Presentan el proyecto de ley nacional para la prohibición de plásticos de un solo uso

La iniciativa de la diputada nacional radical Brenda Austin impulsa la reducción progresiva, y la prohibición específica de los plásticos de un solo uso.

Brenda Austin, diputada nacional por Córdoba (UCR), presentó un proyecto de ley, de presupuestos mínimos, de protección ambiental para la reducción progresiva y prohibición específica de los plásticos de un solo uso.



“La contaminación por plásticos es un desafío ambiental que requiere acción inmediata. Todo el plástico que desechamos, nos vuelve. Micropartículas y pedazos diminutos entran en nuestros ecosistemas y contaminan nuestra comida, agua y aire. Se calcula que comemos 5 gramos de microplásticos por semana: el equivalente a una tarjeta de crédito. Somos los responsables de este problema, ahora es momento que seamos la solución”, señaló la diputada al momento de presentar la iniciativa.



Los plásticos de un solo uso son aquellos que se convierten en basura inmediatamente después de ser utilizados; su propio diseño es para una vida útil breve, inversamente proporcional al tiempo que estarán presentes en el ambiente. Se calcula que tienen un promedio de uso de 20 minutos y que tardan entre 150 y 500 años en desintegrarse. Esta durabilidad junto con el uso incremental de productos descartables, acrecienta el impacto ambiental.



“Los plásticos representan el 85% de la basura marina. Cada año tiramos al mar 8 millones de toneladas de este material a los mares y océanos. Esto equivaldría a arrojar 348 Ballenas Australes adultas o el equivalente en peso a 268 Congresos de la Nación por año. Si no cambiamos nuestros hábitos de consumo y nuestras prácticas de gestión de residuos, se calcula que para 2050 habrá más plástico que peces en los océanos. Con este proyecto estamos dando un paso más para reducir los residuos, apoyar la innovación y promover el uso de alternativas ecológicas y sustentables” expresó al respecto Austin.



Con más de 8.300 km de costa marítima y la tercera reserva de agua dulce más grande del mundo, Argentina tiene la posibilidad de liderar la reducción de contaminantes plásticos en la región. “Si bien se pueden observar avances a nivel municipal como es el caso de Ushuaia, Pinamar y CABA es necesario implementar normas a nivel nacional que regulen la utilización, la distribución, comercialización, producción e importación de los productos plásticos de un solo uso”, indicó la legisladora, al tiempo que manifestó “preocupación” por los datos revelados sobre los peces Sábalo en el Paraná, y los mejillones en Ushuaia, que dan cuenta de la existencia de microplásticos en el organismo del 100% de los casos analizados. “Si bien la gran presencia de plásticos en los océanos genera preocupación, actualmente la realidad demuestra que la contaminación por plásticos es cuatro veces más importante, en cuanto a su dimensión e impacto, en la tierra. Frente a este acuciante escenario y con el objetivo de construir un marco de presupuesto mínimos de aplicación en todo el país es que hemos presentado esta iniciativa”, expresó.



El proyecto plantea distintos niveles de acción de acuerdo al tipo de productos de que se trate. Por ejemplo, respecto a sorbetes, platos, vasos, cubiertos, hisopos no compostables y bolsas, se plantea una prohibición progresiva en un plazo máximo de dos años. Respecto a productos de más difícil reemplazo, se incorporan reglas de etiquetado para reducir su uso y promover la gestión adecuada del residuo, por ejemplo pañales. En el caso de los recipientes de delivery se apunta a promover el uso de retornables, el uso de recipientes propios y eventualmente, la incorporación de recipientes compostables.



La iniciativa también contempla zonas de mayor protección como son los Parques Nacionales y áreas protegidas. Un capítulo completo dedicado al Estado, para promover el cambio de hábitos dentro de la propia administración pública, y a las facultades de la autoridad de aplicación completan el cuadro.



El proyecto busca además promover el cambio de hábitos en el consumo de descartables e incentivos y programas para acompañar a la industria plástica en su proceso de reconversión.



“Le debemos a las nuevas generaciones construir un país donde el desarrollo no sea incompatible con el cuidado del ambiente. El desarrollo sostenible es la clave”, finalizó Austin.



Fuente: El Parlamentario 


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