"Jefe, no lo entretengo más": el particular encuentro del Presidente con periodistas de medios públicos

Con la grandilocuencia habitual en materia de comunicación que suele desplegar el peronismo en cualquiera de sus versiones a lo largo de sus 75 años de vida, la TV Pública sorprendió en la mañana de este viernes con un anuncio inusual: "Alberto Fernández habla con periodistas de Radio Nacional de todo el país".

Durante algo menos de dos horas, el Presidente se entregó a un diálogo amable que tuvo sobre el final un simpático bonus track con Héctor Larrea, que lo llevó a temáticas todavía más blandas, especialmente ligadas a la música. Fue el tramo más largo y no ligado a la coyuntura. "Jefe, no lo entretengo más", le dijo en cierto momento el célebre animador radial. "Entreténgame", le respondió entre risas el primer mandatario, que hizo gala de sus amplios conocimientos en la materia, con profusas ponderaciones a Lito Nebbia , Cacho Tirao y Luis Salinas, entre otros.



La factoría oficial de medios gubernamentales, comandada por Rosario Lufrano, presentó la propuesta como "un hecho histórico para los medios públicos del país" y como un intento de Radio y Televisión Argentina de "imprimir federalismo" a la comunicación estatal.



El nuevo formato consistió en una videoconferencia, no exenta de algunos problemas de conectividad, de la que participaron, en forma remota, once periodistas que trabajan en distintas filiales de LRA distribuidos en varias provincias y también en la Capital Federal. A Luisa Valmaggia le tocó bastonear la entrevista colectiva, que definió como "única e histórica" y destacó, en tal sentido, "el gran esfuerzo de Rosario Lufrano", promotora de la idea.



El encuentro se produjo dos días después del áspero intercambio que el presidente Alberto Fernández tuvo en la noche del miércoles con la periodista Cristina Pérez , en momentos en que estaba en el aire Telefe Noticias. Ninguno de los periodistas participantes se refirió a ese episodio ni expresó solidaridad con dicha colega durante la transmisión.



A diferencia de aquel altercado, que se viralizó en redes sociales y en los medios audiovisuales, y en el que quedaba de manifiesto su perfil más irritado, en esta ocasión se lo vio al Presidente sumamente cómodo y plácido, en la versión que más le gusta, la de exposición sin interrupciones atrevidas, similar a la que todavía suele desplegar como catedrático en la Facultad de Derecho.



Lo ayudó mucho, en ese sentido, que los periodistas participantes se mostrarán genéricos y retóricos en sus inquietudes, lo que facilitó a Fernández explayarse en cada respuesta durante largos minutos, con argumentaciones abiertas y poco puntuales, algunas ya conocidas y hasta desplegadas por el primer mandatario en anteriores entrevistas y conferencias de prensa. Fernández volvió a repetir que el gobierno anterior dejó en default a la Argentina y que buscará el mejor acuerdo posible con los acreedores. Que mandará el proyecto del aborto ni bien pase la emergencia por la pandemia y acerca de las causas sobre espionaje dijo que no podía hablar por no conocer las investigaciones en marcha. Aseguró que el tema le da "asco" y que ahora "no hay ningún argentino espiado desde el Estado".



Desde cómo cambiaron las prioridades de su gestión a partir de la pandemia y el tema de la deuda externa hasta las relaciones internacionales, la situación de las islas Malvinas y el futuro de los jóvenes, el temario propuesto no revistió mayores dificultades para que el entrevistado lo desarrollara a gusto y sin ulteriores objeciones de ninguna especie. Tampoco hubo repreguntas. En cuanto a temas puntuales de las provincias, se habló de la obra de Portezuelo del Viento y de la reactivación de la central de Río Turbio.



Vestido de sport, y desde la Residencia Presidencial de Olivos donde le recomendaron resguardarse en estos días de la aceleración de contagios del covid-19, y por ello suspendió su participación en actos, giras y restringió al máximo los contactos personales, Fernández se mostró calmo y didáctico en todo el transcurso del coloquio.



Al revés que en su encontronazo con la periodista de Telefe, se vio al Presidente relajado y para nada exigido por los interrogantes planteados. Nadie le preguntó sobre el papel que cumple Cristina Kirchner en la gestión de su gobierno ni cómo se viene allanando su complicado frente judicial. No se habló de inflación ni de la disparada del dólar. La única referencia a Vicentin , y muy al paso, provino del propio Alberto Fernández, y el fin de las operaciones de Latam en la Argentina tampoco estuvo incluida en el cuestionario de los colegas. Ausentes también del temario las jubilaciones en baja, la liberación de presos por el coronavirus y la jubilación de vicepresidente que Carlos Zannini recomendó devolver a Amado Boudou.



Casi como si se tratara más de una reunión con amigos que un encuentro entre profesionales de la información que interrogan a un presidente, cada uno de los participantes quiso despedirse individualmente. "Un gustazo", "profundo placer" y "agradecerle infinitamente" fueron algunas de las ponderaciones que recibió Fernández sobre el final. Valmaggia cerró diciendo que quedaban temas pendientes para otra oportunidad como "los medios y la libertad de expresión", destacó del Presidente sus "conocimientos de historia, de economía y que la cultura no le es ajena" y le pidió un saludo por el Día del Padre. Todos los participantes resaltaron el "orgullo" de trabajar en medios públicos. (Fuente: Por: Pablo Sirvén  - Diario La Nación)


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