Río Gallegos, la tarde que el barrio estalló: golpiza, un menor al borde de la inconsciencia, y el asedio a una vivienda
La grave agresión que sufrió un adolescente de 16 años, tuvo la participación de otor de 14 años. Los vecinos reclamaron afuera de la vivienda de los presuntos agresores.
Eran las 18:50 horas cuando el ruido de la reyerta rompió la habitual calma sabatina. En el cruce de Ameghino y Pasaje Coronel Villegas, la riña había escalado de un altercado verbal a una gresca violenta y posteriormente, en reclamo de vecinos en Río Gallegos del Barrio Fátima.
Los primeros efectivos que llegaron al lugar, alertados por llamados que reportaban la urgencia, se encontraron ante un escenario dantesco: un joven de 16 años yacía tendido en el pavimento, inmóvil y con graves lesiones sangrantes en la cabeza y el torso, evidencia de la saña del ataque. De inmediato, se solicitó la presencia del personal del hospital, que trabajó aceleradamente para inmovilizar al menor y trasladarlo al centro de salud local, luchando contra la pérdida de conocimiento.
Mientras esto ocurría, la indignación vecinal se hacía eco. Un grupo, de acuerdo al radiograma policial, no dudó en señalar a los presuntos responsables, un grupo que -según aseguraban- habría actuado en conjunto y utilizado un arma blanca contra la víctima. La policía comenzó a recoger las primeras evidencias: un trozo de tela saturado de sangre y las marcas rojizas sobre la calle, que daban cuenta de la intensidad de la golpiza.
El asedio y la intervención de la Justicia
La conmoción, cargada de furia, se desplazó velozmente hasta el domicilio de los presuntos agresores en la calle Santa Fe. Lo que inicialmente fue un reclamo enérgico de justicia se transformó en un asalto vecinal. Decenas de personas arrojaron piedras y cascotes, haciendo estallar los vidrios de la fachada y causando serios destrozos en la propiedad, detalló el informe de la policía.
La situación se tornó crítica. Los efectivos policiales se vieron superados por el número y la hostilidad de la multitud enardecida, mientras que los ocupantes del inmueble respondían al ataque arrojando proyectiles hacia la calle. El clima obligó a cortar las arterias cercanas y a solicitar una intervención de mayor peso.
Ante el peligro inminente, la fuerza solicitó al magistrado de turno la autorización judicial de allanamiento y detención. El ingreso al domicilio se realizó bajo un operativo táctico para asegurar tanto la integridad de los efectivos como la de los sospechosos, logrando la aprehensión de cinco personas (cuatro hombres y una mujer) por su presunta participación en los incidentes.
El cuchillo, el ADN y los resultados judiciales
Las pesquisas en la escena del hecho fueron minuciosas. Entre el material probatorio asegurado se destacó:
Un cuchillo con mango verde (presunta arma utilizada en la agresión).
Muestras de hisopado con restos biológicos para posterior análisis de ADN.
Filmaciones cruciales aportadas por vecinos, que ya están siendo analizadas por la División Criminalística.
Simultáneamente, el proceso judicial se complejizó al presentarse en la Comisaría una mujer que, tras reconocer a su hijo en los videos de la pelea, lo puso a disposición: un menor de 14 años que también habría participado.
Con dos menores involucrados, se dio intervención a la Justicia Penal Juvenil. La autoridad judicial ordenó la liberación de los dos adolescentes, así como la de una de las mujeres aprehendidas, bajo la condición obligatoria de fijar domicilio. Sin embargo, tres adultos quedaron con su libertad restringida: fueron trasladados a dependencias policiales en calidad de detenidos comunicados, enfrentando cargos por la agresión y los disturbios posteriores.
El joven de 16 años, afortunadamente, fue diagnosticado con traumatismo de cráneo leve producto de golpes de puño y patadas, además de heridas cortantes superficiales. Pese a la violencia extrema que se vivió, su vida no corrió peligro, permaneció en observación y se le habría dado el alta.

