin perder el tono informal. Entre bromas, olvidos y risas, introdujo el eje de la jornada: una tarde de homenajes.
Con naturalidad, pasó de hablar del calor y las palomas porteñas a recordar la figura de Héctor Alterio, repasando su trayectoria y recomendando películas emblemáticas como La historia oficial y Caballos salvajes, siempre desde una mirada personal y cercana.
Al referirse a El hijo de la novia, Mariela destacó no solo las actuaciones de Ricardo Darín, Héctor Alterio y Norma Aleandro, sino también el mensaje profundo que atraviesa la historia. "Habla de los momentos chiquititos de la vida, esos que al final son los que cuentan", reflexionó, comparando la experiencia con el repaso de los mejores momentos de un año al editar un programa de radio.
Lejos de un análisis académico, la recomendación fluyó como una conversación íntima. Mariela habló del paso del tiempo, de la memoria, del amor y de esas escenas que quedan resonando mucho después de que terminan los créditos. "Es una película que hoy no volvería a ver porque lloraría el doble", confesó entre risas, dejando en claro que la emoción también forma parte del disfrute cultural.
"Estas charlas movilizan", reconoció Mariela en uno de los momentos más sinceros del intercambio. Sin solemnidad, pero con honestidad, dejó en claro que la cultura también puede abordarse desde lo cotidiano, mezclando memoria, cine, música y vivencias propias. Esa combinación, lejos de rigideces, es parte del sello que construyó con el tiempo en el programa.
La participación de Mariela Álvarez volvió a confirmar que Rock and Frío no es solo información o agenda cultural: es un espacio donde la radio se vive como encuentro, donde el contenido se cuela entre risas, afectos y comentarios espontáneos que conectan con el oyente desde un lugar simple y genuino.
Mariela Álvarez -corresponsal en Buenos Aires. (Diario Nuevo Día)

