A 13 años de la desaparición de Marita, Susana Trimarco no pierde la esperanza de hallarla
"Si Estelita de Carlotto encontró a su nieto después de 35 años, ¿por qué voy a perder las esperanzas?", aseguró Trimarco.
En un nuevo aniversario de la desaparición de Marita Verón, Susana
Trimarco dijo que no pierde la esperanza de encontrarla "como sea", y
aseguró: "Si Estelita de Carlotto encontró a su nieto después de 35 años,
¿por qué voy a perder las esperanzas?".
Trimarco recordó a Néstor Kirchner en una fecha
muy difícil: "El no quería que trabaje, sino que me ocupara de buscar a
Marita y por eso cuando me veía me decía: 'tu hija depende de vos y tenés que
seguir luchando para que aparezca y se sepa qué pasó con ella", agregó.
Recordó que "una vez le pregunté qué podía
hacer por agradecimiento hacia él y en ese momento me abrazó y me dijo: 'con las
madres no se hace política, seguí buscando a tu hija y decime todo lo que
necesites'".
Marita Verón desapareció el 3 abril de 2002,
cuando tenía 23 años, y desde ese día Trimarco comenzó su búsqueda y su tarea
se transformó en un símbolo de la lucha contra la trata de personas.
La mujer puso como ejemplo a Estela de Carlotto,
titular de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, que pudo encontrar a su
nieto Guido, para reavivar su esperanza de encontrar a su hija.
En los últimos años, los sospechosos de haber
secuestrado a la joven tucumana para obligarla a ejercer la prostitución fueron
absueltos durante un juicio oral pero posteriormente condenados al ser revisado
el fallo por la Corte Suprema de Justicia.
A pesar de eso, Trimarco admitió que está "enojada
con la Justicia porque en estos 13 años yo pude luchar y lo sigo haciendo todos
los días, pero esta Justicia es tan lenta que no da respuestas".
"¿Cómo puede ser que se demore tanto en dejar
firme una sentencia cuando las cosas están tan claras y se permita a estos
delincuentes seguir sueltos por las calles cometiendo delitos?", se
preguntó Trimarco durante una charla con Télam.
La causa de Marita es un verdadero mapa de trata
de personas pero el reconocimiento alcanzado a nivel nacional e internacional
por su lucha no resulta suficiente para Trimarco porque, asegura,
"necesito que quede firme la sentencia para que mi hija tenga
Justicia".
"Cuando salí del juicio (donde todos quedaron
absueltos) estos delincuentes se burlaban de mi pero yo les dije que uno por
uno la iba a pagar y todo cae por su propio peso", expresó.
Recordó que después de aquel día fueron detenidos
los hermanos Rubén "La Chancha" Ale y Ángel "Mono" Ale,
quienes "se creían dueños de esta provincia pero ahora les estamos desarmando
los negocios sucios y turbios por los que se hacían llamar empresarios".
"Siempre dije que eran empresarios de la
droga y la prostitución y poco a poco les vamos desarmando todos los negocios
porque no pueden usar las mujeres como si fueran cosas o negociarlas como
objetos", agregó.
Los hermanos Ale, a quienes Trimarco siempre
vinculó con la desaparición de su hija, fueron detenidos junto a otras cuatro
personas en una causa por lavado de activos que investiga el juez federal 2 de
Tucumán, Fernando Poviña, impulsada por Unidad de Investigación Financiera
(UIF) a partir de las denuncias realizadas por la madre de Marita.
Sobre los objetivos propuestos a partir de su
lucha Trimarco afirmó: "Quiero que lleguemos a la verdad y se haga
justicia por mi hija y por tantas mujeres desaparecidas de este país".
"Estoy muy orgullosa que mi lucha haya
permitido rescatar más de 8.000 mujeres entre el 2007 y el 2014 y que hayan
vuelto con su familia después de estar en situación de prostitución",
resaltó.
Sin embargo, Trimarco admitió que además de
orgullo siente dolor ya que su trabajo es reconocido en todos los niveles pero
el objetivo principal no pudo ser alcanzado.
"En el tema de trata de personas creo que
estoy cambiando la historia, pero no tengo a mi hija", explicó y añadió:
"Por ahí pienso que algo malo hicieron con ella, pero también hay hechos y
pistas que me ayudan a seguir con esperanza de encontrarla con vida".
"Yo cocino cuando vuelva", fueron las
últimas palabras que Trimarco escuchó de su hija el 3 de abril de 2002. La
joven le dio un beso y salió de la casa rumbo a la Maternidad para realizarse
una serie de estudios ginecológicos.
A metros de su casa, según testigos, fue
interceptada por un automóvil, la subieron por la fuerza y desde ese momento no
se supo más nada de ella.
Desde ese día, la lucha incansable de Trimarco
permitió sacar a la luz toda una red dedicada al tráfico de mujeres para
forzarlas a la prostitución.
Fuente: Télam