Casi la mitad de los argentinos tuvo una relación con un compañero de trabajo

Un estudio reveló cómo funcionan los círculos afectivos en la oficina, qué sucede cuando dos colegas mantienen una relación más allá del trabajo y cómo abordan la situación profesional una vez que todo terminó

Pasar los días en un trabajo de jornada laboral de ocho horas lleva a la mayoría de los adultos a pasar un mínimo de 1680 horas al año en la oficina, por lo que es probable que pasen más tiempo con sus compañeros de trabajo que con casi cualquier otra persona. Además, la manera en la que se relacionan en la oficina lleva a los individuos a conocerse con una facilidad y profundidad única que no es posible en las aplicaciones de citas, por ejemplo.



En el marco del Día de los Enamorados, el portal de empleos Bumeran realizó una encuesta para dimensionar qué sucede en el espacio profesional a nivel afectivo. Como primera instancia, el 47,1% de los encuestados respondió haber tenido o tener relaciones interpersonales con un compañero de trabajo. El 52,9% restante aseguró no haberse involucrado afectivamente con alguien de su entorno laboral.



De aquellos que tuvieron una relación en el interior del ámbito laboral, el 34,4% explicó que fue una historia breve, el 32,8% comentó seguir con esa pareja en la actualidad, el 26,1% dijo que fue una relación duradera y el 6,7% aclaró que fue una situación de una sola noche.



Al momento de ahondar en los hechos, el 46,6% aclaró que la relación se generó con una persona de otra área, un 36,9% dijo que fue con un compañero de la misma área, un 9,2% especificó que fue con su jefe, un 5,2% declaró que fue con alguien que poseía el mismo cargo y el 1,9% restante comentó que fue con un proveedor.



Sin embargo, en esta clase de relaciones no todos se manejan de la misma manera. Una constante que se puede observar es cierta inclinación para ocultar dicha vínculo, un 61,7% aseguró mantenerlo en secreto. Por otro lado, hay otros que lo comentan con total libertad frente a sus compañeros (19,5%) y, por último, se encuentran algunos, partidarios de evitar cualquier tipo de inconveniente, que eligen directamente hablarlo con sus superiores (18,8%).



Trabajar con las mismas personas todos los días pone en evidencia la más amplia variedad de respuestas emocionales: cómo una persona responde a un problema, actúa bajo presión e interactúa con otros compañeros de trabajo. A su vez, resulta fácil comenzar a compartir información personal y compadecerse de las dificultades que enfrenta el otro, tal vez durante el almuerzo o las salidas después del trabajo.



La intensidad creada en la situación laboral, entonces, puede reflejar la intensidad que se experimenta en las relaciones sexuales. Tales sentimientos de apego y unidad pueden ser lo suficientemente similares como para causar confusión. Incluso si la mente consciente no reconoce la conexión, a menudo lo hará el subconsciente. Uno o ambos compañeros pueden verse repentinamente considerando al otro desde un punto de vista sexual.



Si bien la mayoría (76,21%) aseguró haberse comportado de manera muy profesional y actuar como si nada hubiera pasado, hubo otros que optaron por el camino de la distancia hacia la pareja con la que habían tenido una relación o, incluso, actual pareja, para no generar rumores (15,01%). La minoría (8,8%) afirmó que se demostraban afecto en público.



Si la relación no funciona, las consecuencias podrían tener un costo emocional alto. Correr el riesgo de perder un trabajo, sentirse incómodo en el ámbito laboral o crear un drama en la oficina son solo algunas de las actitudes que podrán dañar la reputación profesional.



Muchas veces, este tipo de acontecimientos genera diversas reacciones en el ambiente de trabajo. Aunque en la mayoría de los casos (73,5%) los encuestados aseguraron no haber tenido inconvenientes, no todo son aspectos positivos en los resultados: un 9,4% manifestó que el resto de los compañeros estaba pendiente de lo que hacía la pareja, el 7,7% explicó que la situación afectó el clima laboral, un 4,9% comentó que se desconcentraba y el 4,5% restante manifestó que fue desvinculado.



A la hora de opinar genéricamente sobre las relaciones entre compañeros de trabajo, más de la mitad (58,3%) declaró estar de acuerdo con cualquier tipo de relación personal si se maneja de manera discreta y no influye en el trabajo. En contraposición a esto, un 19,1% contestó que no le parecía correcto tener una relación amorosa con alguna persona del trabajo debido a que puede incidir negativamente en el ámbito laboral. Un 14,7% comentó que le resultaba indistinto y un 7,9% planteó sólo estar de acuerdo con las relaciones amistosas.



Al momento de responder si en la empresa en la que trabajan existen políticas destinadas a enmarcar las relaciones interpersonales, el 60,2% de quienes respondieron aseguró que en su lugar de trabajo no hay políticas determinadas al respecto, un 22,7% comentó que en empresa no hay objeciones hacia las relaciones interpersonales y un 17,1% declaró que en su compañía no están permitidas.



Al ir un poco más allá y hablar más precisamente de las relaciones entre un superior y alguien que está a su cargo, el 33,7% no lo consideró como algo positivo, debido a que cualquier situación que se genere entre ambos afecta al equipo. Un 28,7% manifestó estar de acuerdo con cualquier tipo de relación personal sin importar el rango que ocupen sus miembros, un 19,3% planteó no estar de acuerdo, porque el jefe está en una situación de poder que puede afectar a la otra persona en el caso de que existiera un conflicto. Finalmente, un 18,6% aseguró no estar de acuerdo debido a que el jefe podría beneficiar a la persona con la que tiene una relación. (Infobae)



 


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