“Estuve diez horas tirado en el piso sin comer”: uno de los rugbiers se quejó del trato dentro de la fiscalía

Fue en la declaración ante Verónica Zamboni. Se trata de Luciano Pertossi, hermano de Ciro y primo de Lucas. Hubo un nuevo día de visitas en la cárcel de Dolores y se acercaron los familiares de los acusados.

La jornada del miércoles fue más que convulsionada para los ocho rugbiers detenidos que están acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa. Desde muy temprano fueron trasladados desde el penal de Dolores hasta Villa Gesell para prestar declaración indagatoria frente a la fiscal Verónica Zamboni. Del total de los imputados hablaron cinco y tres prefirieron el silencio. Pero hubo un caso particular. Luciano “Chano” Pertossi, hermano de Ciro y primo de Lucas, se sentó frente a la fiscal y el juez David Mancinelli y denunció maltratos dentro de la sede judicial. Infobae accedió al documento de la declaración y a la respuesta de la fiscalía que dice que “es todo mentira”.



El camión de traslado del Servicio Penitenciario Bonaerense salió de Dolores cerca de las 6.30 y arribó a la ciudad balnearia a las 8.20. Los rugbiers estuvieron declarando casi 12 horas hasta que regresaron en el mismo vehículo a la cárcel alrededor de las 22. Más allá de lo que los detenidos puedan decir en una declaración de este tipo, cada acto de indagatoria no puede durar menos de 40 minutos por persona, ya que al imputado se le deben tomar los datos, leer sus derechos y mostrar las pruebas en el expediente antes de preguntarle si quiere usar el derecho a defenderse.



El menor de los Pertossi fue el último en pasar a declarar. Debió esperar varias horas hasta que el resto de sus amigos terminaran sus indagatorias. Una vez que estuvo frente a Zamboni y Mancinelli dijo que no iba a hablar por sentirse “aturdido” por el tiempo transcurrido y, sobre todo, por las condiciones en las que lo hicieron esperar.



“No voy a declarar pero quiero dejar constancia que vine con la intención de declarar. Estoy despierto desde las 5 de la madrugada y esposado desde las 5.30. Llevo doce horas esposado con las manos atrás y diez horas tirado en el piso en la fiscalía. Sin comer. Me duele la cabeza, estoy aturdido”. Fueron las únicas palabras que utilizó Pertossi luego de negarse a hablar puntualmente del homicidio.



Esta declaración va en consonancia con lo que expresaron los cinco rugbiers que declararon de forma más extensa en la jornada de ayer. Todos se quejaron de las condiciones en las cuales viven dentro de la cárcel. Desde un primer momento, el objetivo primordial de la defensa es conseguir la prisión domiciliaria para los ocho y todas las declaraciones que se escucharon ayer parecen apuntar para ese lado.



“Recibimos muchos insultos y amenazas de parte de los otros internos por las ventanas a la madrugada. Nos quieren asustar afilando las puntas debajo de nuestras ventanas, gritando nuestros apellidos reiteradamente, grabando videos esperándonos en los pabellones”, fueron las palabras que utilizó otro de los detenidos, Enzo Comelli, para graficar lo que, según ellos, sucede dentro de la cárcel.



Infobae se comunicó con fuentes de la fiscalía que desmienten rotundamente lo que Luciano Pertossi denunció en su indagatoria: “Es todo mentira. Tuvo que esperar hasta declarar y un preso nunca está bien. Pero de ahí a que lo maltraten hay un largo trecho. En cuanto a la comida, no tenemos servicio de catering y el preso está preso. Si pide comida o agua se le da. Tampoco están esposados ni en el piso”. Dos versiones bien diferentes de la misma situación.



Nuevo día de visitas



Como sucede cada jueves desde que los rugbiers fueron trasladados de la comisaría de Villa Gesell al Penal de Dolores, los acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa recibieron hoy la visita de sus familiares. Por el momento, las autoridades de la cárcel decidieron mantener el horario preferencial de las 17, distinto al del resto de los internos que lo hacen más temprano.



Como sucedió en la mayoría de las veces, ninguno de los padres decidió tomar contacto con la prensa. Luego de llevarles ropa y comida a sus hijos, la totalidad de los familiares se fueron con las cabezas bajas e intentando tapar sus rostros con gorras y lentes de sol.



Fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense confirmaron que los rugbiers permanecerán en la alcaidía de Dolores hasta que la Cámara de Apelaciones resuelva el recurso que presentó el abogado defensor Hugo Tomei con respecto a las prisiones preventivas dictadas por el juez Mancinelli.



Una vez que eso esté zanjado y, en caso de que las detenciones se mantengan, serán llevados a otra cárcel. La que más suena por estas horas es la Unidad 57 de Campana dedicada a jóvenes adultos. Si bien no está definido, es una de las posibilidades más firmes sobre todo por la cercanía con sus hogares y porque se trata de un penal de baja conflictividad. (Infobae)


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