Aquella amarga noche en Brasil

Luego de un torneo soñado, parecía que la sequía se rompería en Río de Janeiro donde Alemania llegaba de brindarle una nueva pesadilla en suelo propio al anfitrión tras el 7-1 de las semifinales y el equipo de Alejandro Sabella construyó un torneo sólido de mayor a menor con tribunas pintadas de celeste y blanco por la multitud de argentinos allí.

Un nuevo sueño mundialista se presentaba para Argentina luego de 24 años, tras aquella final con derrota ante el mismo rival con el recuerdo de Codesal, Sensini y Brehme latente para muchos, pero con un sabor nuevo para las generaciones posteriores que no gozaron de ilusionarse como los del 91 para acá lo hicimos. 



Todo parecía encaminarse a la Copa del Mundo. Lionel Messi lo merecía al igual que Javier Mascherano y todo un equipo que devolvió la ilusión del mundial en un ámbito como el futbolero en el que nos sabemos y sentimos siempre más, estabamos ante la ocasión de confirmarlo. 



Miles de argentinos y argentinas copando las calles y playas de Río de Janeiro al igual que el Maracaná. 



Pero Götze hizo lo suyo en el tiempo suplementario para amargarnos la fiesta y conseguir la primera Copa del Mundo en américa a manos de un seleccionado europeo. 



Esa noche, en las calles de Brasil y de cada rincón de la Argentina, se bebió un trago amargo. 


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