Qué significa el acuerdo histórico entre YPF y FOMICRUZ y por qué cambia el juego en Santa Cruz
ras concretarse el traspaso de diez yacimientos y un ducto de transporte a FOMICRUZ, Santa Cruz comienza una nueva etapa con control total sobre recursos estratégicos. YPF deberá limpiar el daño ambiental de décadas y aportar $200 millones como compensación. Qué significa esto en términos productivos, ambientales y económicos.
El acuerdo entre Santa Cruz y YPF ya es una realidad: la provincia es oficialmente dueña de diez yacimientos convencionales de petróleo y de un ducto de transporte, que antes estaban bajo el control de la petrolera nacional. Pero más allá del traspaso, la pregunta que muchos se hacen es qué significa esto para los santacruceños y cómo afecta al futuro de la provincia.
En una entrevista en el programa La Otra Gestión de FM 100.9 Radio Nuevo Día, el ingeniero Jaime Álvarez explicó punto por punto los alcances del acuerdo. La operación, que incluyó meses de negociaciones, quedó sellada con la firma del contrato el pasado 2 de junio y la escritura de las áreas semanas después. Desde ese momento, FOMICRUZ, la empresa estatal provincial, tiene la potestad total sobre los yacimientos y toda la infraestructura que YPF tenía en la zona norte.
Esto incluye galpones, instalaciones, vehículos, y un importante lote de materiales valuado en 10 millones de dólares. Todo pasó a manos de la provincia, que ahora podrá licitar estas áreas bajo condiciones propias, abriendo la puerta a nuevas inversiones pero con reglas santacruceñas.
Pero el aspecto más trascendente -y celebrado como un precedente a nivel nacional- es que YPF no podrá retirarse sin hacerse cargo del daño ambiental acumulado. "Lo que hicimos fue evitar que se vayan y nos dejen la contaminación. YPF va a tener que remediar todo lo que hizo mal", explicó Álvarez.
Para eso, en los próximos seis meses se realizará un relevamiento completo de pasivos ambientales -como piletas con residuos, suelos contaminados y depósitos tóxicos- a cargo de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET. Una vez terminado ese estudio, YPF tendrá un plazo de hasta cinco años para limpiar todo, financiado con sus propios fondos y con empresas santacruceñas.
Además, la provincia ya recibió el 70% de un bono de $200 millones de dólares por responsabilidad social, y el 30% restante llegará cuando YPF finalice su salida operativa.
¿Por qué es tan importante este acuerdo?
Porque rompe una lógica que se repitió durante décadas en toda la Patagonia: empresas que explotaban recursos y dejaban contaminación a su paso sin hacerse cargo. Ahora, Santa Cruz marca un antes y un después, con un modelo que ya se analiza en otras provincias.
El control estatal de estas áreas también permite pensar en un desarrollo más justo, con licitaciones transparentes, inclusión de pymes locales y reinversión de los recursos en la provincia.
Finalmente, ante el fallo judicial en Nueva York que obliga al Estado argentino a entregar el 51% de las acciones de YPF, el gobierno provincial instruyó a sus abogados para proteger los intereses de Santa Cruz en ese contexto.
En resumen:
-Santa Cruz tomó el control de diez yacimientos y un ducto de transporte.
-La infraestructura, vehículos y materiales también quedaron en manos provinciales.
-YPF deberá remediar el daño ambiental con fondos propios y empresas locales.
-Se recibió un bono de $200 millones por responsabilidad social.
-La provincia podrá definir el futuro de estas áreas bajo sus propias condiciones.
La noticia es conocida, pero la dimensión de lo conseguido recién empieza a entenderse. Lo que Santa Cruz logró no es solo petróleo: es soberanía sobre sus recursos y una nueva forma de pensar el desarrollo energético y ambiental. (Fuente: El Diario Nuevo Día)