"Valió la pena cada renuncia": la emocionante participación de Laura Salgado en la liga profesional
La fisicoculturista santacruceña Laura Salgado debutó en la Liga Profesional Internacional en Portugal, convirtiéndose en la única atleta de América dentro de su categoría. En diálogo con Rock and Frío, contó cómo vivió el torneo, los sacrificios que la llevaron hasta allí, el apoyo de su equipo y la emoción de verse compitiendo junto a referentes mundiales. Obtuvo un top 10 en su primera experiencia profesional y relató el impacto personal de alcanzar un hito que la hizo quebrarse al aire.
"Son las 8.30 de la noche acá, Javi", respondió Laura desde Portugal, con una mezcla de cansancio, alegría y esa incredulidad lógica de quien está cumpliendo un sueño. El inicio del diálogo con Javier Seveso estuvo cargado de calidez y sorpresa mutua: la deportista todavía procesaba haber cruzado el océano por primera vez para competir a nivel profesional.
"Es mi debut en la Liga Profesional", confirmó, recordando que meses atrás, en agosto, hablaban de su preparación estricta: entrenamiento, alimentación y descanso, las tres variables innegociables del fisicoculturismo de élite.
Una preparación marcada por el sacrificio
Cuando Javier le recordó todo lo que había dejado atrás para llegar, la voz de Laura se quebró.
"Son muchas renuncias... pero valió la pena. Siento que representé a mucha gente que me banca, a mi familia. Todo este esfuerzo me trajo hasta acá."
Los meses previos fueron guiados por su equipo técnico: Lisandro Di Giugni y el entrenador santacruceño Gerardo "Maiden" Salas, a quienes llamó "pilares indispensables".
La preparación incluyó una puesta a punto milimétrica y comparativas fotográficas para evaluar progreso. "En once meses mejoré muchísimo. Eso es lo lindo de este deporte: ver cómo evolucionás", contó.
El debut soñado: atletas de Europa, un jurado internacional y el vértigo del escenario
Ya en Portugal, Laura vivió todo por primera vez: la acreditación profesional, el meeting, el gimnasio gigantesco que describió como "un parque de diversiones para quienes amamos los fierros", y el listado de competidoras europeas que debía enfrentar.
"Yo era la única de América. Era increíble pensar que podía competir al lado de atletas que han llegado al Olimpia", confesó.
El 23 de noviembre llegó su momento. Subió a escena en la categoría Figure, frente a un jurado de Estados Unidos, Alemania y Portugal.
"La película que pasaba por mi cabeza... no podía creer dónde estaba", dijo, describiendo un estado entre sueño, emoción y vértigo.
El resultado fue histórico: top 10 profesional, y una medalla que ya viaja rumbo al sur argentino.
Más allá del puesto, valoró las devoluciones técnicas del entrenador ganador del torneo y otros referentes europeos:
"Me dijeron que mi condición era muy buena. Eso me deja feliz."
Del rigor de la competencia a la emoción del viaje
Tras el torneo, Laura aprovechó para conocer Portugal y España, recorriendo Sintra, Santiago de Compostela y la isla de Madeira.
Habló de castillos medievales, paisajes históricos y comidas típicas -"el bacalao, el pulpo a la gallega, la pastelería"- con la alegría de quien siente que el esfuerzo abrió una puerta que quizás no imaginaba tan pronto.
La charla cerró con la pregunta más emocional de la tarde. Javier le pidió que le hablara a su "yo interior".
Ella respiró hondo antes de responder: "Le diría gracias... por confiar, por no aflojar, por hacerme mejor persona y mejor atleta. Gracias por traerme hasta acá."
En el estudio se hizo un silencio breve, ese que aparece cuando una historia conmueve de verdad. (Diario Nuevo Día)

