Adicción al juego

Un juego que no es de chicos: Apuestas, ludopatía, deudas y salud mental, un problema de todos

La adicción al juego ya no tiene como postal una sala de casino o un bingo, con personas solitarias y humo de cigarrillo, la sofisticación y adaptación de las grandes firmas que apostaron a desarrollos web para masificar sus negocios, llegó a la adolescencia y pone en jaque a toda una generación que busca la plata rápida a través del juego

Redacción Nuevo Día
Redacción Nuevo Día
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La proliferación de casas de apuesta y casinos online que llevan el juego de azar a la mano de quien quiera, ya que desde el celular se puede acceder a un sin fin de variantes para jugar y apostar y que cala más hondo entre adolescentes y sobre todo varones quienes desde los 13 años ya se sumergen en un mundo del cual es muy difícil salir airoso, porque bien sabemos que la casa siempre gana y los jugadores sólo acumulan deudas y penas, problema que se da puertas adentro del hogar, pero también en las aulas de las escuelas de todo el país.


Tiempos de éxito rápido, de dinero fácil y ostentación en la que, las redes sociales juegan un rol fundamental de persuasión, donde influencers te invitan a ingresar en determinada plataforma o también en los medios periodísticos, sobre todo los deportivos, donde los propios comunicadores invitan a hacer apuestas de diferente tipo en los eventos deportivos del día, sobre todo en el fútbol argentino, donde las casas de apuesta desembarcaron a viva voz tras la pandemia.


La irrupción de este fenómeno cambió la masividad del juego dado que los jugadores tienen un casino en la mano y ya no es necesario que un seguridad pida un documento para ingresar a una sala porque con mentirle a un servidor y tener una cuenta bancaria o de billetera virtual, es suficiente para ingresar en este mundo donde sólo se puede perder.


Los aparentes conocimientos en deportes, la presunción de saber como saldrá determinado partido, dan la falsa seguridad suficiente para ingresar a este universo del cual es muy difícil salir, primero ganas, después perdes, luego te haces adicto, te endeudas y no podes salir.


El problema de la ludopatía moderna no es sólo que se da en un contexto económico sumamente complejo, donde la mitad de la población argentina está en la pobreza, sino que afecta cada vez a más personas y cada vez más jóvenes.


La imagen del ludópata ya no es una señora fumando cigarrillo junto a una maquinita, ni un hombre con ropa desgarbada y cara de pocas horas de sueño.


Hoy, en el fondo de las aulas, en los recreos de los colegios en todo el país, en la esquina de un barrio donde pibes y pibas usan el celular para navegar ese mundo que poco a poco los consume, con deudas y generando una adicción que trastoca la salud mental de miles de pibes y pibas que deberían estar desarrollando su aprendizaje y oportunidades y no obturando su presente y su mañana por el juego.  (Diario Nuevo Día) 

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