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Tamara Rubilar: la científica patagónica que transformó el dolor en un hallazgo que hoy reconoce el Senado de la Nación

Hay historias que comienzan en el silencio de un laboratorio, con la mirada fija en un microscopio, y terminan cambiando vidas. La de Tamara Rubilar, doctora en Biología, investigadora del CONICET y fundadora de Promarine Antioxidants, es una de ellas. Desde Puerto Madryn, Chubut, esta científica convirtió la desesperación de una madre en un hallazgo biotecnológico único en el mundo: un antioxidante natural extraído de erizos de mar, capaz de mejorar el sistema inmunológico y contribuir a la recuperación de pacientes con diversas afecciones, entre ellas el COVID prolongado.

Redacción Nuevo Día
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* Por Lic. Katia Ruiz

Por su trayectoria y sus aportes a la ciencia argentina, el pasado 9 de octubre, el Senado de la Nación le otorgó un reconocimiento especial, impulsado por la senadora Silvina García Larraburu, destacando su compromiso con la innovación científica desde la Patagonia.

A este galardón se suma otro hecho destacado: la Dra. Rubilar obtuvo el primer lugar en la final nacional del Concurso "Emprendimiento Argentino" 2025, organizado por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Emprendedores y Economía del Conocimiento, al presentarse con su empresa de base tecnológica Erisea S.A. Este reconocimiento nacional valida la capacidad de transferencia del conocimiento científico al ámbito productivo y refuerza el prestigio y la relevancia del proyecto biotecnológico marino que lidera desde el sur del país.

La historia de una científica en el sur
Tamara nació en Buenos Aires, pero eligió la Patagonia como su lugar en el mundo. Se trasladó a Puerto Madryn para estudiar Biología en la Universidad Nacional de la Patagonia, fascinada por los misterios que esconde el océano. Allí comenzó a investigar la vida marina, sin imaginar que esa curiosidad sería clave para cambiar el destino de su familia.

Tamara Rubilar: la científica patagónica que transformó el dolor en un hallazgo que hoy reconoce el Senado de la Nación

Mientras cursaba su posdoctorado, su segundo hijo fue diagnosticado con una enfermedad autoinmune severa. "Empezó a comer y todo cambió. Vomitaba sangre, tenía la piel irritada, se le cerraban los pulmones. Era desgarrador". Tras múltiples estudios, médicos y dietas estrictas, la preocupación crecía: su hijo mejoraba lentamente, pero su salud seguía siendo frágil.

En diálogo telefónico y en una entrevista reciente con el periodista y conductor Gustavo Dinarelli, Tamara recordó el punto de inflexión: "Fue ahí que decidí destinar cada minuto libre a investigar qué le pasaba y qué decía la ciencia. Empecé a asistir a congresos y a leer sobre antioxidantes, cuando todavía no eran un tema tan conocido. Sabía que había una forma natural de bajar la inflamación intestinal. Un colega de Brasil me acercó por correo de Yahoo un estudio científico ruso. El trabajo hablaba de un mega antioxidante con propiedades inmunoestimulantes. Decía ‘erizos de mar'. Y me quedé helada. ¡Yo trabajaba con erizos todos los días! Estaban ahí, frente a mis ojos".

Tamara se contactó con los científicos rusos autores del estudio, envió muestras desde Puerto Madryn y confirmó lo impensado: los erizos de mar patagónicos contenían el mismo antioxidante natural. Con su pareja como buzo y ella en el laboratorio, comenzaron a extraer huevas no fecundadas para desarrollar un compuesto. Poco después, su hijo empezó a mejorar: desaparecieron los dolores, la inflamación y las crisis respiratorias.

Aquel hallazgo marcó el nacimiento de un proyecto que hoy tiene proyección internacional. Junto a un equipo de médicos y científicos de hospitales públicos -entre ellos el Dr. Fernando Saldarini, el Dr. Martín Sívori y la Dra. Gabriela de Larrañaga-, Rubilar desarrolló antioxidantes naturales con propiedades antivirales y antiinflamatorias, aplicados en tratamientos complementarios para pacientes post COVID.

La empresa Erisea S.A., creada durante la pandemia, se convirtió en la primera EBT del CONICET en la Patagonia, comercializando bajo la marca Promarine una línea de suplementos dietarios validados científicamente por ANMAT. Entre ellos, Echa Marine, diseñado para el COVID prolongado, y Marine Epic, que fortalece el sistema inmunológico y mejora la salud celular.

Desde su laboratorio frente al Atlántico, esta investigadora demuestra que la ciencia también late en los confines del país, que desde el sur se puede innovar y transformar la vida de las personas. Su historia emociona, inspira y es una lección de amor, de perseverancia y de fe en el conocimiento de la ciencia.

Sobre Katia Ruiz

Nacida y criada en la ciudad de Río Gallegos. Cursó sus estudios en Buenos Aires. Licenciada en Relaciones Públicas (UAI). Cuenta con un Posgrado en Comunicación Política e Institucional (UCA), Especialización en Comunicación política del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diplomada en Comunicación de Crisis (CAEP), Especialista en Imagen política (CKV). Técnica Superior en Ceremonial Empresario, Técnica en Organización de Eventos Empresariales y Espectáculos (CEO), Técnica Universitaria en Lenguaje Musical (UCA), Maestra de Ceremonias egresada del Instituto Argentino de Ceremonial Embajador Blanco Villalta, Diplomada en Logística Organizativa, imagen y ceremonial (CIDEC y Universidad San Pablo Tucumán). Diplomada del Instituto Sanmartiniano, actualmente se encuentra finalizando su tesis de la Licenciatura en Ceremonial y protocolo (Universidad Tucumán).

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