Crimen de Villa Gesell: cuál es la situación de cada detenido

Uno por uno, quiénes son los ocho rugbiers imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa que estarán este jueves cara a cara con el juez Mancinelli.

Los dos rugbiers imputados como "coautores" del homicidio de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell y los seis acusados como "partícipes necesarios" que siguen detenidos por el crimen están presentes en la audiencia convocada para este jueves por el juez de Garantías que interviene en la causa, David Mancinelli.



Máximo Thomsen (20)



Se formó como rugbier en el Arsenal Zárate Rugby, jugaba en el Club Atlético San Isidro desde 2017, pero fue suspendido como socio tras conocerse su detención por el crimen.



Está imputado como coautor, fue sacado por la fuerza del boliche "Le Brique", señalado como "uno de los agresores de Fernando", reconocido por testigos como "el sujeto que le propinara patadas en el rostro" cuando estaba "de rodillas sobre el suelo" e identificado por una testigo como quien dijo a viva voz: `Quedate tranquila que me lo voy a llevar de trofeo´."



Ciro Pertossi (19)



Es el segundo acusado como coautor del homicidio y fue reconocido por al menos tres testigos "como el sujeto que le pegó a Fernando cuando ya estaba en el piso, en su cabeza, cara, y pecho".



Imágenes aportadas a la causa lo muestran "chuparse los dedos" con sangre, cuando es interceptado por personal policial, y casi una hora y media después del ataque escribió en el grupo de Whatsapp que compartía con el resto del grupo: "Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie."



Lucas Pertossi (20)



Es el mayor del grupo, uno de los acusados como "partícipe necesario" ya que la fiscalía sostuvo que registró con su Iphone la secuencia del ataque, desde que fueron expulsados del boliche hasta que él mismo deja de grabar la golpiza para agredir a un amigo de Fernando.



Diez minutos después del ataque envió un audio al resto de los rugbiers: "Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia... caducó."



Luciano Pertossi (18)



El menor de los diez rugbiers, está acusado como "partícipe necesario" y fue reconocido por testigos como uno los "agresores de Fernando".



Matías Benicelli (20)



Imputado como "partícipe necesario", fue quien abrió la puerta a la Policía a las 10.30 cuando se ordenó la aprehensión del grupo, un testigo lo ubicó como "agresor directo" de Fernando, al menos otro lo situó "agrediendo también a un amigo", y otro lo identificó como quién le gritaba a Fernando "a ver si volvés a pegar negro de mierda".



Enzo Comelli (19)



Acusado como "partícipe necesario", al ser detenido presentaba un "hematoma sobre el labio inferior" y, según la fiscalía, "premeditadamente" agredió a Fernando "junto con los restantes imputados, previo repartirse roles para agresor físicamente a la víctima y posteriormente matarla".



Blas Sinalli (18)



Es el segundo más joven y según su imputación, "existen sendos elementos probatorios para" ubicarlo "en una participación criminal esencial en la comisión del hecho" y como "agresor directo de Fernando".



Ayrton Viollaz (20)



También está imputado como "partícipe necesario", es el único del grupo que no tenía teléfono celular y la fiscalía entendió que "todas la probanzas valoradas" lo "ubican claramente junto a Fernando pudiendo quizás tratarse de un agresor directo".



La sala quedó chica 



La sala del Juzgado de Garantías de Villa Gesell, donde se desarrollaba hoy la audiencia oral para definir las prisiones preventivas de los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, tiene un espacio tan reducido que tuvieron que quitar muebles para que entren el juez, las partes y los ocho acusados, informaron fuentes judiciales.



Si bien el Código Procesal Penal bonaerense en su artículo 168 bis establece que este tipo audiencias es de carácter “oral y pública”, las limitaciones de espacio del Juzgado de Garantías 6 de Dolores, con sede en Villa Gesell, hicieron imposible la presencia de público y prensa.



La sala tiene tan sólo “cuatro metros por cuatro” y “es tan chica que tuvieron que sacar los escritorios de la fiscalía y los defensores para poner los asientos suficientes para que entren el juez, un secretario, la fiscal, los abogados de las partes y los ocho imputados".



"Y a eso hay que sumarle a los custodios del Servicio Penitenciario Bonaerense que van a estar cumpliendo su función parados, pero también ocupan espacio", agregó un vocero judicial.


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