Pidieron un crédito UVA para refaccionar su casa y ahora temen perderla

En Porteña, por un préstamo de 1,3 millón de pesos un matrimonio comenzó a pagar una cuota de 14 mil. La de mayo le llegó por 29.800 pesos y la deuda ronda los dos millones. Debe dos meses y el banco acreedor acaba de intimarlo.

En 1997, Nora Passero y Ángel Calatroni destinaron buena parte de sus ahorros a la compra de una casa en Porteña, localidad del departamento San Justo, a 241 kilómetros al noreste de la ciudad de Córdoba.



Le hicieron los arreglos propios de mantenimiento que necesitaba la vivienda, de unos 35 años de antigüedad.



En 2017, veinte años después de la materialización del sueño compartido de la casa propia, decidieron solicitar un préstamo para refaccionarla y hacerla más funcional.



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“Queríamos que tuviera más luz natural y mejorar un poco la iluminación de los ambientes”, comenta Nora.



Ella es directora de una escuela pública en ese pueblo de la llanura chaco-pampeana, de unos 4.700 habitantes y temperamento piamontés.



Ángel trabaja como administrativo en la Municipalidad local.



La suma de los ingresos de ambos ronda los 80 mil pesos, asegura la docente, con más de tres décadas de servicios en la educación.



Espejismo



“Con el anterior Procrear (Programa del Crédito Argentino del Bicentenario) no pudimos acceder a un préstamo porque nos excedíamos con los ingresos; por eso cuando (el presidente Mauricio) Macri anunció la nueva línea, fuimos a averiguar a la sucursal del Banco Nación de San Francisco; la propuesta de los créditos hipotecarios en UVA nos pareció muy buena”, recuerda la maestra.



“Nos dijeron que nos daría un año de gracia, que el interés sería del 3,5 por ciento y la cuota no superaría el 25 por ciento de los ingresos familiares; pero nada de eso resultó cierto y ahora estamos en una situación crítica que nos tiene con los nervios de punta; vivimos con mucha angustia todo esto”, resume la mujer el trance.



"El sueño de la casa propia se transformó en pesadilla

En agosto de 2017, el Banco Nación les acreditó en la cuenta que comparten en la sucursal San Francisco, 1,3 millón de pesos; el monto presupuestado para las refacciones proyectadas.



“Comenzamos a pagar una cuota de 14 mil pesos y la de este mes (por junio) es de 29.800 pesos”, ilustra Nora.



“Para colmo, el capital adeudado está rozando los dos millones de pesos ¡es una locura! ¡No sé cómo vamos a pagarla!”, lamenta.



"Necesitamos de la ayuda de alguien que ponga freno a esta locura"

“Hoy la cuota se lleva casi el 38 por ciento de nuestros ingresos y si bien a muchos les pueden parecer alto, hay que tener en cuenta que vivir en este pueblo es más caro que en una ciudad, porque acá a las tarifas (que no están subsidiadas) hay que agregarles los costos del día a día, o los del transporte y otros gastos cada vez que vamos a San Francisco a hacer trámites o al hospital, por ejemplo”, ilustra.



“Además, ayudo a mis padres que son jubilados y cobran la mínima”, apunta Nora.



El matrimonio tiene tres hijos pero sólo el menor, de 14 años, vive con ellos.



Sobre llovido mojado



Los Calatroni adeudan dos cuotas y podría sumarse una tercera.



El 19 de marzo, el gerente del Banco Nación de San Francisco los intimó mediante una carta documento a “regularizar la deuda vencida e impaga” en el plazo de 48 de recibida la nota; de lo contrario, “sin más trámite, se dará inicio a la vía judicial de cobro”, remata la advertencia.



“Estamos muy angustiados por esta situación”, comenta y aclara: “no queremos que nos subsidien nada sino que revisen la manera de actualizar la UVA para que las cuotas se ajusten teniendo en cuenta la suba de los salarios y no la inflación, para que podamos honrar las deudas”, concluye la maestra. (Diario La Voz)


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