Trump condiciona apoyo y pone en jaque las obras de las represas en Santa Cruz
Un acuerdo con Estados Unidos por un préstamo del Tesoro podría estar condicionado a que Argentina desplace a China en sectores estratégicos como las represas del río Santa Cruz y tecnología 5G. Si el gobierno accede, las obras de los complejos hidroeléctricos -ya paralizadas- podrían verse definitivamente frenadas o redefinidas. Esto tendría consecuencias para la soberanía energética, el empleo regional y las finanzas nacionales.
Washington pone una condición central al ofrecimiento financiero: que Argentina desplace a China en sectores críticos como las represas, el 5G, minería y energía. Fuentes oficiales citadas por iProfesional señalan que el préstamo del Tesoro estaría atado a "una decisión contundente: que la Argentina desplace a China en las represas".
Aunque el gobierno niega públicamente las exigencias, diplomáticos admiten que tales condiciones son planteadas en reserva.
Para Washington, la participación china en obras como las represas Cóndor Cliff (Néstor Kirchner) y La Barrancosa (Jorge Cepernic) representa un riesgo estratégico.
El futuro embajador estadounidense, Peter Lamelas, señaló que se vigilarán de cerca los proyectos con participación china en provincias argentinas.
Si Argentina cediera ante estas demandas, abriría una disputa de soberanía: el país perdería libertad de decisión en infraestructura energética clave. Además, someterse a condiciones externas debilita la negociación frente a otros socios (como China) y genera precedentes peligrosos en acuerdos futuros.
Si el gobierno decidiera ceder ante las exigencias de EE. UU. y desplazar a China del proyecto, podrían ocurrir:
-La baja o rescisión del contrato original con el consorcio chino, lo que obligaría a renegociar con nuevas empresas (posiblemente con riesgos técnicos y legales).
-Suspensión definitiva de la obra si no se encuentra nuevo financiador en plazo razonable.
-Reperfilar los diseños, lo cual encarecería aún más el proyecto.
-Pérdida de confianza internacional: potenciales inversores dudarían en asumir riesgos contractuales en el país.
En suma, la exigencia de EE. UU. no solo choca con la realidad contractual y técnica del proyecto, sino que pone en riesgo su viabilidad misma.
Consecuencias locales, energéticas y políticas
Para la provincia de Santa Cruz, el impacto sería severo. Las represas representan una de las apuestas más grandes de generación eléctrica del país (aproximadamente 1.700 MW totales estimados).
Si las obras se detienen definitivamente, se perderían miles de empleos directos e indirectos en la región.
Desde una perspectiva nacional:
-La posibilidad de que Argentina avance en su autonomía energética se reducía significativamente.
-La dependencia de capitales externos se intensificaría: si EE. UU. impone condiciones y China queda afuera, el país queda atrapado en un patrón de financiamiento condicionado.
-El gobierno nacional afrontaría un dilema: aceptar condiciones que comprometen soberanía para acceder a crédito o renunciar y quedar sin financiamiento para pagar vencimientos internacionales.
-En el plano político, este episodio podría generar fuertes observaciones internas y críticas: la oposición podría acusar al gobierno de entregar la soberanía nacional a cambio de apoyo financiero.
En resumen, la exigencia de Washington de desplazar a China de las represas en Santa Cruz coloca al proyecto en una encrucijada. Las represas ya enfrentaban demoras, falta de financiamiento y disputas contractuales. Si el gobierno cediera ante las condicionalidades estadounidenses, podría terminar por paralizar definitivamente estas obras, comprometer la soberanía energética regional y dejar a Santa Cruz sin desarrollo local.
El costo estratégico y económico de aceptar estas condiciones exige un debate exhaustivo entre las distintas provincias, el Estado nacional, los actores técnicos y la sociedad civil. (Fuente: El Diario Nuevo Día)