El senador acusado de acoso analiza pedir que se vote su desafuero
El vicepresidente del Senado, Juan Carlos Marino (UCR-La Pampa), lo haría en la sesión prevista para el miércoles, según confiaron fuentes del partido al diario la Nación.
En medio de un clima de creciente temor ante la posibilidad de que se multipliquen las denuncias por acoso sexual y el efecto que podrían tener sobre la composición del cuerpo, el vicepresidente del Senado, Juan Carlos Marino (UCR-La Pampa), pediría que se vote su desafuero en la sesión prevista para el miércoles.
Según confiaron fuentes radicales a LA NACION, el legislador adelantó en conversaciones telefónicas con compañeros de bancada su intención de pedirle al cuerpo que vote su desafuero hasta tanto la Justicia resuelva la denuncia en su contra por acoso sexual que presentó la empleada Claudia Guebel.
Marino replicaría así el caso de Eduardo Angeloz, quien en 1996 le pidió al Senado que aprobara el desafuero pedido por un juez cordobés que lo investigaba por enriquecimiento ilícito.
Sin embargo, hay diferencias con aquel caso. A mediados de los 90 todavía no había sido votada la ley que reglamentó los fueros, sancionada en el año 2000, y que estableció que tanto los funcionarios públicos, como jueces y legisladores nacionales sólo gozan de inmunidad de arresto, por lo que están obligados a comparecer ante la justicia cuando ésta lo requiera.
Además, ni bien se conoció la denuncia de Guebel, comenzó a correr, tanto en despachos de Cambiemos como del PJ, una suerte de paranoia ante la posibilidad de que se multipliquen las acusaciones contra senadores por causas similares a la de la colaboradora de Marino.
La propia Guebel, que acusó a Marino de haberla manoseado, lo reforzó ayer con sus declaraciones. "Están surgiendo casos idénticos de chicas muy jóvenes que también pasaron por la oficina del senador Marino y pasaron por la misma situación", afirmó la empleada en una entrevista radial.
Si bien Guebel se refirió al senador radical, ya empiezan a escucharse rumores que involucrarían a senadores, diputados nacionales y hasta a exlegisladores que han cumplido mandato en una de las cámaras legislativas hasta no hace mucho tiempo atrás.
"Tengo muchas compañeras legislativas que me están llamando y escribiendo para contarme que pasaron y pasan por una situación similar", agregó Guebel
Marino sigue sin responder a los requerimientos periodísticos por lo que todavía no dio su versión de los hechos. Según la denuncia, el senador manoseó en su despacho a Guebel. Acusó, además, a un asesor, Pedro Fiorda, de haberla besado a la fuerza en un episodio ocurrido en otro momento.
La única defensa que esgrimió Marino hasta el momento fueron las palabras del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo (Pro-Capital), quien el viernes último aseguró que el senador negaba las acusaciones y estaba dispuesto a renunciar a sus fueros, algo que no es posible.
Ahora, el radical pampeano piensa en pedir su desafuero. Sin embargo, el tema genera un dilema político. Si bien hay voces que sostienen la necesidad de sentar un criterio ante estos casos, hay quienes creen que suspender senadores ante una denuncia abrirá una caja de Pandora que podría diezmar el cuerpo.
Fuente: La Nación