Buenos Aires: Cóndores andinos que estaban en cautiverio serán liberados

Todos ellos forman parte del esfuerzo conjunto de conservación denominado “El retorno del cóndor al mar”. El programa fue destacado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

Seis ejemplares de cóndor andino (Vultur gryphus) fueron trasladados desde el Ecoparque porteño a la provincia de Río Negro para comenzar un proceso de adaptación antes de ser liberados en la costa atlántica patagónica. 

Las aves fueron llevadas a la base de campo del Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCCA) en Sierra Paileman, en el departamento de Valcheta. 





Los animales permanecerán en recintos de liberación, fortaleciendo sus lazos sociales y familiarizándose con su nuevo hogar, antes de la suelta que está programada para septiembre próximo. 





Los cóndores tienen diferentes historias: Karut (Trueno) nació en el Ecoparque porteño (exzoológico de la ciudad de Buenos Aires), fue incubado artificialmente y criado con asistencia de títeres de látex. 





En tanto, Suyan (Esperanza) nació en el Parque Faunístico y Ecológico Yastay de La Rioja, Amancay (Flor) nació en el Bioparque Temaikén, Takiyiwe (Libertad) nació en el Parque Faunístico San Juan, mientras que Paqarina (Generadora de Vida) y Ñorquinquera (Sonido de Agua) fueron rescatadas en Río Negro y rehabilitadas en el Ecoparque porteño. 

Todos ellos forman parte del esfuerzo conjunto de conservación denominado “El retorno del cóndor al mar”. 

El programa “es posible bajo un trabajo en red y gracias a la intervención de varias instituciones, nacionales e internacionales, que articulan el retorno de estas aves a la costa atlántica de la Patagonia”, destacó un comunicado de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. 





Existen dos metodologías para liberar cóndores: los individuos con experiencia de vuelo pueden ser liberados de forma individual y directa, ya que cuentan con la capacidad necesaria para sobrevivir en vida silvestre. 

Sin embargo, los ejemplares sin experiencia de vuelo, como estos seis pichones, necesitan un trabajo más intensivo de cuidado, “ya que no saben volar y morirían en vida silvestre sin el cuidado necesario”, se informó. 





Por tal motivo, deben ser liberados en bandada, en grupos bien socializados para reforzar su contacto y unión. 

Y una vez puestos en libertad necesitan ser asistidos, durante al menos un año, hasta que logren su independencia total en vida silvestre. 

Estas condiciones de trabajo solo están disponibles en Argentina en la Sierra Paileman, Río Negro, como parte de la costa atlántica patagónica.



Fuente. El Sureño (Río Grande) 


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