Hay 16 millones de personas pobres en el país según la UCA

El informe reveló que se sumaron cuatro millones de ciudadanos en los últimos cuatro años.

El Observatorio de la deuda Social de la Universidad Católica Argentina tiró un baldazo de agua fría sobre la realidad del país.



La pobreza trepó hasta el 40,8%, por encima de todos los pronósticos. Eso significa que 16 millones de argentinos viven en la pobreza y 3,6 millones, en la indigencia. La cifra empeora al repasar que el 59,5% de los niños y adolescentes están comprendidos en la pobreza, en lo que son unos 7 millones de hogares de este grupo etario castigados.



Eso considerando que se miden zonas urbanas. Sumando los sectores rurales, no censados, la cifra ascendería hasta las 18 millones de personas. Si se toma el período de gobierno de Cambiemos, hay cuatro millones de personas que cayeron bajo la línea de pobreza entre 2015 y 2019. A días del cambio de gobierno, la medición de la UCA también puede ser leída en clave electoral. La diferencia de votos entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio estuvo en el conurbano bonaerense, allí donde Fernández logró sus mejores guarismos y Macri, los peores.



En esos distritos los niveles de pobreza por ingreso se ubicaron en el 42%, mientras que en la CABA -donde la relación electoral se revirtió- fue del 31%. El informe revela en este sentido que “la incapacidad de alcanzar una Canasta Básica Total en el conurbano bonaerense es mayor en comparación con el resto de las regiones urbanas”.



“La pobreza afecta con más intensidad a los segmentos sociales de trabajadores marginales y el de obreros y empleados, así como a los hogares del conurbano bonaerense”, señala el trabajo coordinado por el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia, en una rueda de prensa previa a la difusión de los datos.



HAMBRE



El oscuro panorama se completa con el crecimiento del hambre. Los niveles de inseguridad alimentaria severa pasaron del 7,9% en 2018 al 9,3% este año. Hay datos que confirman tendencias y otros que sorprenden. Que los trabajadores "marginales" -aquellos que viven de changas o rebusques informales- hayan sido los más golpeados por la crisis no llama la atención, aunque sí lo hace la magnitud del daño, que llegó hasta el 66,4% del sector.



En contrapartida, el sector de "clase media no profesional" también sintió el impacto de la recesión: la pobreza pasó de afectar al 4,9% de sus integrantes en 2017 al 14,2% actual.



La pobreza también afecta más fuertemente a los niños y adolescentes de 0-17 años y a los jóvenes de 18 a 29 años, y en menor medida, a la población de 60 años y más. Así la encuesta de la UCA, realizada sobre 5.800 casos de poblaciones urbanas superiores a los 80.000 habitantes en la Argentina, estima que durante el tercer trimestre de 2019 el 59,5% de los niños/as y adolescentes viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza, siendo esa tasa la más alta de toda la serie.



Según los datos de la UCA, en el tercer trimestre de 2019, la tasa de indigencia registró una fuerte alza con respecto tanto al año 2018 como a 2017, alcanzando los valores más altos de la década. Al respecto, se estima que 6,5% de los hogares y 8,9% de las personas se encuentran afectados por la indigencia.



También pone enfasis en que la actual crisis 2018-2019 -al igual que en 2008, 2014 y 2016- no ha sido destructiva del sistema productivo ni financiero formal. Sin embargo, ha sido "corrosiva para la micro, pequeña y mediana empresa, así como para los sectores de la economía social".



POCO OPTIMISMO PARA EL 2020



Hacia adelante, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA revela que si bien es “muy probable” que durante el cuarto trimestre se llegue a un piso de coyuntura crítica en materia socioeconómica y socioocupacional, la reactivación no parece ser una reacción factible en el corto plazo. Con vistas a lo que puede deparar la política social del nuevo gobierno de Alberto Fernández, el informe de la UCA dice que “un cambio de rumbo estructural no sólo necesitará de fuertes inversiones e impulso a las exportaciones, sino también de políticas que reactiven el mercado interno”.



El director del Observatorio de la deuda Social, Agustín Salvia, agregó que el informe se les dio a conocer tanto a las autoridades actuales como al gobierno entrante.



“No hay un compromiso político con ningún gobierno, sino que se trata de un estudio científico; esperemos que estos datos sirvan para generar conciencia en la dirigencia política para encarar las mejores políticas”.



El texto difundido a los medios subraya asimismo que tanto la desigualdad persistente como la pobreza estructural “son resultado de un modelo económicoproductivo desequilibrado con efectos de exclusión, marginalidad y desigualdad a nivel sociocultural, sociodemográfico y socioocupacional”.



Sobre la fragilidad de los pobres, señala que la crisis actual, como la de 2014, no destruyó al sector formal, sino que impactó de lleno sobre quienes no tenían respaldo, es decir, el sector informal. (Fuente: Diario Jornada)


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