"Somos dueños de nuestro tiempo": la emocionante vida nómade de Pilar y Dulce María
Desde Mérida, Yucatán, la pareja viajera Pilar y Dulce María conversó con Javier Seveso en Rock and Frío sobre su vida nómade. Contaron cómo se conocieron, cómo la fotografía se volvió su brújula, cuál fue el viaje que les cambió el alma y cómo es vivir en un motorhome que adaptaron para recorrer América. Recordaron anécdotas emocionantes, encuentros con familias rurales de Campeche y la experiencia que los marcó en un Tepuy venezolano, donde entendieron que viajar es también transformar la mirada. La entrevista mezcló emoción, humor y una invitación abierta a soñar.
Javier, intrigado por el nombre "Pilar", confesó entre risas que al principio pensó que se trataba de una mujer. Pilar -ingeniero civil mexicano- explicó que en su familia es un nombre de uso común para hombres y mujeres. Dulce, venezolana, completó el cuadro: juntos llevan 10 años de matrimonio, y más de una década construyendo un amor atravesado por rutas, trabajos en distintos países y una pasión en común: viajar.
"Somos patas de perro desde siempre", dijo Pilar, usando el término mexicano que define al viajero incansable.
Él llegó a Venezuela por trabajo, y allí se cruzó con Dulce. Desde entonces, nunca más dejaron de moverse.
Una vida dentro de una casa rodante: libertad en estado puro
Instalados hace algunos meses en Mérida, cuentan con orgullo que viven en su motorhome, al que llaman "nuestra casa rodante".
Dulce lo resume con una frase que emocionó a Javier y a los oyentes:
"Tenemos los patios que queramos. Si queremos patio en el mar, lo tenemos. Si queremos montaña, también."
El vehículo -de unos diez metros- cuenta con habitación amplia, cocina, baño, sala y un "slider", un sistema que amplía el espacio cuando están estacionados. Pilar lo adaptó con paneles solares, baterías y aire acondicionado más silencioso.
La casa, dicen, no es grande: es suficiente, porque lo importante está afuera, en los paisajes y en la gente que encuentran en el camino.
El viaje que les cambió la vida: el Tepuy, la luna en la Tierra
Cuando Javier les preguntó si había una foto o experiencia que marcara un antes y un después, Dulce no dudó:
"El Tepuy. Ese viaje nos cambió el alma."
En 2015 caminaron tres días de ascenso y tres de regreso hasta uno de los imponentes Tepuyes entre Venezuela, Brasil y la Guayana Esequiba.
"Arriba parecía la luna", recordó Pilar.
Las fotos -que prometieron enviar a la radio- muestran ambos sentados al borde del abismo, con los tenis apoyados entre las rocas. Una imagen que, aseguran, define su espíritu viajero: mirar el mundo desde lo alto, juntos.
Encuentros que se convierten en familia
Otra de las historias más emotivas surgió cuando hablaron de su estadía en Campeche.
Pilar trabajaba en unas granjas, realizando 24 horas de viaje para supervisar obras. Cansado de ir y venir, decidieron mover toda la casa rodante y quedarse cerca del lugar.
Allí conocieron a una familia rural que los recibió como propios:
"Nos quedamos casi siendo familia. La señora me dice ‘mi hermano'", contó Dulce, emocionada.
Los animales de la granja también se volvieron compañeros. "Son nuestras mascotas prestadas", bromeó Pilar.
Entre fogones, amaneceres y vínculos espontáneos, descubrieron que viajar no es sólo moverse:
es pertenecer por un rato a cada lugar.
Vivir del asombro: la fotografía como forma de sentir
Pilar definió algo que Javier destacó especialmente:
"Nunca perdemos la capacidad de asombro. Nos detenemos por cualquier detalle."
Flores en la ruta, sombras en la montaña, una cabaña al fondo, los colores del cielo.
Fotografían todo. Guardan todo.
"Hay gente que no toma ni una foto. No atesora. Nosotros no dejamos pasar nada", dijo Pilar.
La fotografía, para ellos, es una forma de agradecer.
Planes hacia el sur: un sueño llamado Ushuaia
Aunque hoy su base es Mérida, su brújula apunta al sur.
Quieren recorrer Centroamérica, cruzar a Colombia y descender hacia Ushuaia, "hasta donde se termina la tierra".
Pilar -que ya tiene 70 años- lo dijo con una serenidad que emocionó al conductor:
"Somos dueños de nuestro tiempo. Y ahora nos toca disfrutar."
El plan es viajar dos años y medio continuos cuando finalicen su actual obra en México.
Crear, compartir, vivir: la otra aventura de Dulce María
Dulce María también habló de su faceta creativa: diseña ropa infantil, hace crochet, crea macetas, pulseras, bisutería y artesanías que exhibe en bazares.
"Siempre estoy haciendo algo con las manos", dijo.
Es su forma de conectarse con los lugares, de crear belleza incluso en un espacio reducido.
Cada viaje se convierte en inspiración.
Un cierre con música, cultura y ganas de viajar
La entrevista terminó con un recorrido cultural guiado por Javier, quien mencionó edificios históricos de Mérida -la Catedral de San Ildefonso, el Teatro Peón Contreras, el Palacio Cantón, el Paseo de Montejo- y con la voz emocionada de Pilar y Dulce describiendo su identidad.
El conductor cerró con música mexicana, despertando sonrisas del otro lado del teléfono.
Pilar y Dulce dejaron un mensaje final para quienes sueñan con viajar:
"Viajar no es correr. Es mirar. Es sentir. Es saber que cada lugar tiene algo que enseñarte."
@pabloeduardomouesca-(Fuente: Diario Nuevo Día)

