Los cinco errores más comunes al utilizar una tarjeta de crédito

Gran parte de la población recurre a la tarjeta de crédito como método de pago: la cantidad de transacciones realizadas en el país durante el 2017 aumentó más de un 8%. Pero, si se utiliza de manera errónea, puede llevar a incurrir en deudas difíciles de pagar. Los cinco errores más recurrentes.

Gran parte de la población recurre a la tarjeta de crédito como método de pago: la cantidad de transacciones realizadas en el país durante el 2017 aumentó más de un 8% mientras que el volumen de ventas, es decir la cantidad de dinero que se gastó, lo hizo en un 30%. Pero, si se utiliza de manera errónea, puede llevar a incurrir en deudas difíciles de pagar.



Una práctica financiera muy común es realizar solo el pago mínimo de la tarjeta, que se estima ronda el 5% del total del gasto, sin considerar los intereses que se generan y que pueden aumentar en un 70% el monto final. Pero no es la única práctica desaconsejable.



Para que la gente no caiga en un problema de sobreendeudamiento, el experto en finanzas Rodrigo Nadal, director de Resolvé tu deuda, comparte los cinco errores más comunes entre las personas que utilizan su tarjeta de crédito.



1. Usar el plástico como un ingreso extra



Esto se presenta entre quienes olvidan que las tarjetas son un instrumento de pago en la que se presta cierta cantidad de dinero bajo la promesa de que se devolverá posteriormente. Al no tener esto en cuenta, muchas personas consideran la línea de crédito como un ingreso regular, lo que afecta la percepción real de su capacidad de pago.



2. Pagar una tarjeta con la otra



Lamentablemente, muchas personas intentan resolver un problema de endeudamiento pagando la deuda de una tarjeta con otra o con un préstamo personal. Esta situación podría generar un efecto bola de nieve cuyo resultado sería una deuda aún más grande que la primera. 



3. Adquirir más tarjetas de las que se pueden pagar



Identificar los hábitos de consumo, así como los ingresos con los que cuenta el titular, les permite dimensionar cuáles son los límites de su condición económica. Sin embargo, muchas personas deciden sacar tarjetas porque es fácil hacerlo, sin contar con la disciplina ni la capacidad financiera para mantenerlas bajo control.



4. No saber cómo funciona una tarjeta de crédito



La educación financiera en cuanto al uso de los plásticos incluye desde poder leer un estado de cuenta hasta entender qué significan conceptos como el CAT y sus implicaciones en el costo del crédito. No obstante, la mayoría de los titulares no adquieren una tarjeta como resultado de una decisión meditada, consciente y dirigida a obtener un mejor rendimiento de sus recursos, sino que lo hacen de manera impulsiva.



5. No hacer uso de un presupuesto



No saber cuánto se gana y en qué se gasta es un mal hábito que afecta todos los aspectos de las finanzas personales. Esta situación podría agravarse cuando se dispone de una tarjeta, ya que, si no se tiene una buena administración del dinero propio, es probable que la situación se agrave cuando se adquiere un crédito.



"Es común que las personas no dimensionen el tamaño del problema de endeudamiento sino hasta que ya es demasiado tarde. Afortunadamente existe la posibilidad de pedir asesoramiento de expertos en finanzas, que puedan crear un plan acorde a las circunstancias de cada persona y los acompañen en la recuperación de su tranquilidad financiera", señala Nadal.



"Los malos hábitos en el uso de las tarjetas de crédito son situaciones previsibles y corregibles que dependen en gran parte de la educación financiera y el grado de conocimiento que se tiene sobre el método de pago. Es preocupante porque esta causa engloba una serie de conductas que perjudican diversos aspectos en la vida del titular de la cuenta, no sólo el financiero", concluye.


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