Politica Nacional

El gobierno de los que pueden ir presos

La disputa con el Poder Judicial se volvió una obsesión en la Casa Rosada. "Nadie puede terminar preso", aseguran sus funcionarios. Inquietud en Comodoro Py por la seguridad de jueces, fiscales y asistentes


"¿Se puede gobernar pensando todo el tiempo que
vas a ir preso?",se
pregunta un funcionario de la Jefatura de Gabinete de Ministros.

- "No sé, dígamelo usted", proponeInfobae.

- "No, no se puede. Nadie gobierna hoy en la Argentina. Solo hay
decisiones para ganar tiempo. No podemos quedarnos quietos. Tenemos que hacer
pie y asegurarnos una salida por la puerta de adelante.Nadie puede terminar preso.
Sobre todo la Jefa no puede terminar presa. Estamos obligados a defendernos.
Estamos obligados a defenderla".


Frío,
pragmático, descarnado, lo que este peronista de trayectoria en la gestión
plantea es un asunto que obsesiona al poder y no de ahora, la convicción de que
gobernar hoy en la Argentina es terminar entre rejas. Según esta visión, la
obsesión por manejar la Justicia, nombrar jueces, controlar sus vidas e
intervenir en sus decisiones tienen ese trasfondo, garantizar que el ejercicio
del Poder Ejecutivo no sea la escala inevitable a la cárcel.


Esto que a los simples mortales les suenaparecido al incumplimiento de
sus deberes para garantizarse la impunidad, para el funcionario se
trata de "un problema estructural del ejercicio del poder en nuestro
país", a saber: "Si los presidentes creen que pueden ir presos cuando
abandonen el poder, a) no querrán abandonarlo jamás, b) querrán tener un poder
judicial propio, c) cuando su ciclo esté terminado van a tener como prioridad
cubrirse las espaldas, no gobernar".


Dicho así, parece razonable la pesadumbre que se vive enComodoro Py,
donde "ya no se discuten expedientes, sino qué esquema de seguridad
organizaste con tu familia y con qué armas estás preparado para cuando vengan a
atacarte", según lo relata una experta en esos pasillos. En efecto, en los
tribunales más calientes, donde se ventilan causas contra los ministros Héctor
Timerman, Julio De Vido, Julio Alak, el jefe de las Fuerzas Armadas, César
Milani, los dirigentes camporistas Mariano Recalde y Andrés Larroque, más la
Presidente, sus dos hijos y el Vicepresidente, entre decenas de investigados,
el ánimo está por el piso. Las presiones sobre los jueces, secretarios de
juzgado, incluso secretarios de despacho se incrementaron en los últimos días.
Después de la muerte del fiscalAlberto Nisman,amenazas por debajo de la
puerta, mensajes a través de conocidos, sospechosos robos en hogares de
asistentesen causas
que generan preocupación en el Gobierno.


La pregunta, entonces, es si la muerte
del fiscal que estaba convencido de que Cristina Fernández de Kirchner era
responsable de encubrir a los prófugos iraníes acusados del atentado contra la
mutual de la AMIA, además de tener como objetivo poner término a su
investigación, tiene como beneficio de inventario su utilización como un
instrumento de domesticación del Poder Judicial, luego de que los viejos
encargados (Stiuso, Fernández y compañía) fracasaran. "Hay una nueva
ofensiva, no lo dudamos,las presiones recrudecierony en sus declaraciones públicas, desde
la Presidente para abajo, nos tiran de todos lados. Nosotros no tenemos mucho
para defendernos, ni siquiera hay seguridad para el ingreso a este edificio,
donde entra cualquiera", dice la fuente, notoriamente preocupada.


En ese contexto, no sorprendió en Tribunales que el juezClaudio Bonadiono haya convocado todavía aMáximo Kirchnera testimoniar en la causa sobre
supuesto lavado de dinero de la empresa Hotesur S.A., propietaria y
administradora del hotel Alto Calafate, de la que es dueño por ser parte
heredera de la sucesión Néstor Kirchner y también, aparentemente, por ser el
poseedor de un 2 por ciento de las acciones originales. Una fuente del gobierno
nacional asegura, además, que el hijo de la Presidente está en la mira porhaber firmado 1.800 chequesy varios balances como responsable de
la compañía.


Alto Calafate fue una compra realizada en el 2008 por Osvaldo
Sanfelice que actuó a cuenta y orden de terceros. El propioNéstor Kirchnerresultó ser "el tercero" en
cuestión, ya que llegó a aceptar que los dos millones de dólares que adquirió
en octubre de 2008 en medio del estallido de la crisis financiera internacional
fueron a parar a la operación de ese hotel 5 estrellas. Aunque los expertos
aseguran que tiene que haber salido bastante más que eso, el jefe de GabineteAníbal Fernándezse vio obligado a confirmar la
adquisición que había denunciadoMartín Redradoen
el marco de su disputa con el Gobierno por su salida forzada al frente del
Banco Central.


Cerca de Bonadio aseguran que "nunca habló de citarlo a Máximo"
y que si bien parece que hay operaciones de lavado de dinero de la corrupción,
un delito habitual en los Estados Unidos de la década del 60, cuando la mafia
usaba hoteles, casinos y lavaderos de auto para hacer ingresar al circuito
legal de transacciones financieras grandes volúmenes de dinero nacido del
contrabando, las extorsiones y el narcotráfico, "aún no está
probado". La fuente explicó que "no sólo hay que probar que empresas
de Lázaro Báez hayan contratado habitaciones que nunca usaron para ocultar
corrupción, sino también eldelito preexistente, lo que obligaría a ese lavado,
algo que no parece demasiado sencillo".


Para quienes lo conocen,Bonadio está ganando tiempo y
sumando masa crítica. De hecho, ya tiene en su poder las
declaraciones juradas de toda la familia Kirchner y también el expediente de la
sucesión Néstor Kirchner. Puede analizar esa documentación sin correr y
compararla con la información que ya obtuvo de los allanamientos de Hotesur, la
IGJ y Alto Calafate, o repentinamente convocar al hijo de la Presidente. A
juzgar por algunos comentarios que hizo trascender ("no sé por qué dicen
que la citación a Máximo es inminente"), quiere ir despacio. Por las
dudas, La Cámpora tiene organizado una acto de desagravio a su jefe, en caso de
que sea citado a la Justicia.


Como sea, el dilema de un Ejecutivo "sometido" al
desgaste del ejercicio del poder es un asunto que desvela a muchos sectores del
partido gobernante, que por estos días insisten en fundamentarlo, para
explicarse. Es una teoría que parte delsupuesto de que en la guerra interna que caracteriza a la historia
argentina, gobernar es también garantizarse una justicia adicta,
para evitar que los Tribunales se transformen en una carrera de obstáculos del
que gobierna.


Otros kirchneristas van todavía más allá. Cuestionan la
existencia misma de que el Estado esté dividido en tres poderes independientes
entre sí, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que funcionan como un sistema de
controles y contrapesos para proteger al individuo frente al despotismo, tal
como lo definió en el siglo XVIII elBarón de Montesquieu. Lo que existe es el líder
carismático, las movilizaciones y los actos masivos para aclamarlo, los medios
de comunicación deben reproducir ese estado de éxtasis entre el líder y la masa
y los poderes Legislativo y Judicial interpretar fielmente a la cabeza del
Poder Ejecutivo. De eso se trata un gobierno popular.


Por supuesto que nunca lo dicen abiertamente, jamás se animan
a criticar en cámara el "pluralismo" en las ideas o el "sistema
republicano", base de nuestra democracia. No se cuestionan los intentos
por imponer un partido único para realizar los deseos de un pueblo al que no
dejan hablar, porque suponen que ese líder lo representa cabalmente. Ni
critican la moral de sus jefes multimillonarios. Que algunos ex presidentes
jamás hubieran sido acosados por la Justicia, comoArturo IlliaoRaúl Alfonsíntampoco
los interpela. Lo verdaderamente bueno para ellos es controlarlo todo. Como si
las sociedades no fueran cada vez más diversas, más abiertas. Como si no fuera
posible que más controles, más persecución, generan, naturalmente, más y más
rebeldías.


 


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