Fuerte caída del consumo de cigarrillos en el país

Según la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), sólo el 22,2% de la población fuma. En tanto, el uso de los cigarrillos electrónicos creció en un 1,1%. Las causas.

El consumo de cigarrillos entre los argentinos registra la caída más significativa de los últimos 13 años. Según la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), el 22,2% de la población fuma. Mientras que en 2005, lo hacía casi el 30% de los adultos. En tanto, el uso de los cigarrillos electrónicos creció en un 1,1%.



Los kiosqueros, sin embargo, sostienen que ha cambiado el hábito de consumo y quienes fuman siguen haciéndolo pero comprando marcas más baratas. 



La causa de la caída



En 1981 se calculó que se consumían 78 paquetes anuales per cápita en Argentina. Cifra que se redujo significativamente en 2018 cuando  se consumió 39,1 paquetes. Esto según las estadísticas del Ministerio de Agroindustria, que calcula la cantidad de paquetes de cigarrillos vendidos en un año en todo el país que divide por la población total.



Ahora el INDEC confirma el dato con la ENFR, que forma parte del Sistema de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles (ENT). Por primera vez se realizaron mediciones objetivas a una submuestra de hogares, que incluyeron mediciones físicas (presión arterial, peso, talla y perímetro de cintura) y mediciones bioquímicas (glucemia capilar y colesterol total).



Si bien Argentina adhirió al Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2003, nunca fue ratificado por lo que actualmente no está en vigencia.



"En ese convenio se habla que hay que incrementar el precio de los cigarrillos, que hay que colocar en las marquillas las advertencia del daño que genera y una serie de elementos para  proteger a las generaciones presentes y futuras contra las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo del tabaco y proporcionar un marco nacional e internacional para la aplicación de medidas de control del tabaco, a fin de reducir el consumo y la exposición al humo de tabaco", detalló Alchapar.



Aclaró que si bien hubo algunas acciones, no se profundizó por lo que el trabajo principal para que la población deje de fumar se centra en los médicos y en quienes advierten de sus peligros.



Otro dato que revela la encuesta es que la exposición al humo de tabaco ajeno en el hogar y en el trabajo, durante los últimos 30 días, se redujo significativamente respecto de la edición anterior. La exposición al humo de tabaco en bares / restaurantes se mantuvo estable.



No hay tratamiento infalible



 



Los tratamientos están calculados para que cuesten lo mismo que sale fumar en un mes 20 cigarrillos por día. Aunque el galeno aseguró que no hay métodos infalible y que depende del fumador. De acuerdo a la ley 26.687 las obras sociales deben cubrir por lo menos el 40% de la terapia.



El cigarrillo genera tres adicciones. La primera es la dependencia a la nicotina, que es más poderosa que el cannabis y el alcohol. Que se puede desarrollar con unos 100 cigarrillos. "Esta se puede bloquear con reemplazo nicotínico: comprimidos, spray nasal o parches, entre otros", explicó el especialista.



Luego está adicción por hábito. En la cual la persona se crea una rutina donde el eje central pasar por el cigarro. "Termino de cenar fumo, salgo de trabajar fumo...", relató. Mientras que en la adicción social el cigarrillo generaría charlas más profundas donde los fumadores se potencian.



"Ni la psíquica ni la social podemos controlarla porque depende de una patología que lleva a fumar. El tabaquismo es una enfermedad en sí misma que requiere tratamientos no sólo a nivel farmacológico si no psicológico", destacó.



El cigarrillo electrónico



Por primera vez se relevó la prevalencia de consumo de cigarrillo electrónico: el 1,1% de la población manifestó consumirlo.



De acuerdo a un estudio, publicado el 30 de enero en el New England Journal of Medicine, os cigarrillos electrónicos son casi el doble de efectivos para dejar de fumar en comparación con los productos convencionales de sustitución de nicotina como los parches o la goma de mascar.



La investigación fue realizada en el Reino Unido y financiada por el Instituto Nacional para la Investigación de Salud y la organización Investigación para el Cáncer Reino Unido. Afirma que los dispositivos electrónicos ofrecen a los fumadores la nicotina que necesitan sin el alquitrán tóxico y los cancerígenos que surgen durante la inhalación al quemar tabaco. Sin embargo, los reguladores en Estados Unidos, Gran Bretaña y el resto del mundo no los han aprobado para ser comercializados como herramientas para dejar de fumar.



Sin embargo, Alchapar cuestionó su uso. "No sirve para nada y lo están moviendo porque lo compró una grande tabacalera. Es otra forma de seguir envenenando", dijo.



 



El Sol


Más de Nacionales