Un padre, un hijo y un sueño: la travesía que une Argentina con Alaska sobre ruedas
Resumen: Alejandro y Kevin iniciaron hace dos años y medio un viaje desde Virrey del Pino (Buenos Aires) , con destino final en Alaska. Lo hacen en una Traffic 1987, junto a sus tres perros, vendiendo artesanías y ofreciendo cursos de estética online. Pero su historia va más allá del turismo: es un ejemplo de inclusión, amor incondicional y superación, con un fuerte mensaje de empatía hacia las personas con discapacidad.
Desde Virrey del Pino hasta Alaska, con tres perros y a bordo de una vieja Traffic del '87 llamada Urma, Alejandro y Kevin recorren rutas, pueblos y países con un objetivo claro: vivir el viaje como una herramienta de transformación. La historia de "Lazos sobre ruedas" es mucho más que un itinerario turístico: es una travesía emocional que demuestra que la verdadera familia se construye con afecto y resiliencia.
Alejandro adoptó a Kevin hace más de diez años. Hoy, con 24 años, Kevin convive con una discapacidad intelectual, y este viaje se convirtió en una forma de empoderamiento y conexión para ambos. "No lo une la sangre, lo une el corazón", dice Alejandro, quien habló con Javier Seveso en "Rock and Frío", el programa de Radio Nuevo Día.
La decisión de dejar todo atrás y lanzarse a la ruta no fue fácil. "Salir de la estructura social que te enseñaron es difícil. Al principio extrañábamos hasta el agua de la canilla, pero después de tres días de calor, dijimos ‘nos volvemos', y pasaron dos años", cuenta entre risas.
Durante el trayecto, enfrentaron desafíos como quedarse sin dinero, reparar la camioneta solos o incluso incendios en plena ruta brasileña. Pero también cosecharon gestos de solidaridad inolvidables, como el de un hombre que recorrió 300 km solo para llevarles repuestos sin pedir nada a cambio. "Eso también deja huella", afirma Alejandro.
A la par del viaje, Alejandro financia parte de esta aventura con cursos online de estética, y en ocasiones, corta el pelo al borde de un río o en plena selva. "Cada corte es una anécdota", comenta, mostrando cómo la ruta también se convierte en aula y peluquería improvisada.
Kevin, por su parte, encontró en este estilo de vida una oportunidad para vencer barreras sociales. Aunque le cuesta mantener conversaciones con desconocidos, el contacto con otras personas en el camino lo motivó a abrirse y ganar autonomía. "Antes, la rutina lo alteraba. Hoy, necesita viajar", asegura Alejandro.
Detrás de cada kilómetro, hay una historia de inclusión. "Las familias que convivimos con personas con discapacidad no tenemos el problema, el problema es la sociedad", sentencia Alejandro, quien además convive con una discapacidad visual a raíz de un accidente.
Mientras esperan retomar el viaje tras una pausa por trámites médicos, ya sueñan con recorrer el sur del país y seguir sumando anécdotas. "Nos faltan 12 provincias. Queremos llegar a Río Gallegos, al fin del mundo, antes de emprender el cruce hacia el norte", proyecta.
Podés seguir su travesía en redes sociales como @lazossobreruedas en Instagram y Facebook, donde comparten momentos, paisajes y reflexiones desde la ruta. "No viajamos solos, viajamos con todos ustedes", cierra Alejandro, dejando un mensaje poderoso: no hay excusas para no cumplir un sueño.
Produccion : @pabloeduardomouesca - ( Diario Nuevo Día)